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SANITAGO DIAZ ASAMBLEISTA RC
Díaz Asque llegó a la Asamblea Nacional como suplente de Priscila Schettini.ARCHIVO: ASAMBLEA NACIONAL

Si sabían que Santiago Díaz era un bravucón, ¿por qué lo llevaron a la Asamblea?

Análisis | Cuando lo candidatizaron ya se sabía era un personaje oscuro. Eso nunca fue un problema para el correísmo

El correísmo dice que está indignado por la noticia de que su asambleísta Santiago Díaz ha sido denunciado por violación a una chica de 12 años. La jefa de la bancada de la Revolución Ciudadana, Viviana Veloz, apareció acompañada por sus compañeros y anunció que se ha decidido expulsar a Díaz de las filas del movimiento.

“La inocencia, integridad, seguridad de una niña y su familia están por encima de todo. Por ello, condenamos este acto monstruoso que se habría cometido en contra de una menor de edad”, dijo Veloz dando casi por hecho lo denunciado, aunque también sostuvo que la justicia será la que determine la culpabilidad o inocencia de Díaz. El tono utilizado por el correísmo, que también publicó un comunicado condenando el hecho, era de indignación y de aparente sorpresa. La denuncia, dieron a entender los correístas, los escandaliza y los pone de lado de la víctima, aunque el delito todavía no ha sido probado por un juez.

Pero la supuesta indignación y la supuesta sorpresa de los correístas por lo de Díaz no puede apestar más: cuando lo candidatizaron ya se sabía hasta la saciedad que Díaz era un personaje oscuro y con un prontuario de terror. Era famoso por haber sido el líder del grupo de los Popeyes, que era un círculo de garroteros y matones que operaba dentro del aparato de la siniestra Senain, como fuerza de choque para Rafael Correa.

El oscuro y turbio pasado del asambleísta Santiago Díaz

Díaz, personalmente, participó en la golpiza y tortura que los Popeyes le dieron a Alfonso Pérez, dueño y creador de contenido del portal Ecuador en Vivo, cuando este viajaba por la ruta que une el aeropuerto de Tababela con Quito. Las imágenes de esa infame paliza fueron divulgadas en medios de comunicación, redes sociales y llegaron incluso hasta a la Fiscalía correísta que, como es obvio, se hizo de la vista gorda. En sus investigaciones luego de haber recibido la paliza, Pérez incluso logró ubicar el carro donde se desplazaban los Popeyes en la casa del mismísimo Díaz, quien nunca siquiera hizo un esfuerzo para negar las acusaciones.

Se sabía, además, que lideraba operaciones de amedrentamiento y espionaje a quienes criticaban a Rafael Correa. ¿Cómo es entonces que con esos antecedentes, que además eran vox populi, los mandos correístas lo pusieron de candidato? Cuando se supo que había sido candidatizado ya hubo protestas y advertencias. Por eso la sorpresa e indignación de Veloz y los suyos parece muy poco sincera.

La supuesta molestia de la jefa de bancada con lo de Díaz, así como la de la ex candidata presidencial Luisa González es, por todo esto, bien trucha. Con ese prontuario y esa fama, era más que probable que Díaz termine envuelto en un escándalo como el de la denuncia de violación. Pero el correísmo no solo que lo puso de postulante a asambleísta, sino que antes ya había sido procurador de la candidatura a la Presidencia de Andrés Arauz y de Carlos Rabascall.

Además, siempre estuvo muy cerca de Rafael Correa. Incluso hay una foto de Correa en México donde aparece Díaz, con lo que se demuestra el grado de afinidad y cercanía que había entre ambos.

Algunos objetos que encontraron en la casa de Santiago Díaz.
Algunos objetos que encontraron en la casa de Santiago Díaz.CORTESÍA

¿Qué hacía Santiago Díaz en las filas del correísmo?

Que Díaz hubiera sido un garrotero nunca fue un problema para el correísmo. Estar con él, compartir una lista o una curul con él nunca fue algo que les produjera al menos cierta incomodidad. Únicamente cuando vieron que el escándalo era inevitable y se les iba a ir de las manos, cambiaron de actitud frente a él.

En el caso de Díaz hay, además, un agravante: él fue incluido en la lista de candidatos no a pesar de sus antecedentes y fama, sino precisamente por eso. No existe ningún motivo relevante por el que Díaz se haya ganado un puesto en las listas de candidatos sino por haber sido líder de una fuerza de choque que no tenía límites en su trabajo y cuya función no era otra que cuidar las espaldas de Rafael Correa y su gobierno.

Díaz no tuvo una carrera política relevante, jamás participó en un debate sobre temas de relevancia pública, ni había recorrido barrios o pueblos para hacer política en el buen sentido. Todas las credenciales que tenía para que lo hayan escogido como candidato eran las de ser una figura oscura vinculada con el espionaje y las palizas. Fue por eso que se hizo cercano a Correa y ocupó cargos durante su régimen y luego siguió junto a él.

Santiago Díaz, una muestra más de la promiscuidad de la política ecuatoriana

Lo ocurrido con Díaz y la denuncia que existe es la consecuencia de una conducta promiscua de la clase política ecuatoriana sembrada principalmente por el correísmo y que ahora la siguen otras fuerzas como, por el ejemplo, el oficialismo con Eckenner Recalde, quien a pesar de ser un diezmero comprobado y sancionado, fue candidato de ADN y ahora es vicepresidente de la Asamblea.

No hay que olvidar, además, el antecedente de Ronny Aleaga, quien a pesar de ser miembro de la banda de los Latin Kings y tener pésimas amistades, fue candidatizado para la Asamblea por la Revolución Ciudadana y, a pesar de todas las evidencias en su contra, fue una estrella de la bancada correísta.

Lo único notorio que hizo Díaz como asambleísta y quizá por lo único que se lo va recordar en su paso por la Asamblea fue haber presentado una iniciativa que, paradójicamente, parece haber sido concebida para él: un proyecto de ley en el que se propone que el consentimiento para una relación sexual sea a partir de los 14 años y no desde los 18 como rige actualmente. Por todo eso, apestan las demostraciones de congoja y alarma del correísmo cuando empezó a circular la denuncia de violación.

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