Daniel Salcedo y Sercop
La contratación pública enfrenta críticas por vacíos que permiten direccionamiento de procesosILUSTRACIÓN REFERENCIAL

Daniel Salcedo abre la duda: ¿Deben cambiar las reglas de la contratación pública?

El testimonio de Salcedo revive cuestionamientos sobre vacíos legales y direccionamiento en contratos estatales

En un reciente testimonio, Daniel Salcedo dejó entrever cómo ciertas prácticas dentro del sistema de contratación pública podrían estar diseñadas para favorecer arreglos informales o poco transparentes. Aunque no detalló todos los contratos, sí reveló dinámicas que, según él, se daban desde las propias unidades requerentes, lo que abre una interrogante clave: ¿el problema está en las personas o en las reglas?

Salcedo relató cómo surgían oportunidades “especiales” dentro del sistema, aludiendo a mecanismos como el régimen especial, que permite contrataciones directas bajo ciertas condiciones. Su testimonio no solo expone una experiencia personal, sino que también plantea un debate urgente: ¿es momento de reformular el marco normativo de la contratación pública en Ecuador?

Un sistema con vacíos que permiten direccionamiento y colusión

La contratación pública en Ecuador está centralizada principalmente a través del SERCOP, que administra el portal de compras públicas. Sin embargo, casos recientes (como los contratos durante la pandemia de COVID-19 o los señalados por la Contraloría General del Estado) han revelado prácticas como sobreprecios, direccionamiento de contratos y uso de empresas fantasma.

Estos esquemas suelen involucrar a funcionarios públicos, proveedores privados y redes de intermediarios. La falta de controles preventivos y una débil cultura de rendición de cuentas han facilitado estas prácticas poco éticas, generando desconfianza ciudadana.

“El modelo actual necesita una transformación estructural”

Melissa Loor, economista y docente de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), sostiene que el problema no se resuelve con ajustes menores. “No solo se debe modificar o cambiar, sino que se debe hacer una transformación estructural del modelo de compras públicas para el país”, afirma.

Loor identifica debilidades como la fragmentación de procesos, la limitada trazabilidad en tiempo real y la baja interoperabilidad entre instituciones. “El enfoque actual es demasiado procedimental, pero carece de una gestión basada en resultados y riesgos”, advierte.

¿Cómo debería ser un nuevo modelo de compras públicas?

Para Loor, el país debe migrar hacia un modelo inteligente basado en tres pilares: transparencia total, innovación tecnológica y profesionalización. “Necesitamos portales con datos abiertos, trazabilidad en tiempo real y participación ciudadana”, señala.

También propone el uso de inteligencia artificial para detectar anomalías y mapear redes de proveedores, así como la obligación de declaraciones juradas por parte de los beneficiarios finales de las empresas contratistas. “Donde hay recursos públicos sin controles adecuados, el riesgo de corrupción es alto”, señaló.

Modelos exitosos en la región: ¿qué podemos aprender?

Loor destaca ejemplos regionales como ChileCompra, que cuenta con auditoría automatizada y participación ciudadana; Colombia Compra Eficiente, que prioriza la eficiencia con herramientas tecnológicas; y ProZorro de Ucrania, un sistema 100% transparente con inteligencia artificial para detectar irregularidades.

Estos modelos demuestran que es posible construir sistemas de compras públicas más justos, eficientes y confiables, siempre que exista voluntad política y técnica para hacerlo.

el sistema se acomoda al proveedor, no a la institución

Una socia de la firma Legal Defense, especializada en derecho administrativo, sostiene que el problema no está solo en las modalidades como el catálogo electrónico, sino en cómo se manipula todo el proceso desde adentro. “La persona que lidera el proceso de contratación muchas veces acomoda los requisitos a un proveedor específico, no a las necesidades reales de la institución”, afirma.

Según la abogada, esta práctica es una de las formas más comunes de corrupción estructural. “Se diseña el pliego técnico con características tan específicas que solo un proveedor puede cumplirlas. Ahí está el verdadero foco del problema”, advierte. Esto ocurre en todas las modalidades de contratación, no solo en el catálogo electrónico.

Los vacíos del sistema permiten que se repita el mismo patrón

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La especialista también señala que, aunque el sistema de contratación pública tiene herramientas útiles, existen “nudos críticos” que no han sido corregidos. “Ya se han identificado estas fallas, pero no se ha hecho nada para resolverlas. Y mientras tanto, las instituciones públicas las aprovechan para manipular el sistema a su favor”, sostiene.

Además, advierte que hay procesos que deberían tomar semanas o meses, pero que se resuelven en 24 horas cuando hay intereses particulares de por medio. “Es un secreto a voces que hay proveedores que logran ser calificados de forma exprés, con ayuda interna, para entrar en concursos hechos a su medida”, concluye.

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