Premium

LUISA GONZALEZ EN TERRITORIO
La dirigente y excandidata presidencial, Luisa González, en la campaña de 2025.ARCHIVO: @LuisaGonzalezEc

Luisa González se aferra a la presidencia de la RC y a sus pasajes de avión

Análisis | Es incapaz de asumir la realidad de un partido político que se desmorona mientras ella viaja por todo el mundo

“No hay una crisis en la Revolución Ciudadana”. Lo dice Luisa González, presidenta nacional de ese movimiento, a menos de 24 horas de que un nuevo asambleísta de su bancada parlamentaria (y con este van seis) anunciara su inminente salida “por pensar diferente”. Lo que hay, sostiene Luisa para quien quiera creerle, es “una narrativa” montada por el gobierno y los medios.

Lo dijo este jueves en una entrevista concedida a Ecuavisa desde Bogotá, donde cumple una apretada agenda internacional que ya la llevó desde México hasta Sao Paulo y que el mes entrante (“de una vez anuncio”, anticipa no sin cierto complejo de culpa) la pondrá a recorrer Europa. El partido correísta ecuatoriano se cae a trozos y ella, delirante nueva adquisición de la élite progresista internacional del jet, no para de viajar con gastos pagos. Porque “tenemos militancia en todo el mundo”, se regodea y justifica. ¿Qué puede ser más importante que eso?

Luisa González obtuvo 4,68 millones de votos en las elecciones del pasado mes de abril de 2025. Aunque su partido ha perdido el diez por ciento de su representación parlamentaria en sólo dos meses de legislatura, continúa manejando una importante bancada de 61 asambleístas. Sin embargo, la excandidata presidencial parece no ser consciente, ni remotamente, del papel que le corresponde jugar en la política democrática nacional, acaso porque de política democrática no puede entender un ápice quien ha sido designada a dedo para presidir un partido profundamente antidemocrático.

Luisa González no se entera de su rol como opositora

El caso es que ella es la líder de la oposición (o debería serlo) y ni se da cuenta. Su incapacidad para asumir responsabilidades en el difícil momento que atraviesa el correísmo sólo es comparable a su falta de liderazgo y de aceptación entre sus propios compañeros. Ella acumula millas en las aerolíneas y no se entera de nada.

Oírla hablar (y su entrevista de este jueves 17 de julio de 2025 con Lenin Artieda es sólo uno de tantos ejemplos) es una experiencia frustrante y, por momentos, desesperante. No hay un solo aspecto de la realidad política nacional, ni uno solo, sobre el que tenga algo pertinente que decir, alguna idea que oponer, una propuesta para debatir… La estrategia del gobierno de forzar el orden institucional con leyes que desafían a la Constitución; la emergencia de la Función Judicial que está por declararse y con la cual el Ejecutivo dispondrá de jueces y fiscales; el espacio de discrecionalidad abierto so pretexto del conflicto armado interno… Nada, cero, la vaciedad total, ni la menor noción por fuera de los lugares comunes, las frases hechas hilvanadas una tras otra sin solución de continuidad, los tópicos del más basto y ramplón de los populismos. Luisa González no piensa: sus palabras ya fueron pensadas por otros y le son dictadas. Ni una sola idea tiene para ofrecer al país, ni siquiera a su partido en crisis.

¿Qué significa “nosotros seguimos construyendo un proyecto de patria que nos requiere unidos”? ¿Qué quiere decir “estamos trabajando con nuestra militancia en territorio… Lo nuestro es la gente, lo nuestro es la patria”? ¿A qué se refiere con eso de que “lo que necesita hoy el país es encontrarnos unidos, encontrarnos en el territorio, de manera propositiva con la gente”? ¿Qué es exactamente estar-en-territorio-de-manera-propositiva-con-la-gente? ¿Significa algo? ¿Qué es exactamente “estar a la altura de la historia”? ¿De qué está hablando cuando dice (y esto ya es un exceso del peor gusto) que “la Revolución Ciudadana es un proyecto que trabaja con la gente, por la gente y para la gente”? Más aún: después del escándalo de los chats del caso Ligados, que pusieron al descubierto no sólo las conspiraciones para alzarse de manera fraudulenta con las autoridades de control sino también las divisiones internas, las insatisfacciones con la dirigencia del partido, el hartazgo con un modelo de liderazgo vertical y autoritario, el rechazo que generó la candidatura de Luisa González… ¿A quién pretende ella engañar cuando dice que “en la Revolución Ciudadana tenemos un debate permanente y constante” o “el debate político a la interna del movimiento es permanente”?

Revolución Ciudadana
Luisa González, presidenta de la Revolución Ciudadana, junto al bloque legislativo en una reunión el pasado 22 de abril de 2025.Cortesía

Correísmo: Luisa González se hunde con la Revolución Ciudadana

A Luisa González la impuso a dedo el expresidente prófugo desde Bélgica. Su candidatura fue cuestionada por los principales cuadros del partido. Su liderazgo no significa nada para una bancada parlamentaria que se debate entre la ola de disidencias y la división interna, con grupos descontentos con la autoridad de Rafael Correa y figuras como Ricardo Patiño que tratan de llevar el agua a su molino, mientras ella dizque recorre el mundo en misión de apostolado. Además, su adscripción entusiasta a la tesis del fraude electoral con la ridícula teoría de la tinta mágica no obtuvo ninguna adhesión relevante, todo lo cual habla de una profunda crisis en el modelo de liderazgo del correísmo.

Por la cuarta parte de estos síntomas Marcela Aguiñaga renunció a la presidencia del partido. Luisa González, en cambio, se aferra al cargo. Se niega a admitir la mera existencia de una crisis y atribuye las disidencias a la acción corruptora del gobierno, que ha comprado con prebendas, dice, a los legisladores disidentes: “¿Hubieran abandonado la bancada de la Revolución Ciudadana si fuéramos gobierno?”, se pregunta. “La respuesta es no”, asegura, dando a entender que, si fueran gobierno, las prebendas las ofrecerían ellos.

No, Luisa González no dará un paso al costado: se hundirá con su partido. “Seguiremos junto a nuestra gente, trabajando desde el territorio, y estaremos a la altura de la historia y de lo que requiere nuestro país”, se empecina, juntando en una frase todos los lugares comunes de los que es capaz. Representación acabada de la verdadera crisis del correísmo, que es una crisis de significado tanto como de valores y de proyecto, Luisa González tiene el suyo propio y lo está ejecutando con todo su entusiasmo y el pasaporte en la mano. ¿Renunciar a la presidencia del partido? ¿Irse ahora que tiene un viaje por Europa el mes que viene? ¡Ni loca!

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!