Tras dos días de tos y fiebre, un paciente de 86 años fue ingresado en el  hospital universitario de Jianghan el pasado 22 de enero. Su condición no era nada alentadora, contaba con 13 enfermedades preexistentes que junto a su avanzada edad, lo convertían claramente en un paciente de los grupos de riesgo a los que el coronavirus más afecta.

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Sin embargo, para sorpresa del personal sanitario, él se convirtió en una de las 300.000 personas que han superado la enfermedad hasta ahora.

La asombrosa historia se relata en un artículo firmado por cinco médicos de las ciudades chinas de Guangzhou y Wuhan, donde inició la pandemia el pasado mes de diciembre.

Entre las 13 enfermedades crónicas, se encontraban: la diabetes, hipertensión, arteroesclerosis cerebral, pancreatitis e insuficiencia renal. Por si fuera poco, una tomografía mostró indicios de neumonía en ambos pulmones. El diagnóstico de covid-19 fue confirmado 7 días después del ingreso del paciente en el hospital con un test.

En este caso, los cinco médicos relatan que el tratamiento fue una asociación de un medicamento para combatir la infección, otro contra el virus en sí y un tercero a base de corticoide (metilprednisolona) para evitar lo que se llama "tempestad de citocinas", una reacción exagerada de defensa del cuerpo para combatir el patógeno.

Además, al paciente le inyectaron inmunoglobulina para fortalecer su sistema inmunológico. 

La cuestión es que no hay certeza de si la mejora del paciente fue resultado de los medicamentos, pero unos días después de la administración de este tratamiento, la fiebre disminuyó y la inflamación en los pulmones también.

Hay dos pistas principales de esta recuperación. Una es la posible efectividad de la llamada inmunización. La segunda es un posible camino en la batalla contra la "tempestad de citoquinas", que ganó fama durante la gripe española entre 1918 y 1920.

Randy Cron, especialista en la materia de la Universidad de Alabama en Birmingham, le dijo al periódico estadounidense The New York Times que esta respuesta inmune exagerada aparece en el 15% de las personas que luchan con infecciones graves.

Todavía no hay datos específicos sobre su incidencia en la pandemia actual de coronavirus, pero sí es una de las hipótesis (aún por confirmar) para explicar por qué los niños no resultan tan afectados en la actual pandemia.