
El megaproyecto que atravesará Los Andes para conectar con el océano Pacífico
El túnel Agua Negra busca unir Argentina y Chile a 4.000 metros de altura, impulsando comercio y conectividad regional
A más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, un ambicioso proyecto de infraestructura promete transformar la conectividad entre Argentina y Chile. Se trata del Túnel de Agua Negra, una obra binacional que perforará la cordillera de los Andes para abrir un paso estratégico hacia el océano Pacífico. El megaproyecto, que ha retomado impulso en 2025, busca consolidar un corredor bioceánico que facilite el comercio, el turismo y la integración regional.
La iniciativa, largamente postergada, vuelve a estar en el centro del debate por su impacto económico, geopolítico y ambiental.
(Te puede interesar: Impacto del Quinto Puente en la economía del Guayas: ¿Mejorará el comercio local?)
El Túnel de Agua Negra conectará la provincia argentina de San Juan con la región chilena de Coquimbo, atravesando la cordillera a una altitud extrema. Con una extensión de 14 kilómetros, será uno de los túneles más altos del mundo y permitirá el tránsito de vehículos de carga y pasajeros durante todo el año, incluso en condiciones climáticas adversas.
La obra forma parte del Corredor Bioceánico Central, que busca unir el Atlántico con el Pacífico, reduciendo tiempos logísticos y potenciando la salida de productos sudamericanos hacia mercados asiáticos.
Impacto económico y regional
Según autoridades argentinas y chilenas, el túnel podría beneficiar a más de 70 millones de personas en el cono sur, al dinamizar el comercio entre Brasil, Paraguay, Argentina y Chile. También se espera que impulse el desarrollo de zonas rurales, mejore la competitividad de exportaciones agrícolas e industriales, y fortalezca el turismo en regiones históricamente aisladas.
El financiamiento del proyecto, estimado en más de 1.600 millones de dólares, cuenta con respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y contempla una ejecución en etapas, con participación de empresas de ambos países.
Desafíos técnicos y ambientales
Construir a 4.000 metros de altura implica retos geológicos, climáticos y logísticos. El túnel deberá atravesar zonas de alta montaña con condiciones extremas, lo que exige tecnología avanzada y protocolos de seguridad rigurosos. Además, organizaciones ambientales han pedido estudios de impacto que garanticen la protección de ecosistemas sensibles y comunidades locales.
La obra también plantea interrogantes sobre su sostenibilidad a largo plazo y su integración con otras rutas del corredor bioceánico.
El proyecto busca abrir una vía directa entre el Atlántico y el Pacífico, con beneficios económicos y logísticos para la región.
Aunque enfrenta desafíos técnicos y ambientales, su ejecución marcaría un hito en la infraestructura continental y en la cooperación binacional entre Argentina y Chile.
¿Quieres seguir leyendo el contenido de EXPRESO? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!