Quito

Quebrada Rumiwayku
Los hermanos Carlina y David Derks viven en el barrio Sisapungo. Desde hace 30 años son vecinos de la quebrada Rumiwayku.Foto: Karina Defas / EXPRESO

En Tumbaco, un proyecto colectivo busca rescatar la quebrada Rumiwayku

‘Guardianes de las quebradas’ impulsan la recuperación de la quebrada. La meta es intervenir las 24 que hay en el Ilaló

“Las quebradas no pueden ser el patio trasero de la casa, deberían ser nuestro orgullo. Son los pocos espacios naturales verdes que quedan en la ciudad”, dice Xiomara Izurieta, bióloga y parte del proyecto autogestionado ‘Guardianes de las quebradas’.

Su objetivo es recuperar las 24 quebradas que hay en el Ilaló, aunque la tarea no es fácil debido a los distintos niveles de contaminación y daño que han sufrido, además de que los recursos son limitados.

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Por ello, explica Izurieta, están trabajando de a poco, en aquellas en las que la afectación ha sido relativamente menor. Recuerda que hace algún tiempo, como Ilaló Verde, hicieron una primera intervención en la Urkuwaycu, en La Merced, y en la actualidad, ya como un proyecto que involucra a diversos colectivos y profesionales, en la Rumiwayku, en Tumbaco.

En el sector de La Cerámica, en el barrio Sisapungo, viven Carlina Derks y su hermano David. Ellos reviven con nostalgia su niñez, cuando con sus amigos jugaban cerca de la quebrada que está frente a su casa. Con el paso de los años, el espacio se fue deteriorando y se convirtió en un botadero de basura, donde hasta muebles han encontrado.

“La gente no tiene idea de lo que representan las quebradas, son los últimos remanentes de bosque nativo de Quito. Antes hasta la gente se bañaba en ellas”, rememora Carlina.

Pero no solo los escombros y la basura afectan las quebradas, también la construcción de grandes urbanizaciones que incluso las rellenan. “Se edifican sin respetar nada y luego hay deslizamientos o derrumbes. Tampoco hay un control efectivo”, sostiene Derks.

Plan de recuperación

Con ‘Guardianes de las quebradas’ decidieron tomar acciones y elaboraron un plan para recuperar la Rumiwayku. En diciembre de 2024 realizaron un diagnóstico que incluyó visitas de reconocimiento, levantamiento fotográfico con drones, identificación de las amenazas y presiones que afectan a la quebrada, además de priorizar los lugares de intervención.

Quebrada Rumiwayku
La Secretaría de Ambiente hizo un sobrevuelo con dron por la quebrada para así identificar la problemática de la zona.Foto: cortesía

También la Universidad ESPE hizo un análisis de la calidad del agua de la quebrada. “En la naciente está bien, pero mientras baja es mayor la contaminación, aunque no en los niveles de otras de la ciudad”, precisa Izurieta.

El segundo paso es la revegetación, con la construcción de viveros temporales con plantas nativas (en la zona se identificaron alrededor de 30), para así enriquecer la flora. En el sector de La Cerámica ya se han levantado cuatro viveros y está previsto un número similar en la misma zona, en las casas de los propietarios que decidan participar en la iniciativa.

La intervención en la Rumiwayku consta de cinco pasos en total. Los otros tres son el control de especies invasoras, como la susanita o el tulipán africano; aplicar soluciones basadas en la naturaleza; además de la sensibilización y educación a la comunidad.

Interés de la comunidad

Derks comenta con optimismo que los vecinos y personas de otros sectores se han involucrado en las mingas de limpieza. En 2024, solo en un tramo de 600 metros sacaron 300 kilos de basura. Además, hay interés de unidades educativas del sector en construir los viveros y así aportar a la recuperación de la quebrada.

Quebrada Rumiwayku
En la zona se levantaron viveros con plantas nativas, con el objetivo de enriquecer la flora que hay en la quebrada que nace en el Ilaló.Foto: cortesía

Parte del proyecto incluye un sendero de 200 metros en el último tramo de la Rumiwayku, cerca de la Ruta Viva, para que los niños, las familias y los vecinos lo recorran y conozcan de cerca una quebrada y el arduo trabajo que implica recuperarla.

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