
Senado de EE.UU. avanza en acuerdo para reabrir el gobierno tras 40 días de cierre
El Senado estadounidense aprobó un voto de procedimiento que desbloquea el camino para reabrir el gobierno federal
El Senado de Estados Unidos consiguió poco antes de las 23:00 hora local los 60 votos necesarios para avanzar hacia un proyecto de ley que permitiría reabrir el gobierno federal, cerrado durante un récord de 40 días por falta de acuerdo presupuestario. La votación fue posible gracias a que siete senadores demócratas y el independiente Angus King rompieron con la disciplina de su partido y se sumaron a los republicanos para extender el presupuesto hasta el 30 de enero.
El acuerdo alcanzado aún debe superar otros votos en el Senado y obtener el aval de la Cámara de Representantes. De aprobarse, permitirá pagar retroactivamente a más de 650.000 funcionarios que llevan semanas sin recibir salario, además de financiar agencias clave como Agricultura —encargada de los cupones alimentarios— y Asuntos de Veteranos.
Los demócratas que apoyaron el procedimiento señalaron que no había otra alternativa viable en la mesa y que este compromiso era la única vía para reabrir el gobierno y aliviar la presión sobre los trabajadores federales y los servicios públicos.
Negociaciones y concesiones en torno a Obamacare
Como parte de las negociaciones, los republicanos ofrecieron a los demócratas la garantía de que en diciembre se votará la extensión de los subsidios de la Ley de Cuidado Asequible, conocida como Obamacare. Estos subsidios, que expiran este año, se habían convertido en el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo presupuestario.

Los senadores demócratas que apoyaron la medida explicaron que su prioridad es asegurar que millones de estadounidenses mantengan acceso a la cobertura de salud. La senadora Jeanne Shaheen, de Nuevo Hampshire, quien lideró las conversaciones con la bancada republicana, defendió el acuerdo como la mejor salida posible: “Esperar una semana o un mes más no iba a significar un mejor resultado”
Sin embargo, la oposición interna fue evidente. El líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer, rechazó el acuerdo al considerar que el presidente Donald Trump había usado a los ciudadanos como “rehenes” al suspender programas de asistencia alimentaria durante el cierre. La senadora progresista Elizabeth Warren también se mostró contraria, calificando el pacto como un “gran error”
División en la Cámara de Representantes
El acuerdo deberá pasar ahora por la Cámara Baja, donde la división es palpable en ambos partidos. El líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, adelantó que votará en contra, mientras que Pete Aguilar, presidente del Caucus demócrata, también expresó su rechazo al considerar que la propuesta “no arregla la crisis de cuidado de salud ni hace la vida de los estadounidenses más asequible”.
Este escenario anticipa un debate intenso en la Cámara de Representantes, donde los legisladores deberán decidir si priorizan la reapertura inmediata del gobierno o si buscan presionar por un acuerdo más amplio que incluya reformas en salud y beneficios sociales.
Impacto del cierre más largo en la historia de EE.UU.
El cierre de 40 días se convirtió en el más prolongado en la historia del país y tuvo consecuencias profundas. Miles de funcionarios se vieron obligados a recurrir a donaciones de alimentos o préstamos de emergencia para subsistir, mientras muchos continuaban trabajando sin recibir salario.
Los servicios básicos también se vieron afectados: suspensión de cupones de alimentos para familias vulnerables, retrasos en aeropuertos por falta de personal de seguridad y controladores, y limitaciones en programas de asistencia para veteranos y adultos mayores.
La reapertura, de concretarse, no solo aliviaría la presión sobre los trabajadores y las agencias, sino que también enviaría una señal de estabilidad a los mercados y a la ciudadanía, que ha vivido semanas de incertidumbre.