
2025, el año más violento en Ecuador, marcado por el auge del crimen organizado
Ecuador cierra el 2025 con un récord histórico de homicidios, marcado por el avance del crimen organizado y la violencia
Ecuador cierra 2025 con un nuevo récord de homicidios, alcanzando hasta el 19 de diciembre un total de 8.847 asesinatos, según el comandante de la Policía, Pablo Dávila. Esta escalada de violencia, atribuida a la lucha por el poder y territorio entre bandas de crimen organizado, supera los 7.063 homicidios del año pasado y los 8.248 de 2023, que hasta entonces era considerado el más violento.
Esta creciente crisis llevó al presidente Daniel Noboa a declarar un "conflicto armado interno" a principios de 2024, con el fin de intensificar la lucha contra los grupos criminales, a los que calificó de "terroristas", y a militarizar las cárceles.
El Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO) ya había anticipado este panorama, prediciendo que si la tendencia continuaba, el país podría superar los 9.000 homicidios al final del año. Por su parte, el informe de ACLED (Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados) señaló que Ecuador podría registrar la tasa de homicidios más alta de América Latina por tercer año consecutivo, superando su propio récord.
Zonas violentas
Las zonas más afectadas por la violencia fueron principalmente las provincias costeras vinculadas al narcotráfico. Guayas, con Guayaquil como epicentro, concentró la mayor parte de los homicidios, alcanzando 3.771 asesinatos hasta noviembre. Otras provincias como Los Ríos, Manabí y El Oro también fueron gravemente impactadas por el crimen organizado. En respuesta, el presidente Noboa decretó un estado de excepción en estas zonas a principios de noviembre.
El año estuvo marcado por masacres carcelarias, atentados con coches bomba y el asesinato de once militares en un operativo contra la minería ilegal en la Amazonía, un ataque atribuido a Los Comandos de la Frontera, disidencia de las FARC. La última masacre, ocurrida en Puerto López, Manabí, dejó seis muertos, incluida una niña de dos años, en un ataque de fusil. La Policía atribuyó este hecho a disputas internas entre bandas criminales.
El general Dávila destacó que, gracias a las estrategias implementadas, el país evitó un "escenario crítico", que podría haber elevado los homicidios a casi 12.000. Estas medidas incluyeron el debilitamiento de las bandas criminales y la detención de cinco de sus cabecillas, como Adolfo Macías ("Fito"), líder de Los Choneros, y Wilmer Chavarría ("Pipo"), de Los Lobos. Sin embargo, ACLED advirtió que tales capturas podrían fragmentar aún más a los grupos, generando más violencia, y que, a menos que el Gobierno logre tomar control total de las cárceles y las zonas dominadas por el crimen, la violencia podría seguir aumentando en 2026.
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