Quito

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Sisa fue separada del cuidado de su madre a las pocas semanas de nacida. Luego fue encadenada dentro de una vivienda en la provincia de Cotopaxi.Cortesía

Sisa, la osa andina rescatada, tendrá un nuevo hogar natural en Quito

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La historia de Sisa, una cría de oso andino rescatada en condiciones críticas en los páramos de Cotopaxi, está a punto de dar un giro esperanzador. Gracias al aporte económico de más de 1.000 personas e instituciones, el Zoológico de Quito iniciará la construcción de un amplio y naturalizado refugio en el que la osa podrá vivir en condiciones similares a su hábitat silvestre.

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El nuevo espacio, ubicado en una quebrada del bosque seco interandino, comenzará a edificarse el 23 de junio de 2025 y se prevé que esté listo en los últimos meses del año. El proyecto contempla un entorno enriquecido con vegetación viva, árboles para trepar, pozas naturales, escondites y zonas de descanso. Todo está diseñado para fomentar el comportamiento natural del oso andino y, al mismo tiempo, ofrecer a los visitantes una experiencia de contemplación consciente.

Un ecosistema diseñado para la conservación del oso andino

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El terreno, de más de 3.000 metros cuadrados, ha sido cuidadosamente seleccionado por su riqueza ecológica y biodiversidad. Está cubierto de especies nativas como bromelias, puyas y pencos, que no solo forman parte del paisaje andino, sino que también estimulan de forma natural los sentidos y comportamientos de Sisa.

“El diseño del nuevo hogar de Sisa busca ser lo menos invasivo posible con el entorno. Nuestra meta es que tanto ella como quienes visitan este espacio se conecten con la naturaleza desde el respeto, la observación y el aprendizaje”, señala el Zoológico de Quito.

Sisa: símbolo de la lucha por proteger a la fauna silvestre

Sisa fue encontrada en agosto de 2024 en una vivienda abandonada en Angamarca, Cotopaxi, sin rastro de su madre. Tenía pocas semanas de vida y presentaba un desarrollo muy por debajo del promedio para su especie. Durante sus primeros meses recibió atención médica especializada, alimentación asistida y constante monitoreo por parte del equipo técnico del zoológico.

Gracias a estos cuidados, la osa andina ha logrado una notable recuperación. Actualmente pesa 25 kilos y su estado de salud ha mejorado significativamente. Por ahora permanece en un espacio temporal adaptado para su crecimiento, pero pronto será trasladada a un entorno intermedio más amplio, mientras culmina la construcción de su nuevo refugio.

El Zoológico de Quito ha alertado reiteradamente sobre la disminución del hábitat natural del oso andino en el país. La fragmentación de los bosques y la intervención humana han puesto en riesgo a esta especie, declarada en estado vulnerable.

Solo en marzo de este año, otra cría fue trasladada al zoológico desde Ambuquí, en Ibarra, tras ser hallada en condiciones similares a las de Sisa. Estos casos evidencian la necesidad urgente de fortalecer programas de conservación, educación ambiental y protección de los ecosistemas de montaña.

“Los bosques que el oso andino ha habitado históricamente se están reduciendo y convirtiendo en espacios inseguros. Por eso, nuestro compromiso es ofrecer no solo un refugio físico, sino una oportunidad de concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de preservar la biodiversidad andina”, afirmó la entidad.

Un esfuerzo colectivo por la vida silvestre

La construcción del hábitat de Sisa fue posible gracias a una campaña de recaudación que movilizó a más de mil personas, así como a instituciones públicas, empresas privadas, centros educativos y universidades. El Zoológico de Quito extendió su agradecimiento a cada contribuyente que se sumó a este proyecto.

Este caso demuestra cómo la colaboración ciudadana puede generar cambios reales en la vida de especies amenazadas y en la manera en que nos relacionamos con el entorno natural.

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