
La construcción crece en Ecuador, pero sin un pilar de “reactivación plena”
Las cifras oficiales hablan de una recuperación, pero la obra pública sigue paralizada y los hipotecarios caen
La economía ecuatoriana registró un crecimiento del 4,3% en el segundo trimestre de 2025, según el último informe del Banco Central del Ecuador (BCE). Este desempeño estuvo sustentado principalmente por la recuperación del consumo de los hogares que influyó en la dinámica de ciertos sectores, como la construcción. Este sector que venía reportando caídas sostenidas creció un 6,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se sintieron los efectos del estiaje energético.
Según el BCE, el crecimiento del 6,7% se asoció al aumento de la producción de cemento (+4,1%) y sus despachos (+7%). Además, las importaciones de materiales de construcción se incrementaron en 46,9%, lo que refleja que hay más obras en ejecución.
Sin embargo, José Miranda, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción (Camicon), de da otro matiz a esas cifras. El sector de la construcción, dice, aún no se ve reflejado todavía en ese crecimiento. “Lo que ha crecido son otros sectores, pero la construcción no se reactiva porque el Estado no tiene recursos para hacer obra pública”, señaló.
El 70% de los afiliados a la Camicon se dedican a obra pública financiados por el gobierno central, municipios o prefecturas; sin embargo, “hay municipios que ni siquiera llegan al 50% de ejecución presupuestaria. Eso también atranca la reactivación”, advirtió.
Ese 6,7% reportado por el BCE, se aclara, proviene principalmente del segmento de construcción privada. Es decir, de edificios residenciales, complejos comerciales y proyectos desarrollados por promotores inmobiliarios con capital privado.
Esto explica por qué los indicadores generales de cemento, empleo y materiales muestran mejoras, pero los constructores que trabajan con contratos del Estado no perciben la reactivación en sus operaciones diarias.
El crédito decrece
No obstante, Paulina Viteri, directora de operaciones de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda del Ecuador (Apive), presentó datos que ponen en duda un crecimiento sostenible luego de junio. Según cifras oficiales de la Superintendencia de Bancos, la colocación de crédito hipotecario hasta agosto de 2025 presentó una caída del 3,6% en comparación con el mismo período del año anterior.
“El mercado se mantiene estable, pero no hay señales contundentes de crecimiento. Lo que vemos es una resiliencia, no una reactivación plena”, afirmó la directora.
Viteri argumenta que hay varios factores, como la existencia de un segmento de compradores de ingresos altos que adquieren vivienda sin financiamiento bancario; la construcción de proyectos no residenciales como edificios comerciales, oficinas y bodegas, que no requieren crédito hipotecario sino financiamiento corporativo; la existencia de proyectos que iniciaron en 2024, o antes, y se terminan en 2025, generando movimiento en el sector aunque no impliquen nuevos créditos.
Según Viteri, la falta de demanda de créditos revela un problema de fondo. Por un lado, “los bancos han puesto un poco de rigidez en las condiciones de crédito”, y por otro, “las personas ya no tienen capacidad de crédito para acceder a un préstamo hipotecario”.
El Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), que ha sido el principal financiador de vivienda en Ecuador, disminuyó su colocación en 11,4% y la banca privada apenas creció un 0,4%.
Vivienda económica
De todos los segmentos de vivienda más bajos, de cero a $70.000, son los que más han sufrido, con una variación del 90%. Esto significa que la demanda de vivienda económica prácticamente colapsó. “Los segmentos más altos son los que han tenido un crecimiento progresivo”, añadió.
Para Alberto Icaza, profesor de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), este tipo de crédito es clave. “Si los hogares pueden acceder a créditos con tasas del 5%, se generaría un efecto multiplicador en el consumo de materiales de construcción, en el sector mobiliario y mejora la confianza de los hogares”, lo que se traduce en empleo para albañiles, maestros mayores y carpinteros, sino que también ferreterías, el transporte de materiales, la industria del cemento y el hormigón”, indicó.
El programa gubernamental Mucho Mejor Ecuador (MME), conocido popularmente como “Miti Miti”, es considerado por los tres expertos como el más importante para impulsar el acceso a vivienda. Este programa funciona mediante un subsidio directo a la tasa de interés: el gobierno paga la diferencia entre la tasa de mercado (que ronda el 11% anual) y la tasa que paga el beneficiario (alrededor del 5%), permitiendo que las cuotas mensuales se reduzcan aproximadamente a la mitad. Por ejemplo, una familia que compra una vivienda de $ 50.000 a 15 años pagaría normalmente alrededor de $ 560 mensuales. Con el Miti Miti, la cuota baja a aproximadamente $ 330.
Sin embargo, Viteri advirtió que el programa enfrenta un problema de implementación. Aunque existe el subsidio, muchas personas no logran acceder porque los bancos rechazan sus solicitudes de crédito por no cumplir requisitos de capacidad de pago. “Hay mucho interés, hay oferta de viviendas, hay demanda de las familias, sin embargo, no hay la misma capacidad de colocación de crédito”, señaló.
Miranda resalta la necesidad de políticas de Estado que trasciendan gobiernos. “Tienen que darse políticas de vivienda que se mantengan entre 15 y 20 años, independientemente de quién gobierne”. Eso es lo que necesita el sector para sostener su crecimiento e inyectar dinámica a toda la economía.
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