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Además de la deuda estatal, la entidad debe enfrentar menos recursos luego de que este año, por la pandemia, cerca de 250.000 personas se desafiliaran.Alex Lima / Expreso

El IESS no descarta volver a recibir bonos estatales

Además de solicitar efectivo, esta no deja de ser una opción para recuperar recursos y seguir invirtiendo. La dación de activos también se analiza

El IESS ha invertido más de $ 8.000 millones en bonos estatales, de los cuales casi la mitad no son transables; es decir, que si mañana mismo la entidad desea canjearlos para tener efectivo no puede. Se trata de una opción que ahora agudiza los problemas de iliquidez que tiene la entidad, pero que no por ello ha dejado de ser una opción para poder recuperar parte de los recursos que el Gobierno le adeuda o, incluso, para buscar nuevas inversiones y rentabilidad.

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Según cálculos del Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (IESS), los haberes que el Estado mantiene con la Seguridad debe dividirse en dos: la antigua deuda contraída en la época correísta que alcanza los $ 6.700 millones y los recursos (por $ 1.200 millones) que el actual régimen ha dejado de cancelar por el aporte del 40 % que debe hacer para las pensiones de los jubilados.

Jorge Wated, presidente del Directorio del IESS, dijo a EXPRESO, que las reuniones con el Ministerio de Finanzas están centradas no solo en conciliar estas cifras, sino en revisar los mecanismos de pago para saldar el último tramo de deuda, la considerada la más urgente. El pedido, dijo, es que se haga un plan de pago con el dinero líquido, que arribe al país producto de las nuevas negociaciones de crédito que el Gobierno tramita con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o China. En este tramo, sin embargo, no está descartado recibir bonos, si las condiciones del mercado, regidas por el Riesgo País, permiten canjear dichos papeles por liquidez inmediata y bajo buenas condiciones de rentabilidad para el afiliado. 

$ 8.035 MILLONES es la cantidad que la entidad tiene invertidos en bonos del Estado. A inicios del 2020, los bonos eran la principal inversión; le seguían los hipotecarios con $ 7.100 millones.

“Si usted tiene que cobrar una deuda de $ 1.200 millones y el Gobierno no tiene liquidez y el siguiente Gobierno no le puede garantizar tampoco que la tenga, porque seguimos en una pandemia y te ofrecen bonos con los que sí te van pagando al día los intereses, ¿agarras o no agarras?”, dice el funcionario, quien es de la idea de no satanizar este mecanismo, si las condiciones son buenas.

Roberto Palacios, gerente general en Afines (Asesoría en Finanzas y Eficiencia S.A.), admite que con un escenario complicado, la entidad no tendría otra opción que aceptar. Sin embargo, exhorta a no volver a cometer los mismos errores. “Se tendría que cambiar la reestructura de recuperación de ese dinero, acelerar ciertos pagos, sobre todo cuando se vea una mejora de la economía o de precios internacionales como el petróleo”, dice. Jorge Madera, experto en Seguridad Social y exdirector del IESS, concuerda, pero añade que ese canje debe ser rentable. “Recibir bonos está bien, pero estos deben ser atractivos. No deben significar pérdidas en el momento en que estos se vendan”.

De acuerdo con Wated, para el segundo tramo de deuda ($ 6.700 millones) se está analizando la posibilidad de que el Estado pueda cancelar a través de activos productivos. Una alternativa que para Madera es viable, pero tiene sus reparos. “Se habla por ejemplo de pagar con el OCP (Oleoductos de Crudos Pesado), pero hay que pensar en qué tan buen administrador puede resultar ser el IESS y el Biess, para recibir esto. Lo que puede ser aceptable es que los flujos de rendimientos del OCEP entren a aceptar los fondos previsionales, eso es diferente”, aconseja.

Nada está dicho aún. Tampoco, dice Wated, está desechada la posibilidad de seguir invirtiendo en bonos. “Tenemos un máximo y un mínimo para poder comprar. Dependiendo de eso y de la calidad del bono... si te pagan más del 8,50 % es rentable”, dice.

En un escenario de iliquidez y en donde ‘ya se han puesto los huevos sobre una misma canasta’, dice Madera, esto último no es lo recomendable. Para él se debería apostar por otros instrumentos como los mismos créditos quirografarios, por los cuales se tiene un mayor rendimiento (una tasa del 12 %). Palacios, en cambio, menciona que eso no debe descartarse si la transacción se hace a muy largo plazo.