
Sismo y seguros: ¿qué cubre tu póliza ante temblores menores y daños estructurales?
Las pólizas de seguros pueden cubrir desde daños leves por temblores hasta pérdidas estructurales graves
Ecuador es un país altamente expuesto a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, cada año se registran cientos de movimientos telúricos, algunos de ellos perceptibles en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca. Aunque la mayoría son temblores menores, existe el riesgo de terremotos de gran magnitud como el ocurrido en Manabí en 2016, que dejó miles de viviendas afectadas.
Ante estos riesgos, varias personas optan por contratar un seguro que cubra posibles daños estructurales en la vivienda en caso de que una catástrofe sísmica ocurra.
¿Qué cubre una póliza ante temblores menores?
Las aseguradoras en Ecuador suelen ofrecer coberturas específicas para daños materiales ocasionados por sismos. En el caso de temblores menores, la póliza puede cubrir:
- Grietas en paredes y techos que afecten la habitabilidad.
- Daños en instalaciones eléctricas o sanitarias derivados del movimiento.
- Reparaciones menores que no comprometen la estructura principal.
- Gastos de reubicación temporal, si la vivienda queda inhabitable por seguridad.
Sin embargo, es importante destacar que no todas las pólizas básicas incluyen automáticamente cobertura sísmica. En muchos casos, se debe contratar como un adicional. La Superintendencia de Compañías recomienda verificar las condiciones antes de firmar el contrato.
Daños estructurales y cobertura ampliada
Cuando un sismo provoca colapso parcial o total de la estructura, la cobertura depende de la póliza contratada:
- Seguro de incendio y líneas aliadas con extensión sísmica: cubre daños estructurales, demolición y reconstrucción.
- Seguro de contenido: protege bienes muebles, electrodomésticos y equipos dañados.
- Cobertura empresarial: incluye maquinaria, inventarios y pérdidas por interrupción de actividades.
En estos casos, la aseguradora realiza una evaluación técnica para determinar si el daño es atribuible al sismo y si corresponde indemnización. El monto depende del valor asegurado y de las cláusulas de deducible. Las pólizas más completas pueden contemplar incluso gastos de demolición, remoción de escombros y reubicación prolongada, lo que resulta vital tras un terremoto de gran magnitud.
Recomendaciones para los asegurados
El primer paso para cualquier asegurado es revisar con detalle la póliza vigente y confirmar si incluye cobertura sísmica. Muchas pólizas básicas no la contemplan automáticamente, por lo que es necesario contratarla como un adicional. La Superintendencia de Compañías aconseja solicitar asesoría técnica para calcular el valor real de la vivienda o negocio y evitar el infraseguro, es decir, que el monto asegurado sea menor al costo de reposición de la propiedad.
En segundo lugar, se recomienda actualizar la póliza cada año, especialmente si se han realizado remodelaciones, ampliaciones o mejoras en la infraestructura. También es clave guardar documentos, facturas y fotografías que respalden el valor de los bienes asegurados, pues estos servirán como evidencia en caso de reclamación. Las aseguradoras suelen exigir pruebas claras para validar el alcance de los daños y determinar la indemnización correspondiente.
Finalmente, tras un sismo, el asegurado debe reportar inmediatamente el siniestro a la compañía de seguros, acompañando la denuncia con fotografías, actas de inspección y un informe técnico si es posible. Además, se recomienda comparar ofertas entre distintas aseguradoras, ya que las coberturas, deducibles y tiempos de respuesta pueden variar significativamente. Una póliza bien estructurada y actualizada garantiza que, ante un temblor menor o un daño estructural grave, la protección financiera sea efectiva y rápida.