Editorial | Sin iniciativas para salvar a Quito
Sin iniciativas creativas y novedosas, el declive de Quito se profundizará irremediablemente
La falta de previsión y de una mirada a largo plazo constituyen fallas notables en muchas administraciones públicas del país, y en especial de las de ámbito municipal. El caso de Quito no es una excepción. La falta de toma de medidas preventivas por parte de la alcaldía capitalina para evitar consecuencias por desastres naturales como aluviones o incendios forestales, o ante contingencias como la escasez de agua potable o luz eléctrica, agrava la situación de la ciudad.
Se conoce claramente cuáles son los períodos del año que corresponden a la estación lluviosa y a la seca, y aunque con variaciones que obedecen al cambio climático, es perfectamente posible que las autoridades adopten estrategias para mitigar o impedir que se produzcan deslaves por las lluvias, o que en época seca se produzcan incendios forestales o cortes de servicios básicos debido al estiaje que afecten la calidad de vida e integridad de la ciudadanía.
La municipalidad tampoco ha presentado planes para reactivar a una ciudad que parece extinguirse, víctima de las amenazas del crimen organizado sobre la población o por falta de iniciativas culturales o recreativas que estimulen a la gente a salir y reapoderarse del espacio público.
Si no hay iniciativas creativas y novedosas, el proceso de decadencia que atraviesa Quito se profundizará irremediablemente.