
Ante un IESS desabastecido, afiliados plantean subir aporte
Exautoridades solicitan una trazabilidad en compras. Beneficiarios, divididos sobre aumento hasta el 20 %
El desabastecimiento de medicamentos en los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) sigue siendo uno de los principales problemas del sistema de salud pública en Ecuador. A esto se suman fallas estructurales como baja trazabilidad, mala gestión de inventarios y compras lentas que permiten irregularidades.
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Este tema, que llegó a la agenda pública a través de una propuesta ciudadana que busca mejorar la atención en salud, motivó a EXPRESO a solicitar una entrevista con el presidente del IESS, Édgar Lama. Hasta el cierre de esta edición, el IESS no concretó una cita con el Diario pese a haber respondido. La propuesta busca subir el descuento del 9,45 % al 20 % para mejorar la cobertura de hijos y cónyuges.
La experiencia desde los ciudadanos
Desde la experiencia ciudadana, Jéssica Cabezas, beneficiaria del IESS a través de su esposo afiliado, señaló que aunque el sistema permite incluir a las esposas con un valor adicional “mínimo”, en su caso no ha podido acceder a atención médica efectiva.
“Cuando se encuentra alguna cita médica… ya toca especialista, pues es un mes que tienes que esperar”, expresó. Esta situación la ha obligado a automedicarse o acudir a atención privada.
En este contexto, Jorge Wated, expresidente del IESS, enfatizó que los problemas de abastecimiento tienen su raíz en una administración ineficiente. Durante su gestión, promovió un repositorio de precios de medicinas para evitar compras infladas, y se topó con una realidad alarmante: “Podía ser que un hospital había comprado pañales por toneladas y hacían falta pañales en otros”.
Cabezas también se refirió a la propuesta ciudadana de elevar al 20 % el aporte que se le descontaría a su esposo: “Si hubiera un cambio, por supuesto, porque no sería un porcentaje muy alto. El problema es que si suben el descuento y todo sigue igual, no tendría sentido”.
Sobre las medicinas
El caso de Cristian Salazar, afiliado al IESS y padre de un niño con hipocondroplasia, revela otra arista del problema: “Justamente las medicinas que tú necesitas no las tienen. De ahí, lo que sí tienen es paracetamol y por ahí (fármacos para) algunas infecciones. Las otras medicinas, que son más fuertes, no hay”. Con hipertensión y colesterol alto, ha debido costear tratamientos por su cuenta.
Ante situaciones como esta, Wated insistió en la urgencia de garantizar trazabilidad en las compras médicas. “No importa quién me venda, siempre y cuando esté calificado. Lo importante es saber a qué precio se compra y tener trazabilidad del medicamento”, argumentó. A su juicio, parte de la resistencia a las compras limpias proviene de sectores internos que pierden oportunidades de corrupción. “No los compraban porque no había margen de corrupción”.

Salazar también denunció demoras en la entrega de resultados médicos. “Te haces los exámenes, demoran cuatro o cinco días laborables para darte los resultados. Y después tienes que esperar que el doctor te asigne fecha para revisarlos. Puede pasar un mes o dos meses”, se quejó. Mientras tanto, su hijo Santiago ha requerido derivaciones al Hospital Gilbert, pero lograr atención ha sido, en sus palabras, “una odisea”.
Como si fuera poco, el cambio en la cobertura familiar ha generado inconformidad. “Antes, por el hecho de tú trabajar, estaban afiliados tu esposa e hijos. Ahorita ya no, solamente están los hijos”, dijo Salazar.
Para él, que su esposa ya no tenga acceso al seguro pese al aporte mensual representa una injusticia. Además, no estaría de acuerdo con un aumento al 20 % si la situación no mejora.Wated fue categórico sobre este tema: “Esto es como que te vayas a comer una hamburguesa y pagas por una, pero te tienen que servir cuatro”.
Reconoció que los hijos menores deben ser cubiertos en el sistema, pero enfatizó que la ampliación de la cobertura al 20 % (o cualquier otro porcentaje) debe ir acompañada de un reajuste justo en los aportes de los afiliados. “No existe almuerzo gratis, alguien siempre paga la factura”, concluyó.
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