Quito

Enrique Ayala Mora recibe homenaje en el Convento Santo Domingo de Quito por su trayectoria académica y como historiador.
Enrique Ayala Mora recibe homenaje en el Convento Santo Domingo de Quito por su trayectoria académica y como historiador.Juan Ruiz

Enrique Ayala Mora recibió un homenaje a su trayectoria, en el corazón de Quito

El Comité de Homenaje Nacional recordó la trayectoria del historiador y académico

Sonriente, elegante y con la fortaleza que le ha permitido avanzar en su recuperación luego de un delicado problema de salud, Enrique Ayala Mora recibió en el exterior del Refectorio del Convento Santo Domingo de Guzmán a los invitados a un homenaje en su honor.

Fue el último en dirigirse al público, pero el más aplaudido, tanto por ser el homenajeado como por su trayectoria y su buen humor al referirse a su situación actual: "Las personas que están aquí saben tengo un problema para hablar, lo cual es bueno porque esto no tomara mucho tiempo". Las risas no tardaron en llegar y, pese a sus dificultades para hablar, logró dar un mensaje emotivo y suficiente para que la gente lo despidiera de pie.

Agradeció a Magdalena, su esposa, a sus hijos, a toda su familia y a todas las personas que trabajaron para que él pudiese presenciar este homenaje en un momento muy difícil. "Ese gracias es, además, porque mi trabajo ha sido porque yo quería hacer algo por el país. La idea mía ha sido hacer patria", dijo. Para Ayala Mora fue hermoso que este acto se haya organizado en esta iglesia y en el Centro Histórico de Quito. "No sé qué pasará en la vida pero yo quiero trabajar y lo que haya que hacer, lo haré con mucho gusto hasta que Dios me lleve".

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Moncayo relató cómo se gestó el homenaje

Mientras los invitados ingresaban a la sala, Ayala Mora los recibía acompañado por el exalcalde de Quito, Paco Moncayo, quien fue el encargado del discurso inicial, en nombre del comité convocante para el Homenaje Nacional. El general describió al historiador como un ciudadano ejemplar, un político consecuente con sus ideales y principios, un demócrata cabal, un educador e historiador prolífico y, especialmente, un extraordinario ser humano.

La idea de rendirle un homenaje, dijo, nació en septiembre de 2024, cuando conocieron de la creación del Primer Premio Mundial Latinoamericano de Ciencias Históricas, por decisión del Consejo Ejecutivo del Comité Organizador del Primer Congreso Mundial Latinoamericano de Ciencias Históricas reunido en septiembre del año 2024, por los 30 años de fundación del Centro de Investigaciones Históricas de América Latina de la universidad Jaume I de Castellón, España.

Según Moncayo, en Ecuador "se ocasionó entonces una convergencia espontánea y emotiva de amigos de Enrique, animados todos por comunes sentimientos del respeto, reconocimiento, gratitud y admiración". En enero de 2025, se realizó el proceso de selección y en junio, Ayala Mora recibió el reconocimiento junto a los académicos Carmen Barcia, de México y Germán Carrera Damas, de Venezuela.

De Ayala Mora destacó su papel clave en la formación de nuevas generaciones de investigadores y su labor como fundador y rector de la Universidad Andina Simón Bolívar sede Ecuador.

El historiador ecuatoriano Enrique Ayala Mora sonríe y agradece a familiares y amigos durante la ceremonia en Quito.
El historiador ecuatoriano Enrique Ayala Mora agradece a familiares y amigos durante la ceremonia en Quito.Juan Ruiz

En abril del próximo año, el historiador recibirá un doctorado Honoris Causa en universidades de Sevilla y Castrillón.

Un escritor prolífico

A este homenaje que le hicieron en Quito como historiador, como maestro y como hombre público asistieron decenas de invitados relacionados con el mundo de los derechos humanos, la academia, el periodismo, la política, etc. En la mesa principal lo acompañaron el rector de la Universidad Andina, César Montaño, quien también fue su alumno; otra de sus exalumnas, Ana Luz Romero y uno de sus amigos, el escritor y expresidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Marco Antonio Rodríguez.

Romero hizo una breve mirada sobre la trayectoria académica de Ayala Mora y señaló que se distingue por su extensa obra editorial y la realización de congresos, seminarios y otros eventos académicos. Él, dijo, ha actuado en favor de la educación en todos los niveles y ha hecho un continuo aporte al pensamiento crítico y para derribar mitos en la historia ecuatoriana, en donde destacó obras como su Resumen de la Historia del Ecuador, Nueva Historia del Ecuador, la colección de Historia de la América Andina, Manual de Historia del Ecuador o la Biblioteca de Historia.

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El único socialista católico

Luego, Rodríguez tuvo a su cargo hacer una semblanza y definió a Ayala Mora como un ejecutor de utopías imposibles, un político comprometido con las causas justas del pueblo y lo describió como un hombre "de mediana estatura, delgado, enérgico y cordial, que significa corazón". Además, dijo que "va y viene siempre con un proyecto nuevo bajo el brazo con la certeza de que va a concretarlo".

"El hombre libre de los mil oficios que es Enrique", organizó el partido socialista y, contrario a otros políticos, encarna una militancia de vida, según Rodríguez. Por eso se refirió también a que Ayala Mora no ha abdicado de sus orígenes familiares ni de su formación de raigambre católica, con una educación salesiana y jesuita. Recalcó que siempre expresa gratitud a los salesianos Jorge Ugalde y Adolfo Álvarez como las personas que lo motivaron en su pasión por la historia. Y entonces recordó que su amigo suele decir "soy el único socialista católico", una máxima de vida que arrancó risas y aplausos espontáneos entre el público.

También asistió Galo Zamora, concejal de Ibarra, en representación del alcalde de esa ciudad. Luego de unas palabras en honor a Ayala Mora, le entregó una bandera blanca de la capital imbabureña, la ciudad natal del historiador.

El amor por la Andina

Poco antes del discurso de Ayala Mora, llegaron las palabras de Montaño, su sucesor en el Rectorado de la Andina, fundada en Quito en 1992. Él señaló que el premio internacional que recibió el homenajeado "reconoce al investigador sólido, pero también al pensador comprometido con la memoria de nuestros pueblos". También recalcó que él nos recuerda que estudiar el pasado no es una tarea erudita ni distante, sino que es un deber ciudadano, un acto de responsabilidad intelectual y una apuesta por sociedades más conscientes y más libres.

También se refirió al Enrique Ayala Mora maestro y señaló que de él aprendió que Construir universidad es un acto colectivo y paciente. En su discurso hubo espacio para las anécdotas pues, si bien recordó que el catedrático ha sido rector nacional y regional de la Andina, también ha actuado como arquitecto, ingeniero, economista y carpintero, decorador y un largo etcétera en numerosas ocasiones. Las risas estallaron y Ayala Mora, desde su silla, entre el orgullo y la gratitud por el homenaje, también dejó espacio para la nostalgia al escuchar en los discursos varios retazos del camino recorrido hasta hoy, algo que servirá de inspiración para lo que aún falta por andar.

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