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Tras la destitución de Nicole Bonifaz, Andrés Fantoni pasa a ocupar el sillón de la cabecera en la accidentada sesión del pasado miércoles.RENÉ FRAGA / EXPRESO

CPCCS: fin del control correísta

Mientras la depuesta Bonifaz no se resigna a perder, Fantoni rediseña el ente. Cambiaron todos los cuadros de libre remoción

No se quedó Nicole Bonifaz a dormir en su despacho, como hizo Sofía Almeida cuando también se aferraba a la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana y Control y Social (CPCCS). En consecuencia, lo perdió. Ayer, jueves 4 de abril, mientras ella se reunía en una oficina del norte de la capital con sus asesores jurídicos (de los que muy poco ha aprendido), para analizar la posibilidad de una acción de protección que la restituya en el cargo, el nuevo presidente del organismo, Andrés Fantoni, le daba el golpe de gracia: no solo tomaba posesión de la oficina (maniobra más simbólica que otra cosa), sino que descabezaba a los mandos medios y los sustituía por gente nueva. Así, el control del CPCCS cambió de manos en un día.

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Los hechos quedaron consumados a las 16:20. A esa hora, la cuenta oficial de Twitter del organismo publicaba un escueto mensaje: “El CPCCS trabaja con normalidad, luego de la resolución adoptada por el Pleno, en la cual se designó a Andrés Fantoni como presidente de la institución”. Lo dice el mismo Departamento de Comunicación que la víspera, fiel a Nicole Bonifaz, suspendió la transmisión de la sesión y emitió un comunicado para denunciar lo que llamó “un intento de desestabilizar la institucionalidad”. 

Fantoni sustituyó al coordinador de Comunicación y, con él, a todos los cuadros jerárquicos superiores de libre remoción: los coordinadores de Asesoría Jurídica, Administrativo y Financiero y de Planificación, y los titulares de las secretarías de Participación Ciudadana y de Lucha Anticorrupción, con sus siete subcoordinadores que manejan media docena de personas cada uno. Los removidos eran, en su mayoría, funcionarios provenientes de la época de Alembert Vera y militantes correístas, cuotas políticas de los consejeros Yadira Saltos y Augusto Verduga.

La Revolución Ciudadana (que en este organismo se llama Liga Azul, para disimular su inocultable naturaleza partidista) perdió en todos los frentes. El golpe de timón fue posible gracias al viraje de la consejera Johanna Verdezoto, representante de los pueblos y nacionalidades, que solía votar con ellos. En febrero, Verdezoto decidió no apoyar a la candidata correísta para vocal suplente del Consejo de la Judicatura, su exasambleísta Nuria Butiñá. Desde entonces, la empezaron a amedrentar y a presionar de mala manera, muy en el estilo del partido. Lo único que lograron fue precipitar su ruptura. Ahora Verdezoto, junto a Juan Esteban Guarderas, Mishelle Calvache y Andrés Fantoni, forma parte de la nueva mayoría que el miércoles depuso a la presidenta Nicole Bonifaz, en una sesión estrepitosa y llena de gritos destemplados.

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Augusto Verduga fue el candidato al CPCCS con mayor votación en la lista de hombres. Perteneció a la denominada Liga Azul que apoyaba el correísmo.

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Fantoni se convierte en el séptimo presidente del Consejo de Participación Ciudadana en cinco años. Los seis anteriores, desde José Carlos Tuárez hasta Nicole Bonifaz, pasando por Cristhian Cruz, Sofía Almeida, Hernán Ulloa y Alembert Vera, fueron destituidos por distintas causas, desde la falta de probidad hasta el incumplimiento de funciones.

A la administración de Fantoni le toca ahora acelerar los procesos de elección de autoridades que se encontraban paralizados mientras la expresidente Bonifaz se entregaba a su propia agenda, que, entre otras cosas, consistía en viajar cuanto pudiera: 29 viajes en apenas cinco meses, incluidos uno a Cancún y otro a un encuentro con emigrantes ecuatorianos en Nueva Jersey, que la entretuvo ocho días y cuya utilidad pública no ha sido explicada, ayudan a entender en parte su legado: solo tres autoridades designadas de una lista de 49. 

Lo más urgente es, precisamente, aquello que Bonifaz anunció que no haría: la renovación del Consejo Nacional Electoral. Para el 2025, pensaba aplazarlo la expresidenta. Es decir: su intención era dejar a Diana Atamaint a cargo de una elección más. Esto aceleró su caída. Hay consejeros, como Juan Esteban Guarderas, que piensan que la sustitución del CNE debería ser la prioridad de su organismo.

Una fallida contraorden

Tras el bochornoso espectáculo de la sesión del miércoles 3 de abril, que pretendió suspender luego de que fuera apelada su presidencia, Nicole Bonifaz todavía ensayó un último pataleo en su intento de evitar lo inevitable: a la orden de remover a todos cuadros jerárquicos superiores de libre remoción del organismo, siguió una contraorden suya que no tuvo efecto. Ella seguirá siendo consejera.

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