Carlos Cueva, presidente de Difare.
Es el presidente de Grupo Difare. Nació en El Oro y con 69 años de edad es dueño de todo un emporio de empresas, a la que se suma Dibiens.FREDDY RODRÍGUEZ / Expreso

Carlos Cueva: “A las empresas hay que darles un respiro tributario”

El presidente del grupo Difare cuenta sobre su desafiante aterrizaje al mercado de la construcción 

Dibiens es la firma que le ha permitido al Grupo Difare evolucionar, desde hace 14 años, dentro del sector inmobiliario. Con su primer centro comercial en proyecto, su presidente, Carlos Cueva, cuenta sobre el desafío que ha sido para el grupo el haber diversificado su apuesta, más allá del sector farmacéutico.

- ¿Cómo nace la idea de Vivantino, el primer centro comercial que construirán en    La Joya?

Imagen referencial de riesgo país

El riesgo país, por debajo de los 700 puntos: ¿Qué hay detrás de su caída?

Leer más

- Este es un sector donde la plusvalía ha venido creciendo. Hoy aglutina muchas construcciones nuevas. En nuestro caso, teníamos este terreno de 28.000 metros (cuadrados) desde hace años, en el que no nos habíamos animado a construir, por falta de seguridad, recursos, inestabilidad del mercado... Hoy en día los mercados internacionales están confiando un poco más en el país y las tasas han bajado. Por eso, en alianza con Nobis, nos hemos decidido a seguir invirtiendo. Antes era imposible.

- Ustedes toda la vida han estado en la rama farmacéutica. ¿Qué los motivó a entrar en este mercado?

- Ha sido producto de una decisión estratégica para diversificarnos, pero también un tema de cristalizar un sueño. Yo también trabajé en el área de la construcción en los años 80, lo que me permitió ganar experiencia también en este mercado. Fue en el 2011 cuando nos decidimos a entrar a este sector construyendo casas en unos terrenos que teníamos en Durán.

- Y con los años, ¿qué tan buena ha resultado esta apuesta en un sector desafiante que en los últimos años ha tenido problemas?

- Difare es un ‘monstruo grande’. Acá realmente estamos comenzando, seguimos sembrando para cosechar. Primero hay que tratar de buscar buenos terrenos con miras a que estos se revaloricen. En ese lapso prácticamente no hay un crecimiento como resultado sino como activos. Pero en este año ya tenemos encaminados algunos proyectos. Además de Vivantino, trabajamos en el Batán Town Center en Samborondón. También tenemos otras plazas en Casa Laguna y seguimos con proyectos habitacionales cercanos a la autopista Narcisa de Jesús.

- El sector de la construcción siempre requiere proyectar cómo le irá la economía en un futuro, como condición para invertir. Por los proyectos que menciona y por los que vendrán, entonces estima que hay un buen panorama.

- El país debe tener un norte hacia a donde ir. Creo que ese norte empieza a verse y lo notamos con un mejor riesgo país y las tasas de financiamiento que han caído significativamente. Eso ha ayudado.

- ¿Cuánto esperan invertir en este año?

- De recursos propios, estimamos que estaremos invirtiendo entre 15 y 20 millones de dólares, solo este año.

Difare es un ‘monstruo grande’. En Dibiens realmente estamos comenzando, seguimos sembrando...

- ¿Usted podría hoy emprender con el mismo éxito con el que lo hizo en sus inicios?

- Hoy tenemos la ventaja de la experiencia y eso ayuda mucho. No sé si emprendería con el mismo éxito, pero sí me atrevería. Para    emprender hay que poner muchas ganas, tener la idea clara de lo que uno quiere hacer, y para eso se requiere tener algo de experiencia previa. Yo fui empleado primero, trabajé nueve años en empresas grandes y toda esa experiencia me ayudó.

- Cuando usted inició con Difare se tuvo que enfrentar a un mercado afectado por fuertes devaluaciones de la moneda. Si hace 40 años eran las devaluaciones, ¿hoy cuál es el principal desafío para hacer empresa?

- No es que me afecte a mí, pero creo que son los precios. Los constantes cambios de precios. Temu es un actor nuevo, al que todo el mundo le compra por el teléfono, porque es fácil, por lo que fuera, pero que eventualmente le afecta a quienes vendían antes. También sigue siendo un desafío el enfrentar el tema de seguridad, algo que no es fácil de solucionar. También hemos tenido el tema energético. Eso nos ha pegado a todos, y es una consecuencia de la falta de acción de gobiernos anteriores, por mantener un monopolio en la venta de energía. Pero hay que trabajar en políticas. Yo creo que el país tiene que proyectárselo de aquí a 10 años. Si seguimos en este rumbo, puede haber mejora, pero aún hay que hacer mucho en tema de empleo. La clave es que haya más generación de trabajo de parte del Gobierno.

- ¿Qué no se está haciendo?

- Hay que retomar la obra pública porque eso genera trabajo público y privado. Tenemos educación en teoría, pero el Gobierno tiene que hacerla tal vez más dinámica. Por ejemplo, apostar por el    famoso sistema dual. Si el país tuviese mucha gente capacitada como Costa Rica, sube la posibilidad de instalarse una nueva planta y con ello generar empleo. Si la gente está más preparada, bueno, puedo traer al país un negocio aparentemente más complejo.

- ¿Qué hay de la condición empresarial? ¿Qué tan difícil es para la empresa privada hoy en día generar ese empleo?

- A la empresa privada cada vez nos aprietan más.    Obviamente el país aparentemente (lo) necesita, pero a la empresa hay que darle un poco más de respiro tributario.

- ¿Qué temas se deberían revisar, desde su punto de vista?

El pago del impuesto por la no distribución de utilidades afecta porque la empresa va a tener menos fondos para invertir.

- Los últimos impuestos creados, los pagos por la no distribución de utilidades. ¿Reinversión qué es? Que una empresa diga ‘me gané 100’ y que decida guardar su dinero porque necesita invertirlo en la misma empresa. Lo que se está haciendo es afectar una estrategia porque ahora se cobra impuesto por lo que no se distribuye.

- ¿Y eso a ustedes en qué medida les afecta?

- Es algo que estamos midiendo, pero obviamente afecta porque la empresa va a tener menos fondos para invertir. Un 10-12 % de lo no distribuido tendría que pagar impuesto.    Revisar esto ayudaría a muchos negocios.

- ¿Esto es igual de nocivo    que el ISD, un impuesto del que ustedes se viven quejando pero que tampoco se revisa?

- El ISD te afecta en una forma financiera directa: 5 % menos. En Argentina llegó a ser 20 %. Se nos está diciendo que tal vez un año o dos años podría eliminarse, que sería lo ideal, porque es como decir que nuestro dólar vale un 95 % de un dólar americano. El 5 % se va al Gobierno.

¿Te gusta leer Diario EXPRESO? TE PUEDES SUSCRIBIR AQUÍ