
Fin de año: por qué aumentan las emergencias veterinarias
Veterinarios advierten que la pirotecnia y alimentos tóxicos provocan cada año un aumento de emergencias en perros y gatos
En Ecuador, las celebraciones de fin de año representan uno de los momentos de mayor riesgo para perros y gatos. El uso de pirotecnia, el incremento de visitas en casa y la presencia de alimentos tóxicos para ellos pueden desencadenar emergencias que, en muchos casos, terminan en clínicas veterinarias.
El estrés acústico, los alimentos tóxicos y la automedicación
El médico Evert Reyes Cruz, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Guayaquil, explica que el problema más frecuente es el estrés acústico: “Los perritos y gatos tienen un oído mucho más desarrollado que nosotros, y el ruido de la pirotecnia puede generar taquicardia, shock, desorientación y hasta extravíos o atropellamientos”.
A este riesgo se suman otros igual de graves: el consumo accidental de chocolate, licores, uvas, pasas o restos de comida con alto contenido de condimentos. Según el especialista, estos productos pueden provocar intoxicaciones severas, pancreatitis o fallas renales. “El hueso cocido es uno de los errores más comunes. Se astilla fácilmente y puede perforar el aparato gastrointestinal; es una emergencia terrible para las mascotas”, añade.
¿Cómo cuidar a nuestras mascotas?
Por ello, los veterinarios recomiendan mantener estos alimentos fuera de su alcance y sustituirlos por juguetes seguros, que prevengan el deseo de morder cables, luces o adornos del árbol, los cuales también representan peligros por sus plásticos, vidrios y metales.
Reyes destaca que existen dos medidas claves para enfrentar el estrés acústico. La primera es acondicionar un espacio seguro: “Preparar un cuarto o un baño donde no ingrese mucho ruido, poner música relajante y acompañar al animal genera una sensación de seguridad”.
La segunda es el vendaje Tellington, una técnica que envuelve al animal en forma de ocho: “La presión transmite una sensación de abrazo, como envolver a un bebé”. El veterinario insiste también en la responsabilidad del entorno familiar: evitar que las visitas alimenten a las mascotas y rechazar la automedicación. “Un sedante solo debe administrarse con receta y dosis exacta de un veterinario certificado. La sobredosis también es una emergencia real”, concluye.