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Visual. La percepción borrosa de los objetos lejanos o miopía no es un problema exclusivo de los adultos.EFE

La importancia de detectar la miopía infantil

La miopía puede ser hereditaria, congénita, o adquirida. Estudios recientes determinan que niños con más tiempo con dispositivos presentan problemas

La miopía es muy común: una de cada dos personas (50% de la población) la tiene. Con este defecto de la visión el ojo es más largo de lo normal medido desde su parte frontal a su parte trasera, o la córnea (capa transparente en la parte frontal del ojo) es demasiado curva, según explica la Academia Americana de Oftalmología, de Estados Unidos (AAO). Así los rayos luminosos procedentes de objetos situados a cierta distancia del ojo forman foco en un punto anterior a la retina.

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Los estudios demuestran que este defecto ocular, que hace que la persona vea de manera borrosa aquello que está alejado, se está volviendo más común entre los niños, según la AAO. “Si bien no se ha comprobado que haya un vínculo directo, la investigación sugiere que los niños que pasan más tiempo dentro de sus casas realizando actividades que requieren utilizar visión de cerca (como trabajar con la computadora, jugar a videojuegos o leer) tienen tasas más altas de miopía que aquellos que pasan más tiempo al aire libre”, según esta misma fuente.

  • ESCENARIO. La percepción borrosa de los objetos lejanos o miopía no es un problema exclusivo de los adultos. También puede aparecer en la infancia, disminuyendo la calidad de visión de los niños y afectando su aprendizaje escolar, por lo que hay que actuar lo antes posible, cuando se detectan los primeros síntomas.

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Aunque la miopía no se puede revertir, el objetivo del tratamiento es evitar que empeore. Esto puede proteger la salud ocular del niño en el futuro, a pesar de que todavía necesite usar anteojos o lentes de contacto, explican desde este colegio médico estadounidense. “Una de las máximas preocupaciones de cualquier madre o padre es que sus hijos tengan una buena salud visual”, señala José Ramón García Baena, óptico-optometrista a cargo de Servicios de Salud Visual de General Óptica.

Si nuestro hijo se queja de que ve mal la pizarra, se acerca mucho a la pantalla de la televisión y entrecierra los ojos cuando ve la ‘tele’, le lloran o se le enrojecen los ojos, tiene malos resultados en el colegio, es probable que el pequeño tenga miopía.

José Ramón García Baena,
óptico-optometrista

Por ello es prioritario que vigilen su visión y estén pendientes de las primeras señales de miopía que puedan manifestar sus niños para detectarla a tiempo, según el especialista.

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García Baena explica que “la miopía tiene un componente hereditario, y si ambos progenitores son miopes, sus hijos tienen un 50 % de probabilidades de ser miopes también”.

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Escribir con el cuaderno demasiado cerca, uno de los indicadores de que los niños presentan un problema visual.EFE

Incluso hay niños que pueden nacer con dioptrías (unidad de medida que expresa el grado de alteración de la visión de un ojo), aunque los síntomas de miopía pueden aparecer a los 3 o 4 años, haciendo necesario que lleven gafas ya a esa edad, asegura en referencia a la miopía congénita.

  • PRESENCIA. La miopía puede ser hereditaria y/o congénita, o adquirida; se trata mediante gafas, lentes de contacto o cirugía, y se puede retrasar o prevenir equilibrando el tiempo que el niño pasa frente a pantallas con el que pasa al aire libre, pero es vital detectarla lo antes posible, para evitar que progrese, según los especialistas.

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Por su parte, la miopía adquirida suele presentarse cuando los niños van a la escuela, desde los 5 años y hasta los 10 años de edad, influyendo en su aparición una mala iluminación en las aulas, la distancia a la que esté la pizarra o una mala postura a la hora de hacer los deberes o de leer, según García Baena. “Pasar mucho tiempo con la vista enfocada a las pantallas es otro factor que puede influir en la miopía” añade.

La miopía infantil se corrige con gafas, lentes de contacto y en algunos casos con cirugía, según la AAO.

Para ayudar a limitar la miopía, retrasar su aparición y proteger la visión infantil a medida que el niño crece, los padres deben procurar que su hijo pase más tiempo al aire libre y limite el tiempo que pasa frente a la pantalla del ordenador u otros dispositivos digitales, añade. Sin embargo, en todos los casos “es fundamental detectar este defecto visual lo antes posible”, enfatiza García Baena.

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En la detección temprana tienen que intervenir tanto los padres como los profesores del colegio, permaneciendo atentos a los primeros síntomas de miopía, destaca. Señala que un diagnóstico precoz no solo ayudará a frenar el aumento de dioptrías y mejorará sustancialmente la vida del pequeño, sino que, además, contribuirá a que sus notas en el colegio no empeoren, ya que se calcula “la miopía puede estar relacionada con tres de cada diez fracasos escolares”.

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SÍNTOMAS E INDICIOS QUE HAY QUE VIGILAR

Es difícil que un niño verbalice que no ve bien o que ve los objetos lejanos de manera borrosa, por lo que se recomienda a padres y profesores estar atentos a síntomas e indicios: Necesita acercarse mucho a los libros o a las pantallas de los dispositivos móviles, cuando lee, y también para escribir. Parpadea mucho, se rasca los ojos, que también le lloran o se le enrojecen. Entorna los ojos para leer algo que está alejado, o cuando ve la televisión se acerca mucho al aparato. Guiña un ojo cuando trata de ver algo que está distante. Tiene malos resultados en la escuela y no sigue el ritmo del resto de los alumnos, especialmente en lectura. Experimenta cansancio visual cuando realiza actividades en las que hay que utilizar mucho la vista. No distingue a personas conocidas cuando se encuentran a cierta distancia. Se queja de que no ve bien. En ocasiones sufre dolores de cabeza.

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