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Un grupo de camboyanos evacuados de la zona de conflicto entre Tailandia y Camboya.EFE

Fracasa tregua: Enfrentamientos fronterizos se extienden entre Tailandia y Camboya

El balance asciende a diez muertos y 150,000 desplazados, mientras la ONU y EEUU claman por un cese inmediato de la violencia

Pese a los llamamientos internacionales a la moderación, los enfrentamientos se extendieron el martes, 9 de diciembre de 2025, a lo largo de la frontera entre Tailandia y Camboya, donde el balance total asciende a diez muertos y cerca de 150.000 desplazados.

Los dos vecinos del sudeste asiático se acusan mutuamente de haber desencadenado la reanudación de los combates el domingo por la noche, menos de dos meses después de un acuerdo de alto el fuego firmado junto con el presidente estadounidense Donald Trump.

El ejército tailandés atacó el martes la provincia fronteriza de Banteay Meanchey, "resultando en la muerte de dos civiles que viajaban por la Carretera Nacional 56 debido a los bombardeos", indicó el Ministerio de Defensa camboyano en Facebook.

La portavoz ministerial Maly Socheata dijo posteriormente a periodistas que hasta la mañana del martes habían muerto siete civiles camboyanos y unos 20 resultaron heridos en los ataques tailandeses.

Horas más tarde, el ejército tailandés anunció en un comunicado la muerte de dos de sus soldados, que se suman a otro fallecido la víspera.

Hasta ahora, Camboya afirmaba no haber respondido a los ataques de Tailandia, que el lunes llevó a cabo bombardeos aéreos y desplegó tanques en las zonas fronterizas.

Pero el influyente ex primer ministro de Camboya Hun Sen anunció el martes que su país tomó represalias "después de haber sido pacientes por más de 24 horas para respetar el alto el fuego y tener tiempo de poner a salvo a la población".

"Tailandia debe apoyar firmemente a quienes protegen nuestra soberanía. No podemos detenernos ahora", afirmó por su parte el primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, sin mostrar signos de apaciguamiento.

Más de 140.000 desplazados

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La disputa entre ambos vecinos se centra en un desacuerdo centenario sobre las fronteras trazadas durante el dominio colonial francés en la región. Tanto Tailandia como Camboya reclaman la soberanía sobre varios templos antiguos en la zona limítrofe.

Los dos países mantuvieron cinco días de combates en julio que dejaron 43 muertos y unos 300.000 desplazados antes de la entrada en vigor de una tregua.

Este alto al fuego se ratificó en un acuerdo a finales de octubre impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, pero fue suspendido por Tailandia semanas después por el estallido de una mina que hirió a varios soldados.

En un comunicado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, pidió este martes el "cese inmediato de las hostilidades, la protección de los civiles y el regreso de ambas partes" al acuerdo de paz.

La Unión Europea hizo un llamamiento el lunes a "la máxima moderación", mientras que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a ambas partes a "renovar su compromiso con el alto el fuego".

Decenas de miles de personas han sido evacuadas desde el inicio de los nuevos enfrentamientos las regiones fronterizas: unas 125.000 del lado tailandés y más de 21.000 del lado camboyano, según las autoridades.

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Poan Hay, una camboyana de 55 años, abandonó apresuradamente su casa con sus familiares, entre ellos tres niños pequeños, en cuanto oyó disparos.

"Es la cuarta vez que tengo que huir", contó a AFP desde una pagoda de la provincia de Siem Reap. "No sé cuándo podré volver. Llevo cinco meses durmiendo muy poco, estaba preocupada por nuestra seguridad".

En la provincia tailandesa de Surin, Sutida Pusa, gerente de una pequeña tienda de comestibles, dudó antes de evacuar su pueblo, situado a unos veinte kilómetros de la frontera.

"Primero quería ver la situación por mí misma, porque los combates no son tan ruidosos como en julio", dijo a AFP esta mujer de 30 años. "No siempre confiamos en lo que nos dicen".

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