
Ecuador: Déficit de generación se agrava en 2026 por centrales fallidas y más demanda
La brecha para generar energía subirá a 1.440 MW en 2026. Concretar los nuevos proyectos es clave para garantizar el servicio
La alerta se mantiene. Ecuador requiere incorporar nuevos proyectos de generación de energía eléctrica para atender el aumento de la demanda en 2026 y evitar la suspensión del servicio durante los periodos de sequía como ocurrió en 2024.
Para 2026 se prevé que el déficit de energía eléctrica llegue a 1.439,8 megavatios (MW). Esto significa una brecha mayor en un 48,9 % frente a lo establecido para este año (966,5 MW).
Esta información sobre la situación del sector eléctrico de Ecuador hasta septiembre de 2025 y sus proyecciones consta en el Informe Técnico Económico para el alquiler de generación termoeléctrica delegada por el Ministerio de Ambiente y Energía a la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), al que accedió Diario EXPRESO.
En este documento de 65 páginas, la Celec señala que, tras una evaluación, el crecimiento sostenido de la demanda -estimado en un promedio anual de 315 MW- y la capacidad de generación de energía que aún no ha sido incorporada elevarán el déficit en 2026 a 1.439,8 MW, según el Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
La incorporación de nueva generación es urgente
Ante este escenario se plantea “la necesidad urgente de incorporar nueva generación firme que garantice la cobertura” de este servicio básico, advierte la entidad estatal.
Actualmente, de los 959 MW previstos para incorporarse entre enero de 2025 y diciembre de 2026, 458 MW ya están operativos. El resto, 501 MW, sigue pendiente aunque se previa contar con ellos en este 2025. Este aporte debía provenir del aporte de las centrales térmicas fallidas Quevedo III, Salitral y Esmeraldas III, a cargo de Progen y Austral Technical Management (ATM). Y de Pascuales (ver gráfico).
Sin embargo, si se considera la generación que todavía no se ha incorporado desde 2024 la cifra asciende a 866,5 MW, refiere este documento.
Inés Manzano, ministra de Ambiente y Energía, tiene una visión distinta. El 16 de diciembre de 2025, ante la caída de la cota de Mazar, la funcionaria aseveró en las redes sociales de esta entidad que el sistema eléctrico del país está “solido y preparado” debido a un plan “riguroso y responsable” del gobierno nacional que incluye la incorporación de nuevas centrales y la recuperación de unidades que estaban fuera de servicio, que han permitido sumar “más 860 megavatios adicionales que respaldan el suministro eléctrico del país”.
Darío Dávalos, editor de Energía al Día, refirió que de la cifra mencionada en el informe de la Celec (866.5 MW) los 241 MW de Progen y Austral están en un limbo jurídico ante los incumplimientos en los contratos, señalados por la Celec. En cambio, en el alquiler de 260 MW (Pascuales), falta la firma del contrato, tras su adjudicación a finales de octubre pasado.
Dávalos recalcó que estos megavatios adicionales son necesarios porque en las condiciones actuales la reserva energética que se acumula en el embalse de Mazar -en épocas de escasez de lluvias, como las registradas a inicios de este mes- se utiliza de forma estratégica. Y se complementa con importaciones de electricidad y generación térmica, incluidas las barcazas arrendadas, cuyo último contrato (Erin Sultan) vencerá en julio de 2026. “Necesitamos ingresar más generación termoeléctrica y dar mantenimiento al parque térmico que es vetusto”.
El riesgo de no incoporar nuevos megavatios al sistema eléctrico
La entidad estatal advierte también en este informe que el riesgo de no sumar los megavatios pendientes en los plazos acordados es que en los períodos de estiaje, entre noviembre y diciembre de 2026, el sistema no sería capaz de abastecer la demanda de manera autónoma.
“En estos escenarios, será necesario recurrir a la importación de electricidad desde Colombia”, para lo que se requiere que el Gobierno cuente con los recursos económicos necesarios para hacer frente a estos eventos.
Solo entre julio de 2024 y julio de 2025, Ecuador destinó más de $314,2 millones para la compra de 1,279.528 megavatios hora (MWh) de energía desde Colombia.
Además, sin la incorporación de la nueva generación ofrecida y sin proyectos para incrementar la capacidad de transformación, transmisión y control de voltaje, “existe la posibilidad de que no se presenten las condiciones necesarias para realizar ciertos mantenimientos relevantes en el Sistema Nacional de Transmisión y Generación”.
Ricardo Buitrón, consultor eléctrico, resaltó que este informe de la Celec da cuenta de la “situación crítica” en la que se encuentra el sistema eléctrico de generación y transmisión para atender la demanda en el caso que los caudales que alimentan las centrales eléctricas disminuyan ante la llegada del estiaje. “La crisis del sector eléctrico sería muy grave si estas condiciones ocurren”.
Por esta razón, Buitrón enfatizó que, una vez concluyan los contratos de arrendamiento de 300 MW de generación térmica -provenientes de las barcazas-, el Gobierno debe contar con alternativas para reemplazarlos con plantas de generación propia. De lo contrario, advirtió, la brecha de generación podría ampliarse y agravarse el impacto en las finanzas públicas, debido a los altos costos que implican este tipo de contrataciones.