EN ESTA PANADERIA FUE ASESINADO
La víctima mortal fue impactada por cuatro disparos.EXPRESO

Le quitaron la vida a un taxista en una panadería del Naranjal

Dos sicarios en una moto sorprendieron a la víctima y le descargaron más de cuatro proyectiles, en la cabeza y tórax

“Cuando llegaba a la panadería, para comprar una torta para celebrar mi primer año de casado, comenzó la balacera y salí corriendo”, así comentaba ayer José a la Policía de Naranjal, quienes investigaban el crimen de Jorge Parra, quien fue acribillado en una panadería de la planta baja de un hotel, del barrio San Miguel, de Naranjal, Guayas.

Parra, de 28 años, a las 16:00 del jueves 23 de marzo, tras bajarse de un automóvil color plomo, para comprar panes, fue abatido en el mencionado lugar. Dos sicarios en una moto sorprendieron a Jorge y le descargaron más de cuatro proyectiles, en la cabeza y tórax, dejándolo boca arriba gravemente herido, frente a la vista de los ciudadanos, junto a la vitrina de exhibición de pasteles y dulces. Mientras los desconocidos en el liviano vehículo, a gran velocidad, fugaron del lugar.

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Parra, tras ser socorrido por sus amigos, fue trasladado al hospital de la localidad, donde solo los galenos de turno confirmaron su fallecimiento, debido a los plomazos recibidos.

Agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) y Criminalística, en la escena del crimen, recogieron tres casquillos percutidos, presumiblemente 9 milímetros.

Los familiares de la víctima, ante el dolor que los embargaba, evitaron dar declaraciones a la prensa, así como a la Policía.

“Jorge laboraba en el vehículo como taxi amigo, al parecer desde temprano le seguían los pasos. No sabemos por qué lo mataron, si tenía muchos amigos”, comentó Hernán, amigo del fallecido.

Mientras José, de 29 años, manifestó que por estos sicarios no pudo celebrar su fiesta de aniversario como lo tenía previsto con su esposa. “Dios estuvo conmigo, si hubiera estado en la panadería, también me hubieran matado inocentemente. Que se pierda el pastel y no la vida”, aseveró el joven, totalmente asustado.

Hasta el cierre de esta edición, la Fiscalía y la Policía de este cantón indagaban sobre de quién era el automotor que conducía Parra, si era de su propiedad o no.