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Candidato. Leonidas Iza acepta humildemente la candidatura que la organización, o sea el pueblo, le ha ofrecido a él, o sea a la organización.Cortesía

Conaie, o la democracia como farsa

Marlon Santi, coordinador de Pachakutik, propuso a Leonidas Iza como candidato. La Conaie acepta a cambio de su cabeza

El ofrecimiento de Marlon Santi a Leonidas Iza es un caramelo envenenado. La respuesta de Iza, un desplante. El coordinador de Pachakutik y el presidente de la Conaie llevan meses cultivando una implacable hostilidad y las elecciones extraordinarias de este 20 de agosto son una oportunidad para saldar cuentas, hacer las paces, aunque fuera precariamente, o librarse de una vez uno del otro. Santi postula a Iza como candidato a la Presidencia de la República y lo llena de elogios, reconoce su liderazgo, alaba “su posición firme en defensa de los intereses populares”. En el fondo, sabe que es la mejor manera de neutralizarlo. Iza, cómo no, acepta la propuesta, incapaz de concebirse a sí mismo como nada menos que presidente. Con una condición: que Santi, a quien llama “excoordinador de Pachakutik”, se quite del medio y entregue el mando del movimiento a su propio hombre de paja: Guillermo Churuchumbi, que ya intentó tomárselo a palos. No parece probable que le den gusto. Sin embargo, algo queda claro: en Pachakutik y en la Conaie todo el mundo quiere a Iza como candidato, aunque cada quien por razones diferentes.

Iza- Conaie- Pachakutik

Las exigencias de la Conaie para candidatizar a Leonidas Iza, sin eco en Pachakutik

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Para la democracia sería una buena noticia. La candidatura del presidente de la Conaie tendría el mérito de poner las cosas en su sitio, pues lo confrontaría con el pueblo que dice representar y en cuyo nombre ha dirigido dos estallidos de violencia con muertos, heridos y pérdidas materiales de las que no se responsabiliza. Por fin el país conocería qué porcentaje de ese pueblo se siente representado por él. Y él, por poco que respete las reglas de un juego democrático en el que no cree y contra el cual ha teorizado y combatido en las calles, no podría sino aceptar ese plebiscito y actuar en consecuencia, reacomodando su propia imagen pública en función del resultado. Porque no es lo mismo dirigir un estallido cuando se cree contar con el apoyo del pueblo que hacerlo cuando se sabe que un 85 por ciento de los electores no quiere votar por uno ni amarrado. Quizás por ahí va la apuesta de Marlon Santi. Quizás a nadie le conviene menos una candidatura de Leonidas Iza que al propio Leonidas Iza.

(Le invitamos a leer: La CONAIE se reúne en la Casa de la Cultura para definir candidato presidencial)

Y nadie tiene más razones que él para rechazarla. Al aceptar la candidatura, el presidente de la Conaie está traicionando sus propias convicciones, plasmadas con tanta elocuencia en su libro ‘Estallido’. Que Iza abomina de la “democracia burguesa”, como la llama con incongruente nomenclatura decimonónica que debiera horrorizarlo, no es un secreto para nadie. En su libro critica especialmente el sistema electoral, que identifica como un “mercado de votos”. Pero su marxismo indoamericano (lo que quiera que esto signifique) va aún más lejos: rechaza la postura de las izquierdas a las que él llama institucionales, que se han propuesto instrumentalizar el sistema con el fin de ganar espacios de poder. Son “máquinas burocráticas -escribe en su libro- que utilizan una retórica hacia la izquierda como mecanismo de validación social, mientras que asumen las reglas de juego del sistema de partidos electoral patrocinado como ‘democracia’ y que, consciente o inconscientemente, contribuyen al fortalecimiento del orden burgués”.

Sin embargo se lo vio encantado. No cabía en sí de dicha este 25 de mayo por la noche, cuando el Consejo Ampliado de la Conaie, reunido en el pequeño Teatro Prometeo de la Casa de la Cultura, decidió por unanimidad aceptar la postulación lanzada por el coordinador de Pachakutik, por más excoordinador que sea (para ellos, claro). Semejante oportunidad de contribuir al “fortalecimiento del orden burgués” lo puso pletórico: “Aquí el pueblo ha definido”, dijo refiriéndose al puñado de dirigentes que lo sigue a todos lados. Explicó, también, que se lo merecía, pues “luego de intensas jornadas de lucha, hay una referencia”. Pero que el honor no recae sobre él sino sobre la Conaie: “nuestra representación no es individual, es colectiva”. En suma: el pueblo se confunde con la organización y la organización es él. Con lo cual no se entiende para qué diantres habrá elecciones en agosto.

Aparte de postular la candidatura de Leonidas Iza, el Consejo Ampliado de la Conaie dictó el procedimiento que obligatoriamente deberá seguir la dirigencia de Pachakutik para hacer efectiva dicha candidatura. Primero, Marlon Santi tendrá que abandonar la coordinación del partido y posesionar en su lugar a Guillermo Churuchumbi, el hombre a quien los grupos de choque de Iza impusieron a la fuerza en las elecciones internas de abril pasado, cuando entraron a palazos en el coliseo de Puyo, cambiaron el padrón electoral, llevaron gente no empadronada para que vote en lugar de otros y desconocieron al tribunal legítimamente nombrado. Todos los procesos en marcha presentados ante el Tribunal Contencioso Electoral para impedir esta arbitrariedad tendrán que ser retirados. Luego habrá que elegir a los candidatos a asambleístas exclusivamente entre aquellos dirigentes que desempeñaron un papel activo en los levantamientos de octubre de 2019 y junio de 2022. Los asambleístas de Pachakutik que no apoyaron el juicio político contra Guillermo Lasso (Gissella Molina, Sofía Sánchez, Ricardo Vanegas... 11 en total) no podrán postularse nunca más a un cargo de elección popular. Cuando todo esto se haya hecho y sólo entonces, la Conaie proclamará oficialmente la candidatura de Iza.

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Así funciona la democracia en una organización que se ha propuesto luchar activamente contra ella. Bajo la conducción de Leonidas Iza, la Conaie se ha convertido en la gran mentira del sistema político ecuatoriano. Básicamente, porque mantiene viva la farsa de su supuesta “democracia comunitaria”, que Iza opone a la democracia liberal y burguesa y que todos los grupos de izquierda, ecologistas, feministas y demás tribus identitarias han comprado con una reverencia propiamente religiosa porque es parte fundamental del mito del buen salvaje. El engaño consiste en que todas las decisiones importantes se toman en asambleas por aclamación: el más antidemocrático de los escenarios que concebir se pueda. Asambleas como el Consejo Ampliado de esta semana, por ejemplo, que sancionó con la muerte política a los legisladores que se atrevieron a pensar por cuenta propia, ¿cómo podrían votar a la hora de designar un candidato si no es por unanimidad? ¿Se atrevería alguien a oponerse a Iza sabiendo que se arriesga al ostracismo? ¿Qué clase de democracia es esa?

“Exigimos la designación legal y legítima del compañero Guillermo Churuchumbi”, reza el pliego de resoluciones del Consejo Ampliado. La Conaie acaba de descubrir la mejor manera de legalizar y legitimar lo ilegal e ilegítimo: el chantaje.

La amenaza como rutina política

Otra de las resoluciones del Consejo Ampliado de la Conaie reunido este 25 de mayo en el Teatro Prometeo de Quito: realizar una “marcha para visibilizar la expansión minera en fuentes de agua, zonas de sensibilidad ecológica y reservas hídricas” el próximo 13 de junio. Aunque Leonidas Iza ha decidido entrar en el juego de la democracia, presentándose como candidato a la Presidencia, no ha renunciado a mantener viva la amenaza del estallido social. “Nos mantendremos vigilantes en cada uno de nuestros territorios ante los decretos ley”, dice el manifiesto: si la Conaie considera que alguno de esos decretos atenta contra los derechos colectivos o los derechos de la naturaleza, o simplemente resulta demasiado neoliberal para su gusto, volverán a la calles.