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El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, compareció el pasado lunes a la Comisión de Salud.CORTESÍA

Los candidatos ejercen una oposición tibia al Gobierno

Un error estratégico y una falta de visión partidista de asumir su papel de contraposición. ¿Quién gana y pierde con los desaciertos de la gestión saliente?

Un blanco que decidieron no ver u optaron por ignorar. Candidatos presidenciales con reacciones tibias o simplemente nulas a decisiones o posturas del Gobierno Nacional, como la cuestionada compra de vacunas contra la COVID-19 y su ahora criticada selección de beneficiarios, han marcado esta inusual campaña electoral.

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Estrategia o no, las organizaciones políticas, como parte de obrar, y sus candidatos, con especial énfasis en la época de proselitismo, son los llamados a salir al paso ante alguna decisión del Gobierno. Pero lo que los caracteriza es el silencio, no solo ahora.

En su lugar, candidatos a Carondelet optan por intentar endilgarse entre ellos los desaciertos de una administración desgastada, con un alto nivel de desaprobación y que decidió mantenerse al margen del proceso electoral.

Aunque pareciera una estrategia de campaña, José Chalco, catedrático universitario y experto constitucionalista, no lo ve así, sino como la consecuencia de un sistema repleto de organizaciones políticas que solo se activan en época electoral y no cumplen con su labor de ser la oposición natural y legítima de un Gobierno. 

“Hay un claro error y problema estructural: la falta de institucionalización de los partidos políticos. Se cree que hay que generar organizaciones a forma de maquinarias que se agrupan en torno a un proceso electoral. Pero no se mira que los partidos tienen un deber como actores de oposición permanente al Gobierno... Por eso se ven candidatos que aparecen solo en los temas de marketing político y medición de encuestas, pero no para realizar una actividad propia de representación”.

Existen no como representantes de la visión de un partido sino en la medición del marketing político. Ese es un gran defecto de partidos que no asumen su rol en la vida de un Estado.

José Chalco, catedrático universitario y experto constitucionalista.

A diferencia de episodios anteriores, como por ejemplo, el juicio político a la ahora exministra María Paula Romo, sobre el que algunos candidatos prefirieron no opinar, ahora saltan pidiendo la cabeza del ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos (ver apoyo).

Ese silencio por un lado y la pronta reacción por el otro, a criterio de Alfredo Dávalos, catedrático universitario y consultor político, responde a un error estratégico. “Cuando tienes un Gobierno con tan poca popularidad y cuestionado, se requiere distintas voces de reclamos que no hay o no aparecen”, replica.

Estos desaciertos del Gobierno pudieran servir a aquellos candidatos catalogados como gobiernistas para desmarcarse por completo y una oportunidad de posicionar una agenda.

Alfredo Dávalos, catedrático universitario y consultor político.

Ante un panorama con postulantes que eluden responder al llamado legítimo a convertirse en oposición visible, ¿quién gana y quién pierde con los traspiés del Gobierno? “Gana (Andrés) Arauz y pierden tanto (Ximena) Peña como (Juan Fernando) Velasco. (Guillermo) Lasso termina desmarcándose con reclamos como pedir la destitución del ministro (de Salud). Aunque es asumir una postura de oposición un poco tardía”, concluye Dávalos.