Quito

Planta de reciclaje de escombros
En Pifo va a funcionar la primera planta de reciclaje de escombros de construcción.Foto: Franklin Jácome

Pifo apuesta por la economía circular con la primera planta de reciclaje de escombros

Se busca un nuevo enfoque sostenible al manejo de residuos de construcción La mayor parte de ellos son tierra y bloques

Para combatir la creciente contaminación de quebradas, suelos y ecosistemas provocada por los residuos de construcción y demolición (RCD), el Municipio de Quito inauguró la primera planta de reciclaje de escombros del país. Esta infraestructura, ubicada en la parroquia de Pifo, al nororiente de la capital, marca un hito en la gestión de residuos y promueve un modelo de economía circular.

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La iniciativa es el resultado de una alianza estratégica entre la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs EP) y la empresa Holcim, que adaptó sus instalaciones —con más de 40 años de operación— para darles un nuevo enfoque sostenible. Durante la inauguración, Dolores Prado, CEO de Holcim Ecuador, destacó que la compañía invirtió un millón de dólares en la reconversión de la planta. “Hacemos de lo viejo algo nuevo, impulsando la circularidad en la industria de la construcción”, afirmó.

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Durante años, las escombreras ilegales proliferaron en varios sectores de la ciudad, contaminando ríos y quebradas. Ante este problema, el Municipio realizó un inventario de estos puntos críticos y encontró en el sector privado un aliado dispuesto a reutilizar materiales provenientes de demoliciones. Así nació este proyecto que permite transformar los escombros en base, subbase, arena y áridos que podrían reutilizarse hasta en un 65% en nuevas construcciones.

Santiago Andrade, gerente de Emgirs EP, resaltó que una de las primeras instrucciones del alcalde Pabel Muñoz fue clara: “No más entierros de residuos. Quito debe avanzar hacia un modelo sostenible de manejo de desechos”. Esa visión se traduce en acciones concretas: actualmente, Quito genera cerca de 6.000 metros cúbicos de RCD cada día, que antes eran enterrados en escombreras, generando costos y afectaciones ambientales. Con la nueva planta, estos residuos se transportan a la vía Pifo–Papallacta, donde son clasificados y reciclados.

Infraestructura, impacto y normativas

La planta cuenta con una infraestructura de 7.000 m² diseñada para operar de forma eficiente. Un reciente estudio de caracterización de los RCD en Quito reveló que están compuestos principalmente por tierra (44%), bloques y hormigón (28%), poda (11%), madera (5%), asfalto (3%) y otros materiales. Este conocimiento permite mejorar los procesos de separación y reciclaje.

En lo que va del año, la recolección formal de escombros aumentó un 69% respecto a 2023, gracias a la expansión de la red de escombreras, que pasó de dos a cinco centros de acopio. Esto ha reducido significativamente el vertido ilegal en zonas sensibles y disminuido la presión sobre las canteras, bajando en un 10% la necesidad de extraer materiales vírgenes.

Además, el modelo se alinea con la Ordenanza Verde-Azul, que promueve la protección de ecosistemas urbanos y cuencas hidrográficas. “Este esfuerzo conjunto está cambiando la forma en que Quito concibe sus residuos”, subrayó Paúl Montero, director de Soluciones para la Construcción de Holcim.

Desafíos pendientes y mirada al futuro

Aunque la planta marca un importante avance, aún quedan retos. Uno de los más urgentes es la correcta separación de los residuos en la fuente. Aunque algunas constructoras ya lo hacen, se necesita una mayor cultura de clasificación. “No podemos procesar madera ni acero en esta planta, pero esos materiales son redirigidos a otras cadenas de reciclaje”, explicó el técnico municipal Carlos Burneo.

Reciclaje Quito
Los residuos de construcción están principalmente compuestos por tierra, bloques y hormigón, madera y asfalto.Foto: Franklin Jácome

La planta operará inicialmente como proyecto piloto durante un año. En paralelo, el Municipio trabaja en una ordenanza que obligue a las constructoras a clasificar sus residuos y contratar gestores autorizados. Además, Quito busca implementar una normativa, en coordinación con el Instituto Nacional de Normalización y el Ministerio del Ambiente, que establezca el uso obligatorio de áridos reciclados en obras públicas y privadas, tal como ya se aplica en ciudades como Bogotá.

“Este es solo el primer paso. Queremos que cada año se reciclen más escombros y que el sector de la construcción se involucre de manera activa en este modelo circular”, señaló Burneo.

Con este paso, Quito se une a una red de ciudades latinoamericanas como Ciudad de México, Buenos Aires, Bogotá y Santiago de Chile, que han invertido en infraestructura para gestionar de manera sostenible sus residuos de construcción. 

Para Cecilia Pacheco, exsecretaria de Ambiente, “el gran logro es que ya no se requiere abrir más escombreras. El siguiente paso es implementar sistemas de trazabilidad y reforzar campañas de sensibilización ciudadana, especialmente en zonas críticas como el puente de El Chiche”.

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