Como buenos amigos y amantes del dinero, Nilsen Arias y Antonio Peré sabían que los millonarios sobornos producto de la intermediación petrolera no podían permanecer inmóviles en sus cuentas bancarias. Debían hacerlos crecer.

Nada mejor que la alta rentabilidad que ofrece el negocio inmobiliario de Miami, en EE.UU. En la Tierra del sol, como ellos la apodaban, adquirieron un hotel de 696,7 metros cuadrados, con 16 habitaciones y 16 baños, ubicado en el número 7320 de la avenida Byron, en Harding, una exclusiva zona de Miami Beach.

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La compra se realizó en 2015 por 3,4 millones de dólares y, por supuesto, ni los apellidos Peré o Arias figuraron en los contratos. La transacción la hicieron a través de una compleja red de empresas de papel, que a su vez son manejadas por otras firmas o por agentes. Estos últimos no son más que ejecutivos de alquiler, pues aparecen como gerentes, tesoreros, presidentes, miembros de juntas, etc. de 20 o más compañías a la vez.

El hotel se constituyó como una inversión en partes iguales: 50 % para Peré y 50 % para Arias. Como dueña figuraba la compañía 7320 Byron LLC, creada en Miami el 11 de noviembre de 2015 y cuya representante era Marian Ancheta Llera, una abogada empleada de Antonio Peré, quien aparece como directora o agente de 18 empresas en Florida.

La compañía 7320 Byron LLC tenía como accionistas las firmas Pacific Trinity Trusty, de propiedad de Peré, y Aromer Corp, que luego cambió su nombre a Aussie Corp.

Esta última fue creada por la abogada Ancheta Llera y tenía como gerente a Irma Patricia Romero Espinosa, esposa de Nilsen Arias.

Cada uno de los detalles constan en la extensa documentación que Antonio Peré entregó al Departamento de Justicia de EE.UU. como parte de la colaboración para desentramar la red de sobornos y lavado de activos que funcionó detrás de los contratos de Petroecuador.

Entre la documentación que proporcionó está un documento que titula: ‘7320 Byron LLC, pago en efectivo al socio al 31 de diciembre de 2017’. En ese escrito consignó los valores por “ingresos”, que provenían de la intermediación de los contratos de preventa petrolera con la china Unipec y Petrotailandia (PTT) o de la venta de fuel oil a Oman Trading. Restó los impuestos inmobiliarios de la Florida, un valor por seguridad, servicios y reformas hechas. Al final quedó un monto de 153.317,37 dólares y anotó que este sería “distribuido” entre las compañías Pacific Trinity Trust y Aromer Corp.

Otro documento, que hoy constituye la evidencia de la red de corrupción, son las solicitudes de un préstamo al First National Bank of South Miami en 2018 a nombre de la empresa 7320 Byron LLC. Peré informó que hasta junio de 2018, su compañía había percibido 4,4 millones de dólares en ingresos. Según su libreta, en 2018, Peré estaba interesado en comprar un hotel de 27 habitaciones ubicado en la avenida Harding, en Costa Norte, a pocos metros de la playa. Incluso escribió a mano que ese nuevo hotel representaba una rentabilidad de 5,5 millones.

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En los registros Públicos de Miami-Dade constan todos los cambios, ventas o transacciones hechas con esta propiedad. Hay una en especial que llama la atención. El 14 de enero de 2016, el hotel pasó a formar parte de un fideicomiso con la empresa Marpaz LLC, cuyo representante era Ernesto G. Jordan Offerney y cuyo agente es la empresa panameña Halifa S.A.

El 12 de enero de 2021, cuando Peré ya conocía sobre las investigaciones en su contra, 7320 Byron LLC vendió la propiedad a la empresa Sunshine Land Development LLC, constituida en 2017. Actualmente es la dueña del hotel. Registra como firma autorizada a Omar Limón, quien a su vez aparece como presidente, gerente, secretario, tesorero, vicepresidente y más en 92 empresas en Florida, California, Louisiana, Nueva York y Utah.

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