Petroecuador
Trabajadores en una de las instalaciones de Petroecuador.Archivo/Expreso

¿Qué rol juega Petroecuador en la crisis actual del crudo?

Han pasado tres gobiernos sin lograr que la empresa rinda cuentas, según el analista económico Alberto Acosta

Para algunos expertos, Petroecuador tiene toda la culpa de la crisis actual del crudo; para otros, existe una corresponsabilidad. Sin embargo, todos coinciden en que se requieren acciones técnicamente bien analizadas, decisiones políticas y dejar de satanizar la opción de delegar. Diario EXPRESO consultó a tres analistas: uno del sector petrolero, Nelson Baldeón, y dos analistas económicos, Alberto Acosta y Jorge Calderón.

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La opinión de Baldeón es que Petroecuador está en el epicentro de la crisis petrolera que atraviesa Ecuador: “sus ineficiencias lastran la economía del país”. Como empresa estatal responsable de la mayor parte de la producción nacional de crudo, su operatividad afecta directamente el volumen disponible para exportación y abastecimiento interno. Hay tres puntos donde están las raíces de los problemas que hay actualmente.

Parálisis operativa. Debido a la suspensión del SOTE y el OCP por daños en la infraestructura (como en el tramo del río Loco), Petroecuador ha tenido que apagar bombas de extracción al haber alcanzado el límite de almacenamiento en tanques como los de Lago Agrio. Esto ha obligado a una reducción drástica de la producción, afectando sus ingresos y los del Estado.

Falta de mantenimiento y previsión. La falta de inversión sostenida en el mantenimiento de ductos, estaciones y refinerías —como la de Esmeraldas, paralizada varias veces este año— evidencia un deterioro estructural que vuelve al sistema petrolero nacional vulnerable ante emergencias técnicas o naturales.

Dependencia fiscal. Dado que Petroecuador aporta más del 30 % del presupuesto nacional vía exportaciones, cualquier interrupción en su cadena productiva pone en jaque la estabilidad fiscal del país, especialmente en un contexto de creciente necesidad de financiamiento externo.

En la última década se perdieron 100.000 barriles por día

El análisis que hace el analista económico, Alberto Acosta, parte de que la producción viene cayendo en la última década 100.000 barriles por día y "todo es el resultados de la insuficiente inversión. 

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Agregó que Petroecuador está en el centro de la crisis petrolera que atraviesa Ecuador. Así lo afirma Acosta, quien asegura que la empresa pública es responsable de que "el petróleo haga agua por todos los frentes". La producción de crudo viene en caída durante la última década, con una pérdida acumulada de 100.000 barriles diarios, atribuida a una insuficiente inversión y mala gestión.

En lugar de focalizarse en eficiencia, Petroecuador sigue acumulando activos sin capacidad técnica ni financiera para operarlos. El ejemplo más reciente es el bloque 16, cuya concesión venció sin negociación previa y fue transferida a la estatal. En menos de un año, la producción en ese bloque cayó un 30 %, evidencia clara —según el análisis— de lo que ocurre cuando se prioriza la expansión sin preparación.

La situación no es mejor en el área de transporte. La concesión del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) venció durante el gobierno de Guillermo Lasso y no fue renovada. Más tarde, bajo la administración de Daniel Noboa, se decidió transferir su gestión a Petroecuador. Como era de esperarse, según el experto, no se construyó la variante requerida en la zona del río Coca, afectada por erosión regresiva. Hoy el oleoducto está paralizado, destaca Acosta.

La empresa concesionaria había propuesto extender el plazo a cambio de invertir 240 millones de dólares en la nueva variante. La oferta no fue aceptada. Una vez en manos de Petroecuador, la inversión no se realizó y la operación se detuvo. Resultado: producción estancada.

El panorama en refinerías es igual de crítico. Se han gastado miles de millones de dólares en arreglos mal ejecutados. El problema ya no es solo corrupción, sino un mantenimiento deficiente que provoca fallas constantes, como el último incendio. La falta de inversión adecuada ha deteriorado completamente la capacidad operativa.

Hoy, Ecuador ni siquiera puede producir combustibles completos. Solo se generan naftas de bajo octano —residuos— que necesitan ser mezcladas con gasolina importada de alto octano para hacerlas utilizables. Un retroceso industrial que muestra cuán precario se ha vuelto el sistema energético nacional.

Zona erosionada en el río Loco, donde se registró una ruptura. Los oleoductos ya estaban sin bombeo.

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A esto se suma la falta de transparencia. Petroecuador no tiene balances auditados. Desde 2019 se ha intentado revisar sus cuentas, sin éxito. Ya han pasado tres gobiernos sin lograr que la empresa rinda cuentas ni se someta a auditorías formales.

“Definitivamente, Petroecuador es el culpable de esta crisis”, sentencia el analista. “Y es también quien nos va a dejar sin petróleo si no cambiamos de manejo”. La advertencia se refuerza con cifras internacionales. La Agencia Internacional de Energía estima que, en los próximos cinco años, Ecuador perderá una cuarta parte de su producción petrolera: una caída de 110.000 barriles por día.

Detrás de este colapso —concluye Acosta— está un modelo estatista promovido por la Constitución de 2008, que estableció los llamados “sectores estratégicos”. Para él, estos no son más que monopolios estatales ineficientes que están empujando al país hacia el fin prematuro de su era petrolera.  

En la crisis petrolera hay corresponsabilidad

Según el analista económico Jorge Calderón, en la crisis petrolera de Ecuador hay una corresponsabilidad: no se actuó de manera técnica, estratégica ni con la adecuada visión política y económica. Por lo tanto, no toda la culpa recae sobre Petroecuador. Los gobiernos también tienen responsabilidad, incluso en la selección de los gerentes que han liderado la empresa. Lo más preocupante, señala, es que esos ejecutivos han durado en promedio apenas seis meses en el cargo. En tan poco tiempo es complejo planificar y ejecutar soluciones que requieren una visión de mediano y largo plazo.

Otro punto crítico es que los gerentes deberían retomar el trabajo hecho por sus antecesores, y no empezar de cero, ya que esto solo ha generado pérdida de dinero y tiempo. Esa falta de continuidad, en parte, explica la crisis petrolera actual, más allá de los problemas climáticos.

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