Cartas de lectores | El recorte del Estado
Pero cuidado señor presidente sea solo una artimaña para crear vacantes para ubicar a sus partidarios
Siempre se ha escuchado a la ciudadanía expresarse despectivamente en contra de los servidores públicos.
Se dice que son burócratas (tomada esta palabra como un insulto), vagos, pipones, etc., etc.
Analistas especializados también han manifestado, justificadamente, que la burocracia es excesiva, que el Estado ecuatoriano es obeso, que más del 10 % del PIB se van en sueldos y que amerita la reducción de este mal.
Mas ahora que hay un presidente valiente, decidido y que da el primer paso para reducir el tamaño del Estado, eliminando y unificando ministerios y secretarías que no aportan en nada a la gestión pública, han asomado los defensores de siempre: los correístas.
Cómo no van a defenderlos si fueron ellos los causantes de duplicar el número de servidores públicos para contentar a sus seguidores durante la década perdida.
Otras organizaciones sociales les dicen pobrecitos , que se los bota sin ser evaluados, sin que se siga el debido proceso. Pero no es verdad, si se trata de eliminación de los lugares de trabajo no hay evaluación, esta acción viene más adelante para ahí si eliminar a funcionarios y servidores que no están comprometidos con el servicio a la comunidad, aquellos que cometen actos de corrupción, aquellos que no cumplen con los objetivos y funciones asignadas, aquellos que no son creativos.
Yo creo que este es un buen inicio al que nadie puede oponerse.
Que no es suficiente es verdad, hay que seguir depurando y modernizando la función pública, hay que hacer un estudio más profesional en la empresas públicas, en donde los empleados tienen una serie de privilegios solapados en contratos colectivos. Los objetivos de estas instituciones no se cumplen y son intocables, no permiten ni siquiera contar con auditorías financieras, peor evaluaciones de rendimiento.
Pero cuidado señor presidente sea solo una artimaña para crear vacantes para ubicar a sus partidarios; el Estado no es una fuente de empleo.
No nos defraude a quienes lo respaldamos en las urnas, es una imperiosa necesidad reducir el tamaño del Estado para contar con servicios ágiles, oportunos y a bajo costo.
C. Wellington Ríos Villafuerte