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Una siesta prolongada puede parecer reconfortante, pero los expertos advierten sobre sus posibles efectos negativos en la salud y el ciclo de sueño nocturno.PEXELS

Dormir siestas largas: las desventajas de un descanso excesivo

Dormir de más durante la tarde podría afectar tu ritmo de sueño y tu bienestar general

Las siestas son consideradas por muchos como un descanso sagrado, capaz de recargar energías y mejorar el ánimo para continuar con las actividades del día. Aunque suelen verse como un lujo o una necesidad, no siempre resultan beneficiosas. La ciencia ha demostrado que una siesta breve, de unos 20 minutos, mejora el rendimiento y el estado de ánimo. En cambio, las siestas de una hora o más se asocian con diversos problemas de salud, lo que ha llevado a los expertos en sueño a advertir sobre los riesgos de caer en un descanso demasiado profundo durante el día.

El lado oscuro del descanso prolongado

Cuando una siesta se convierte en un sueño profundo, el cuerpo y el cerebro entran en una fase de sueño más pesada. Despertar de esta etapa puede ser un proceso difícil y confuso. Esta sensación de desorientación, conocida como inercia del sueño, es uno de los efectos más inmediatos de una siesta prolongada. La persona se siente aturdida, con el pensamiento lento y la capacidad de reacción disminuida, lo que contrarresta el propósito de la siesta.

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Más allá de la inercia, el impacto a largo plazo es lo que más preocupa a los especialistas. Varios estudios han vinculado las siestas excesivamente largas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares

Un análisis realizado por la Asociación Americana del Corazón encontró que quienes duermen siestas de más de una hora tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir ataques al corazón y otros problemas del corazón, en comparación con quienes no duermen siesta o lo hacen por un período corto.

Además, las siestas prolongadas durante el día pueden alterar el ciclo de sueño nocturno. El cuerpo humano tiene un "reloj interno" o ritmo circadiano que regula los ciclos de sueño y vigilia. Si una persona duerme mucho durante la tarde, es probable que tenga más dificultad para conciliar el sueño por la noche, lo que lleva a un ciclo de descanso irregular y, con el tiempo, a la insomnio. Esta alteración puede afectar el bienestar general, el rendimiento laboral y el estado de ánimo.

¿Cuánto tiempo es ideal para una siesta?

Los expertos coinciden en que la duración es clave. La siesta ideal dura entre 20 y 30 minutos. Este período es suficiente para obtener beneficios como la mejora de la concentración, la memoria y el estado de alerta, sin caer en el sueño profundo que causa la inercia. Es la cantidad de tiempo perfecta para recargar baterías y continuar con las actividades diarias.

La siesta ideal debe ser una siesta energética o de "poder". Para lograrlo, es importante establecer una hora fija, preferiblemente en la primera parte de la tarde, antes de las 15:00, para no interferir con el sueño nocturno.

Aunque una siesta puede ser beneficiosa, la moderación es fundamental. Optar por un descanso breve y estratégico es la mejor manera de aprovechar sus ventajas sin correr el riesgo de enfrentar problemas de salud. Escuchar a tu cuerpo y respetar el ritmo de descanso natural es la clave para un bienestar sostenible y duradero.

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