
El crecimiento económico no reduce la desigualdad en Ecuador, según data de la UTPL
Ecuador no sigue la tradicional “U invertida” de Kuznets y mantiene desigualdad alta incluso en periodos de crecimiento
Aunque la economía ecuatoriana ha registrado periodos de crecimiento, la desigualdad de ingresos no ha disminuido de forma significativa. Así lo concluye una investigación de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), que analizó datos de 113 países durante tres décadas y determinó que Ecuador no sigue la tradicional Curva de Kuznets. En lugar de reducirse con el desarrollo, la desigualdad se mantiene alta, incluso después de impuestos y transferencias, evidenciando fallas estructurales en el modelo económico y en las políticas redistributivas.
La relación entre crecimiento económico y desigualdad ha sido uno de los debates clásicos de la economía del desarrollo. Buena parte de esta discusión se debe al economista Simon Kuznets, premio Nobel de Economía en 1971, quien formuló la teoría de la Curva de Kuznets, una hipótesis que propone que, en las etapas iniciales del crecimiento económico, la desigualdad aumenta porque solo ciertos sectores se benefician de la modernización.
Con el tiempo —según el modelo— la expansión educativa, la diversificación del empleo y el fortalecimiento institucional deberían reducir esa brecha, dando lugar a una trayectoria en forma de “U invertida”. Durante décadas, esta teoría fue considerada una referencia para interpretar el desarrollo de los países. Sin embargo, las dinámicas del siglo XXI han generado dudas sobre su validez universal.
Un estudio global que desafía la teoría
En ese contexto, la investigación “Desarrollo económico y desigualdad de ingresos: acceso a la evidencia desde la perspectiva de la hipótesis de Kuznets para una muestra global”, realizada por Byron Quito, Wilman Santiago Ochoa Moreno, José Álvarez-García y María de la Cruz del Río-Rama, revisa la hipótesis aplicándola a 113 países durante treinta años. Sus conclusiones aportan luces sobre qué tan vigente resulta el modelo de Kuznets en realidades complejas como la ecuatoriana.
En Ecuador, los resultados se apartan de lo previsto por la teoría. El estudio demuestra que el país no sigue la trayectoria de la “U invertida”, ni antes ni después de impuestos y transferencias. El economista Santiago Ochoa, docente de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y coautor de la investigación, explica que la curva ecuatoriana “no desciende como propone Kuznets, sino que se asemeja más a una ‘S’ o a una línea recta”, lo que revela que el crecimiento económico no se está traduciendo en una reducción efectiva de la desigualdad.
Estudios complementarios para una lectura completa en Ecuador
El análisis del Índice de Gini complementa esta lectura. Pese a periodos de expansión del PIB, la desigualdad se mantiene elevada: solo tres de cada diez ecuatorianos acceden a un salario básico y provincias ricas en recursos naturales continúan entre las más pobres del país. Para Ochoa, estas brechas son el resultado de factores estructurales: sistemas tributarios “más políticos que redistributivos”, instituciones frágiles y la aplicación de políticas de austeridad que, como anticipó Keynes, suelen profundizar las crisis sociales al reducir empleo y limitar servicios esenciales.
Desde lo social, estas dinámicas impactan de forma directa en el acceso a educación, salud y oportunidades laborales. La pandemia agudizó la desigualdad existente, afectando sobre todo a quienes ya tenían condiciones precarias. Para Ochoa, el problema no reside únicamente en las cifras económicas, sino en la ausencia de una verdadera conciencia social dentro de la formulación de políticas: “los economistas solemos olvidar que el objetivo no es crecer por crecer, sino generar equidad”.
El estudio también advierte que, sin reformas profundas, Ecuador podría entrar en un nuevo ciclo de crisis hacia 2026. Entre las políticas urgentes propuestas están la renegociación estratégica de la deuda externa, la inversión en empleo y producción sostenible, el fortalecimiento de salud y educación, y la lucha contra la corrupción. Asimismo, plantea transformar la matriz productiva para pasar de la exportación de materias primas a la creación de valor agregado, condición indispensable para un desarrollo duradero.