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La credibilidad de Lasso, víctima de sus arrebatos

La caída de la aprobación del presidente coincide con sus desaciertos. Su comportamiento denota improvisación. Gestionar, el camino para despuntar

GUILLERMO LASSO
Las contradicciones y la falta de gestión del presidente Guillermo Lasso han afectado su credibilidad.ARCHIVO

El presidente Lasso es su principal detractor. Al menos esa es la conclusión que muestran sus cifras de aprobación de gestión que, contrastadas con sus declaraciones regulares, guardan una relación directa con la desvalorización de su palabra como primer mandatario.

La muestra más reciente de ello se abrió paso el 23 de septiembre pasado con la solicitud de Lasso para que el mando policial ponga “sus cargos a disposición”, tras la confirmación de la muerte de María Belén Bernal. Sin embargo, diez días después, los señalados por el mandatario estaban reunidos con el nuevo ministro Zapata.

DeclaracionesEl 3 de octubre pasado, Lasso indicó que las desvinculaciones de la Policía Nacional deberán seguir el debido proceso y no “a las locas”.
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Inconsistencias que para el director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón, no son nuevas y dieron sus primeros destellos en la campaña electoral. “Dijo que arreglaba el país con decretos en los primeros 100 minutos y después indicó que un año de Gobierno era insuficiente para empezar a hacer las cosas”.

Además, recuerda que “la pérdida de credibilidad, confianza y popularidad tiene mucha relación con estas frases (y situaciones) que quedaron en el aire” y denotan improvisación. En este punto, Alarcón hace referencia a, por ejemplo, cuando en marzo pasado el presidente Lasso denunció que cinco asambleístas de Pachakutik le habrían pedido favores económicos a cambio de votos para apoyar la no aprobada Ley de Inversiones.

La pérdida de credibilidad del presidente tiene relación con sus frases que quedan en el aire. El peligro de esto es que está provocando que los ciudadanos ya no le crean

Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo

Denuncia que, en agosto pasado, el mandatario solicitó a la fiscal general, Diana Salazar, sea archivada “en virtud del tiempo transcurrido” y otras razones que, según el presidente, por sí sola es una disculpa con los legisladores de Pachakutik.

“Podríamos seguir enumerando los casos”, continúa Alarcón y recuerda que “lo grave es que está provocando que la gente ya no le crea”. Premisa que se puede contrastar con cifras. Según el histórico de aprobación de gestión de Click Research, en los últimos siete meses, el presidente Lasso ha caído en un 26 %. Por su parte, la encuestadora Perfiles de Opinión señala que, en ese mismo período, el primer mandatario ha tenido una caída sostenida del 17,84 % en la calificación de su gestión.

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Números que para la exlegisladora nacional, Lourdes Tibán, muestran que “hay presidente, pero no Gobierno”. Esto, según la exasambleísta, se puede observar en la falta de resultados en eventos como el paro de junio pasado, las mesas de diálogo o la crisis carcelaria. “No hay un horizonte”, continúa e indica que las decisiones del presidente “son por encima, cumpliendo formalidades, pero sin resultados”.

Hay un presidente, pero no hay un Gobierno. Lasso no tiene un horizonte claro y se nota en el desbarajuste que hay en la salud, la educación, el trabajo y la crisis de inseguridad

Lourdes Tibrán, exasambleísta nacional

Tibán señala que, además de las inconsistencias del presidente, el cuestionamiento a su credibilidad se debe al “desbarajuste” que hay en ámbitos como la salud, la educación y el trabajo. “¿Qué es lo que va a hacer en cada área? ¿Cómo nos va a dar respuestas?”, cuestiona la exlegisladora al mandatario.

Preguntas que para Alarcón son válidas e indica que la única vía que le queda al presidente Lasso para reivindicar su gobierno y su credibilidad “es trabajando y punto. La gente va a valorar cuando vea que (Lasso) empieza a honrar su palabra” con el país.