ESMALTE EN GEL
La industria cosmética ha avanzado hacia fórmulas mucho más respetuosas con la salud.freepik

¿Son seguros los esmaltes en gel? Riesgos y consejos de los especialistas

Aunque parecen inofensivos, muchos esconden químicos riesgosos. Descubra qué hay detrás de ellos y cómo proteger sus uñas.

Brillan, resaltan y transforman las manos en un accesorio más del look. Los esmaltes y las tendencias de manicure y pedicure se han convertido en parte del ritual de belleza de millones de personas.

Pero detrás de esos frascos coloridos y del acabado perfecto que tanto nos gusta, hay un universo químico del que poco se conoce. Recientes advertencias, como la de la Comisión Europea sobre los esmaltes en gel y sus posibles vínculos con enfermedades, alteraciones genéticas o problemas de fertilidad, han encendido las alertas.

Entonces, ¿qué tan seguros son realmente estos productos? ¿Existen opciones menos agresivas para nuestras uñas? Y, sobre todo, ¿cuándo conviene darles un respiro y alejarlas de los diseños en tendencia?

El lado químico

El color de su esmalte preferido es posible gracias a una compleja mezcla de sustancias químicas, algunas de las cuales hoy están en el centro de la polémica científica. Uno de los nombres que más preocupa es el trimetilbencil difenilfosfina óxido (TPO), componente ampliamente usado en los esmaltes en gel para endurecer el producto con la luz UV.

La doctora María Fernanda Carvajal, diplomada en dermatoscopia y oncología cutánea, explica que ese compuesto, clasificado actualmente por la Comisión Europea como un “tóxico para la reproducción”, ha pasado de ser una sospecha a una alerta confirmada.

“En 2014 ya se lo consideraba un sensibilizador cutáneo (podía causar dermatitis), y había indicios de toxicidad testicular en estudios con animales. Sin embargo, ahora existen múltiples investigaciones que demuestran su potencial carcinogénico. Por eso se lo cataloga dentro de la categoría CMR 1B (carcinógeno, mutágeno y tóxico para la reproducción) y su uso ha sido prohibido en Europa”, detalla la especialista.

Pero el TPO no es el único componente que preocupa. Según el doctor Juan Carlos Núñez, toxicólogo clínico, muchos esmaltes (especialmente los más económicos) pueden contener ftalatos, bifenoles o metales pesados, sustancias que alteran el sistema endocrino, modifican el ADN y están relacionadas con problemas graves de salud. “Estas sustancias se han vinculado con alteraciones en el neurodesarrollo, como el autismo o el síndrome de Asperger, y con ciertos tipos de cáncer. Antes estaban prohibidas solo en productos infantiles, pero hoy lo están también en adultos. El problema es que muchas de esas fórmulas que no pueden ingresar al mercado europeo terminan llegando a países sudamericanos, donde se venden a precios muy bajos, incluso desde cincuenta centavos”, advierte.

Alternativas más seguras

En los últimos años, la industria cosmética ha avanzado hacia fórmulas mucho más respetuosas con la salud. Una de las principales señales para identificarlas es el sello ‘Free’, que puede venir acompañado de números como 3-Free, 5-Free o incluso 10-Free.

Estas etiquetas indican que el esmalte está libre de varias sustancias tóxicas (como ftalatos, formaldehído, tolueno o TPO), suelen ser hechos a base de ingredientes de origen natural y representan una alternativa menos agresiva para el organismo. “El consumidor muchas veces no se da cuenta de esto, porque ve el mismo color, la misma durabilidad e incluso el mismo aroma que un esmalte común”, explica Núñez.

Carvajal coincide en que optar por esmaltes que cuenten con menos químicos es una forma más segura de cuidar las uñas. “Pueden ser un poco más costosos, pero representan una inversión en bienestar”.

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¿Y las lámparas UV?

Otro tema que ha despertado el debate son las lámparas que emiten radiación ultravioleta, utilizadas para secar o fijar los esmaltes en gel. Carvajal explica que, si bien existen reportes de casos en los que pacientes desarrollaron cáncer en la zona de las uñas, la intensidad de la radiación es mucho menor que la de una cámara de bronceado.

“La Skin Cancer Foundation todavía considera que pueden utilizarse de forma segura y recomienda aplicar protector solar unos 20 minutos antes del procedimiento”, señala. Aun así, dice que es importante mantenerse atentos a la evidencia científica y evitar su uso frecuente.

Recomendaciones claves

Pequeños cambios en los hábitos pueden marcar una gran diferencia en la salud de las uñas y en la prevención de riesgos a largo plazo. Los especialistas aconsejan:

  • No descuide los periodos de descanso: Tras dos semanas con las uñas pintadas (en manos y pies), déjelas sin esmalte mínimo una. Esto permite que la placa ungueal se recupere y evita manchas, estrías o debilitamiento.
  • Evite el uso de esmaltes en niños: Durante el desarrollo, los compuestos químicos pueden tener un impacto mayor, como alterar el sistema endocrino o la salud reproductiva.
  • Precaución en el embarazo: Las sustancias tóxicas pueden absorberse por la piel, llegar al torrente sanguíneo y llegar al feto, aumentando el riesgo de alteraciones.
  • Descarte los esmaltes viejos: Si llevan más de dos años abiertos, deséchelos. Con el tiempo, sus componentes se degradan y pueden volverse más agresivos.
  • Hidrate uñas y cutículas: El uso regular de cremas, vaselina o hidratantes ayuda a fortalecerlas, prevenir grietas y mantenerlas saludables y bonitas.

Señales de alerta

Núñez explica que aunque los efectos de la exposición a los químicos de los esmaltes suelen aparecer tras un uso prolongado, el cuerpo puede enviar algunas señales como dolor de cabeza, pérdida rápida de peso, irritabilidad, insomnio o anemia que no mejoran con los tratamientos convencionales. “Esto suele suceder cuando ya ha habido una acumulación importante de sustancias en el organismo”.

¿Qué más pueden ocultar?

Carvajal explica que mantener las uñas siempre pintadas, puede hacer que pasen desapercibidas desde infecciones comunes hasta enfermedades graves. “He tenido casos de pacientes con onicomicosis (hongo en las uñas) e incluso melanoma debajo de la uña”, señala.

Además, alteraciones asociadas a psoriasis, efectos adversos de tratamientos oncológicos o enfermedades sistémicas también pueden quedar ocultas. Por eso, es recomendable acudir al especialista si aparece alguna mancha, cambio de color o lesión nueva en las uñas.

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