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os refugiados afganos se apresuran a cerrar sus negocios y vender sus terrenos en IslamabadEFE

Refugiados afganos se preparan para volver a su país tras abandonar Pakistán

Varios de ellos, cerraron sus negocios y venderieron sus terrenos

Los refugiados afganos se apresuran a cerrar sus negocios y vender sus terrenos en Islamabad a medida que se agota su tiempo en Pakistán, tras la orden de las autoridades de abandonar el país antes del 1 de noviembre para evitar la deportación forzosa, una amenaza que podría provocar el éxodo de más de un millón de migrantes de Afganistán.

El anuncio de las autoridades sumió en la incertidumbre a los residentes de un asentamiento afgano en el que han vivido por décadas, con más de 300 barrios marginales y casas de adobe en el sureste de la capital paquistaní, y del que ahora temen que deban marchar.

"Nací aquí y vivimos aquí desde hace más de 40 años, así que ¿cómo vamos a volver ahora?", se preguntó Asmat Ullah, un hombre de 40 años que regenta una tienda de golosinas en este asentamiento.

Imagen de Archivo. Asamblea Nacional de Pakistán.

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Su padre emigró de la provincia afgana de Kunduz en 1979 a Pakistán cuando las entonces fuerzas soviéticas invadieron Afganistán. Desde entonces, este asentamiento ha sido su hogar.

Ullah y su familia disponen de las Tarjetas de Prueba de Registro (POR, en inglés), un documento de identidad para refugiados afganos que les da derecho a permanecer legalmente en Pakistán, pero temen que igualmente puedan ser expulsados próximamente.

LOS DOCUMENTADOS, TAMBIÉN AMENAZADOS

Por el momento, las autoridades han anunciado la salida del país a los indocumentados, pero según Ullah, algunos refugiados anotados o con documentación en regla también han sido arrestados por las fuerzas de seguridad de Pakistán antes de la fecha de salida estipulada.

Medios paquistaníes también informaron de la detención de cientos de personas en la provincia sureña de Sindh, la mayoría en la ciudad de Karachi, conocida como "madre de los pobres".

Un vídeo que circuló por redes sociales mostraba a un grupo de hombres y niños afganos, atados con cuerdas y siendo llevados por las fuerzas de seguridad en la provincia de Sindh. La embajada de Afganistán en Islamabad indicó que alrededor de un millar de refugiados afganos han sido fichados por la policía paquistaní en las últimas dos semanas.

REFUGIO
Asentamiento de refugiados afganos en IslamabadEFE

"Se llevan a cabo operativos diurnos y nocturnos en sus residencias, hasta el momento, mil personas, la mitad de las cuales tienen documentos de inmigración o de viaje, han sido arrestadas por la policía del CTD (Departamento Antiterrorista)", según un escrito de la embajada afgana.

Uno de los detenidos, pese a disponer de documentos legales para vivir en Pakistán fue el hermano de Akhtar Hussain, Saeed Rehman, que reside en el asentamiento afgano de Islamabad. "Si te paran, aunque les muestres documentos, te los confiscan y te arrestan", aseguró a EFE Hussain.

MIEDO A SALIR A LA CALLE

Los refugiados afganos, tanto documentados como indocumentados, han limitado sus movimientos para evitar ser arrestados, lo que está complicando su día a día para alimentar a sus familias.

"No nos permiten salir, no podemos salir ni 5 kilómetros, ni siquiera 2 kilómetros", dijo a EFE un joven de 27 años, Ali Muhammed. La mayoría de los residentes del asentamiento trabajan en el mercado de verduras de Islamabad, donde recientemente han sido arrestados o acosados. "Olvídense del negocio, no pueden vivir en sus casas, la gente está tensa", aseveró el joven.

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El día a día de los refugiados se ha paralizado hasta saber qué ocurrirá con ellos, incluídas las bodas fijadas para los próximos meses. Ahora los afganos buscan adelantarlas para evitar contratiempos antes de ser deportados, o posponerlas hasta saber qué ocurrirá con ellos.

El hijo de Najeeb Ullah se casó el pasado viernes, días antes de la orden de las autoridades paquistaníes, con su pareja, que pudo llegar al asentamiento a tiempo para el enlace.

"Doy gracias a Dios por haber casado a mi hijo hoy, Dios sabe lo que nos pasará ahora", dijo a EFE Ullah, que ahora tiene sentimientos encontrados por miedo a abandonar el país en el que ha residido por décadas. "Estamos felices y tristes al mismo tiempo", afirmó.

Nadeem Khan, por su parte, es propietario de una granja ganadera y se encuentra entre los 1,73 millones de afganos indocumentados que deben abandonar el país antes del 1 de noviembre. Tras la orden de las autoridades, comenzó a vender su ganado y sus hogares antes de partir a Afganistán.

Debido al plazo otorgado por el Gobierno de Pakistán para abandonar el país, "la gente está realmente preocupada", reconoció Khan, resignado ante la idea de volver: "depende de ellos, lo prorroguen o no, no podemos decir nada", agregó.

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Khan ya ha podido vender 40 de las 60 cabezas de ganado que disponía en su propiedad antes de emprender su viaje de vuelta al Afganistán de los talibanes, una viaje que nunca creyó realizar.

"No nos queremos ir, pero no tenemos otra opción. Alá sabe cómo nos tratan los talibanes allí", sentenció Khan. 

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