Crimen organizado en Ecuador
epicentro de la disputa entre Los Choneros y bandas rivales, donde la violencia y el crimen organizado han marcado la historia reciente de EcuadorCORTESÍA

El poder oculto de Los Choneros en Manta: alianzas, corrupción y guerra narco

Los Choneros han sufrido asesinatos, fugas, crisis carcelarias y reestructuraciones a lo largo de su historia criminal

Los Choneros tienen su huella profundamente marcada en la historia delictiva del país, protagonizando fugas cinematográficas, episodios de extrema violencia, líderes asesinados y nuevas generaciones de cabecillas que han mantenido encendida la disputa por el control del crimen organizado en Ecuador. Durante más de dos décadas, esta organización se ha expandido a escala nacional, aliándose con estructuras internacionales, operando desde las cárceles y teniendo entre sus filas al que fue el hombre más buscado del país hasta su captura en junio de 2025: José Adolfo Macías Villamar, alias Fito. 

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Pero su poder no se limita a las calles ni a las cárceles. Según el Ministerio del Interior, Los Choneros han tejido en las últimas décadas una red de influencia que también ha alcanzado a instituciones públicas. Uno de los casos más recientes involucra a la Empresa Pública de Movilidad de Manta, señalada por el ministro Jhon Reimberg como una de las entidades que han contribuido al fortalecimiento de economías ilegales que favorecen al crimen organizado. Según Reimberg, estas estructuras han sido claves para alimentar financieramente a grupos criminales y sostener el clima de terror vivido en varias ciudades del país.

Uno de los señalamientos más graves de Reimberg ha sido dirigido recientemente al Registro de la Propiedad del cantón Manta, institución que, según denunció, habría permitido la venta irregular de un inmueble que ya había sido incautado por el Estado y que constaba a nombre de Yandri Macías Villamar, hermano de alias Fito. Este hecho ha levantado nuevas alertas sobre cómo el crimen organizado ha logrado permear entidades clave en distintos niveles de la administración pública.

Una lucha que aterroriza a Manta

En paralelo, la lucha territorial que mantienen Los Choneros y sus enemigos confesos, Los Lobos, ha convertido a la provincia de Manabí en uno de los principales campos de batalla del crimen organizado. Según los organismos de seguridad, Los Lobos han ganado terreno en zonas estratégicas, desplazando a sus rivales en varios sectores. Esto ha desatado un clima de violencia extrema, especialmente en ciudades clave como Manta, que hoy figura entre las más peligrosas del país.

Solo en lo que va del año 2025, el distrito Manta que comprende los cantones de Manta, Montecristi y Jaramijó ha registrado 246 muertes violentas, una cifra alarmante que refleja la intensidad del conflicto. El saldo: calles bañadas en sangre, comunidades atemorizadas, negocios paralizados y familias destrozadas por el dolor. La violencia se ha arraigado como parte del día a día en estos territorios donde la disputa por las rutas del narcotráfico ha escalado sin tregua.

¿Quién asumirá el liderato ante la futura extradición de Fito?

Mientras tanto, según informes de inteligencia policial y militar, Los Choneros estarían atravesando un proceso de reestructuración interna, motivado por la inminente extradición de su líder máximo, Fito. Esta situación ha desatado una carrera silenciosa por la sucesión del mando. Varios nombres empiezan a sonar como posibles herederos del poder dentro de la organización.

Uno de los nombres que toma fuerza es el de Ronal Javier Macías Villamar, alias Javi o Javico, hermano de Fito. Su cercanía de sangre representa una posible continuidad familiar en la cúpula de la organización. Javico se fugó junto a Fito de la cárcel La Roca en 2013 y fue recapturado meses después en una vivienda familiar en el barrio San Agustín de Manta. Tras cumplir una condena por asesinato en 2019, no ha sido vinculado a nuevos procesos judiciales, lo que podría otorgarle cierta ventaja al operar con menor exposición.

Allanamiento de bienes familiares y lavado de activos Fito
Operativo de la Fiscalía en Manta, donde se verificaron inconsistencias en los registros catastrales de bienes atribuidos al círculo familiar de alias FitoFRANCE 24

Otro posible sucesor es Adolfo Jair Macías Peñarrieta, alias Fito Junior, hijo mayor del actual cabecilla, de apenas 24 años. Ha logrado sobrevivir a atentados de alto calibre, incluido un violento ataque con fusiles y granadas en diciembre de 2022, lo que lo mantiene en la mira tanto de enemigos como de las autoridades.

También se perfila como figura clave Héctor Javier Villa Zambrano, conocido como Danny Villa. Este operador tendría un rol determinante en la logística de la organización. Los Choneros controlan operaciones de narcotráfico en Manta (Manabí) y mantienen una feroz disputa por las rutas marítimas de otras ciudades del país enfrentándose a sus rivales de Los Lobos. Villa sobrevivió en marzo de 2025 a un ataque armado en Manta, cuando se movilizaba en un vehículo blindado acompañado de Antonio Adolfo Fernández Macías, alias Toñito, sobrino de Fito e identificado como “objetivo de valor intermedio” por los organismos de seguridad.

El origen de la banda criminal

El origen de esta estructura se remonta a la década de 1990, en Chone, Manabí, donde bajo el mando de Jorge Bismarck Véliz España, alias “Teniente España”, comenzaron a consolidarse como una fuerza criminal. Desde sus primeras operaciones en Manta, involucrados en delitos como asesinatos, secuestros y tráfico de drogas, su poder fue en ascenso.

La banda ganó notoriedad nacional al enfrentarse a Los Queseros, una agrupación rival con base en la misma ciudad portuaria. Aunque Los Choneros salieron triunfantes, la guerra les costó la vida de su líder fundador en 2007, y desde entonces han tenido que reorganizarse en más de una ocasión.

En 2011, el control fue asumido por Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”, quien en 2012 fue sentenciado junto a otros ocho integrantes del grupo por el asesinato de Jairon Carreño Mendoza, ocurrido el 14 de mayo de 2011 en el barrio Santa Ana de Manta. En este mismo caso fue implicado también Fito, entonces ya considerado uno de los principales brazos operativos del grupo.

Rasquiña dirigió la organización desde prisión, articulando alianzas con bandas juveniles y estructuras menores, consolidando una federación delictiva con presencia en múltiples provincias. Tras su asesinato en 2020, seis meses después de salir en libertad mediante una polémica decisión judicial, Fito asumió el liderazgo total.

Adolfo Macías Villamar-FITO

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Sin embargo, la muerte de Rasquiña provocó una fragmentación interna. Grupos como Los Lobos, Los Tiguerones y Los Chone Killers rompieron filas y se enfrentaron abiertamente a lo que quedaba de Los Choneros, desatando masacres dentro de los centros penitenciarios y elevando los niveles de violencia en las calles.

La fuga de Fito en enero de 2024, cuando iba a ser trasladado a La Roca, desencadenó una intervención militar sin precedentes en las cárceles del país. La reacción de las bandas fue inmediata: ataques armados, motines y hasta la toma de un canal de televisión en plena transmisión en vivo. En junio de 2025, Fito fue recapturado en un sofisticado búnker en Montecristi, a escasos kilómetros de Manta.

Actualmente, el futuro de Los Choneros está en juego. Con su máximo líder camino a una posible extradición, la lucha interna por el poder podría redefinir el mapa del crimen organizado en Ecuador. Aunque sus redes siguen activas y su influencia persiste, el escenario se torna cada vez más inestable para la banda que durante décadas sembró miedo, muerte, corrupción e impunidad en todo el país.

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