
Diego Jaramillo: “El empresario del futuro necesita visión humana”
El director de IDE Business School, Diego Jaramillo, propone un cambio en la formación empresarial en Ecuador
El nuevo empresario necesita más que resultados: necesita propósito. Así lo afirma Diego Jaramillo, director general del IDE Business School, en una conversación con Diario EXPRESO donde destaca la urgencia de transformar la forma en la que se lideran las organizaciones. Para él, formar empresarios hoy no puede limitarse a entregar fórmulas de gestión. “Las universidades ya no deben ser torres de marfil, sino plataformas de impacto”, dice.
La visión de Jaramillo se construye desde una base sólida: estudios en la Universidad de Harvard y una certificación en Responsabilidad Social por el Global Reporting Initiative (GRI) en Países Bajos. Pero no se trata solo de credenciales. Su mensaje es claro: el mundo cambió, y el empresariado debe cambiar con él.
El empleado del siglo XXI exige más que un salario
Las nuevas generaciones —lideradas por los millennials que, según Harvard Review, serán el 75 % de la fuerza laboral en Latinoamérica para 2027— demandan un entorno laboral con propósito, creatividad y valores. “Quieren trabajar, pero también vivir. Buscan empresas que impacten social y medioambientalmente”, sostiene Jaramillo.
Frente a esta realidad, no basta con dar órdenes: el liderazgo debe volverse humano. “El empresario ya no puede ser el jefe del látigo. Tiene que ser un líder que entienda las emociones, las motivaciones y el sentido de vida de sus colaboradores”, asegura.
La rotación y el desafío del compromiso
La rotación laboral es uno de los síntomas más visibles de este choque generacional. Ya no se ven hojas de vida con décadas en una misma empresa. “Ahora llegan con experiencias de dos, seis meses, máximo un año. El reto es lograr que se queden, que crezcan dentro de la organización”, explica. Para eso, hace falta cultura y ética. “El progreso no vendrá solo desde lo técnico, sino desde lo humano”, afirma.
¿Y la rentabilidad? También importa, pero con visión
Jaramillo no desconoce que una empresa debe generar ganancias. Pero advierte: hay dos caminos. “Puedo sacar el látigo y exprimir a la gente… o puedo formar equipos que trabajen con compromiso, autonomía y gusto por lo que hacen. A largo plazo, eso genera mejores resultados”.
La inteligencia artificial y otros cambios tecnológicos traerán impactos profundos en el empleo. Frente a eso, IDE propone una comunidad de aprendizaje que apuesta por la ética como base del progreso y por líderes que piensen en el bien común.
“El empresario ya no puede pensar solo en su rentabilidad. El líder del futuro debe tomar decisiones con visión humana y sentido de responsabilidad sobre las consecuencias de su poder”, insiste Jaramillo. “Y no solo el empresario. Todos somos responsables: el gobierno, el sector público, los medios, la academia… incluso quienes deciden qué temas poner sobre la mesa”.
En un país donde aún se valora el mando rígido, la propuesta del IDE es disruptiva. Pero también urgente. Porque el verdadero progreso —dice Jaramillo— llegará cuando cambiemos el chip.
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