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Taxo, miel, whisky y una infusión de cítricos se suman en una de las bebidas más populares de la mixóloga Marlene Briceño, Shake, shake, shakeLeonardo Velasco Palomeque

La mixología se reinventa en Quito con cócteles de autor cargados de identidad local

El uso de ingredientes locales y técnicas innovadoras impulsa una escena con sello propio

En medio del bullicio de los cláxones y del ir y venir frenético de quienes entran y salen de los edificios en la intersección de las avenidas Francisco de Orellana y Whymper, en el norte de Quito, Veranera surge como un pequeño oasis urbano. Basta con cruzar su umbral para que el ambiente cambie por completo: un extenso jardín bucólico da la bienvenida a los visitantes. Tal como lo sugiere su nombre, el espacio está rodeado de veraneras de todos los colores. Estas flores, conocidas en la capital como buganvillas, no solo decoran y bautizan el lugar que Patricia López abrió hace poco más de un año, sino que también inspiran su propuesta: del extracto de la flor nace el sabor y la esencia de su bebida insigne.

Los cócteles de autor, elaborados con creatividad y técnicas contemporáneas, reflejan una tendencia global que ha echado raíces en Ecuador. Se trata de bebidas concebidas por bartenders que buscan ofrecer experiencias únicas. A diferencia de los tragos clásicos, estos destacan por el uso de ingredientes locales y exóticos, el empleo de técnicas modernas como la infusión, el ahumado o la clarificación, y una presentación artística que evoca historias o sensaciones.

En Quito, el auge de los tragos con firma propia comenzó hace aproximadamente seis años, cuando el emblemático Love Me Rooftop (hoy Love Me Sky) sacudió la escena nocturna con una carta que combinaba clásicos como el negroni y el New York Sour con propuestas más atrevidas como el Mary Poppins y el Chanel Collins.

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Desde entonces, la cultura de la mixología ha madurado. En Love Me Sky, el enfoque está en reinterpretar cócteles latinoamericanos: ofrecen versiones de chilcano, rabo de galo y guarapita, además de creaciones de autor inspiradas en ingredientes nacionales.

Ese “feeling” era justo lo que López quiso replicar en su local. “Yo quería crear un lugar en el que la gente se sienta cómoda, que sea un sitio para desconectarse y divertirse, y que, sobre todo, tenga una esencia muy ecuatoriana”, cuenta.

Así surgieron el Veranera, preparado con gin, espumante y una infusión de buganvilla, y el Cafecito Veranero, una mezcla de café ecuatoriano, ron, cacao y amaretto. “Nos basamos en recetas refrescantes y muy nuestras. Tenemos cócteles tradicionales en la carta, pero se piden muy poco. La gente viene por nuestros cócteles de autor”, añade.

En el espacio, estos sabores de vanguardia hacen un 'match' perfecto con el brunch y drunk disponibles durante todo el día, y con sabores como el insigne bolón del establecimiento. 

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En Veranera, los cocteles de autor como El Rocío y el Golden Hour son los más pedidos de la carta.Leonardo Velasco Palomeque

Una tendencia cautivadora

Marlene Briceño llegó desde su Argentina natal hace seis años para diseñar la carta de cócteles de un reconocido bar capitalino. Para entonces, ya se había hecho un nombre como una destacada mixóloga de la región, con experiencia en la creación de menús cocteleros en varios países de América Latina.

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Sin embargo, al aterrizar en Quito se encontró con una escena coctelera aún incipiente. “A lo mucho había piña colada, whisky con agua mineral. No había una cultura del cóctel, y el gran reto fue educar a la gente”, recuerda. “La primera carta que creé fue súper complicada, porque aunque los sabores estaban ahí, la gente me decía que parecía juguito, que no tenía suficiente trago”.

En estos seis años, Briceño ha sido testigo -y protagonista- de un cambio monumental: el surgimiento de numerosos espacios dedicados a la coctelería de autor y la consolidación de su propia marca, Shake Shake Shake.

Nos recibe en la barra del imponente Hotel Vista del Ángel, desde cuyas alturas la ciudad se revela en toda su magnitud. En dos copas altas, repletas de hielo, prepara una de sus bebidas más populares: una mezcla de taxo, miel, whisky y un mix de cítricos, coronada con rodajas de limón deshidratado.

“Hoy en día hay mucho interés en ofrecer cócteles con alma, con historia, inspirados en flores o en frutas locales. Es un cambio muy necesario para el país”, afirma con entusiasmo. Añade, además, que las combinaciones son prácticamente infinitas. “Lo importante es querer salir de la zona de confort e innovar”, dice.

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Los cocteles de autor son algunos de los preferidos en las cartas de los bares capitalinos.Leonardo Velasco Palomeque

El estilo ’smokey’

En un discreto inmueble cercano a la plaza de Cumbayá se encuentra Space, un pequeño local dedicado a la coctelería de autor, liderado por el mixólogo colombiano Andrés Romero.

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Romero llegó al país en 2022 y, tras dos años de trabajar en la industria gastronómica, decidió abrir su propio espacio, pensado como un punto de encuentro para el after office, donde priman la creatividad, la técnica y la innovación.

“Me encanta la técnica ahumada, lo smokey. Es difícil de lograr, pero creo que la acogida que ha tenido se debe a que ha cambiado un poco la mentalidad del comensal. Quienes nos visitan no buscan embriagarse, sino sorprenderse con presentaciones bonitas y sabores únicos”, explica.

Entre sus bebidas insignia está el Hot Cigar, una variación del clásico Old Fashioned que lleva bourbon, licor de cereza y una infusión de almíbar simple con frutas y especias. El trago se presenta con una campana de cristal, bajo la cual se concentra el humo que libera el aroma de madera quemada y canela, lo que transforma cada sorbo en una experiencia multisensorial.

Una receta para hacer en casa

El Paloma es un cóctel tradicional de origen mexicano que ha resurgido con fuerza en las cartas contemporáneas. Su sencillez, explica Andrés Romero, es precisamente lo que lo convierte en uno de los favoritos para preparar en casa: lleva pocos ingredientes, es refrescante y fácil de ejecutar. Sin embargo, el mixólogo colombiano propone una variación con alma peruana.

Ingredientes: 

  • 1.5 oz de pisco
  •  0.75 oz de vermut rosé 
  • 0.25 oz de jugo de limón 
  • Soda y hielo al gusto

Preparación:

  • Escarchar un vaso largo con sal marina, ají en polvo y paprika ahumada.
  • En una coctelera mezclar el pisco, vermut, y jugo de limón. 
  • Servir en el vaso con hielo, y completar con la soda. Se puede decorar con naranjas o limones.

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