Al correísmo se le presenta un nuevo dilema: ¿es o no es un movimiento donde algunos colectivos feministas pueden encontrar congruencia para su militancia?

Entrar en detalle sobre el caso entre Soledad Padilla y Jorge Glas, no me compete. Lo que sí puedo señalar es lo siguiente: un mensaje esencial feminista es “yo sí te creo”. Esto por la histórica opresión que han sufrido las mujeres, de manera especial ante los hombres de poder. Denunciar siempre abre ventanas a campañas de desprestigio por la contraparte.

Ante esto, no era necesario determinar culpabilidades, para eso existe la Fiscalía. Pero, reducir la problemática a un lío de faldas, es otra cosa. Peor, redactar un comunicado donde entre líneas se establece que Glas podría resultar ser la víctima. Repitieron la dinámica más antigua de todas: minimizar el hecho y poner en tela de duda la palabra de una mujer que dice haber sido violentada para evitar una crisis de imagen. Señalar a la mujer como culpable, para proteger a unas de las figuras más fuertes del partido.

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Hay un problema de fondo: parecía que el correísmo aspiraba a consolidarse en un espacio político en el que ciertos sectores del feminismo se podían albergar. Después de todo, discursivamente, tienen una estructura similar: existe un sistema opresor, frente al que hay que reivindicar los derechos. Sin embargo, ante un liderazgo que no termina de aceptar los nuevos debates políticos, sino que se aferra a las anteriores, este salto no termina de darse.

La que sí lo entendió fue Marcela Aguiñaga, respondiendo al comunicado del movimiento que lideraba con un elegante “todo mal”.

¿Será que son las primeras advertencias de una apertura ante el correísmo clásico, y un anuncio a los colectivos feministas que con ella sí tendrán lugar? ¿O quiere forzar al movimiento que perteneció a escuchar las disidencias internas antes de hacerlas públicas, para sí exigir un cambio?

Aún no lo sabemos. Tal vez aún no haya respuesta. 

Lo que desde mi trinchera yo puedo decir: Marcela, todo bien, con tu todo mal.

Politrends es un espacio que explora la actualidad nacional y las tendencias de la mano de una analista política millennial; con un enfoque moderno y actualizado. Ella es Irene Vélez Froment. Estudió en la Universidad Casa Grande y en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) de Madrid. Es docente universitaria de materias relacionadas a la política. Escribió en EXPRESO por 10 años como columnista y se reincorpora desde el análisis político.

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