
Lluvias históricas causan alarma en Quito por deslizamientos y socavones
La autopista General Rumiñahui, afectada por movimientos de tierra que dejaron un fallecido.
Las intensas lluvias no dan tregua a Quito. Durante el último fin de semana, las precipitaciones provocaron desbordamientos de quebradas, deslizamientos de tierra y la formación de un socavón, situaciones que mantienen en emergencia a la capital.
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Uno de los incidentes más graves se registró en la autopista General Rumiñahui, a la altura de la avenida Velasco Ibarra, en el suroriente de Quito. Un deslizamiento de tierra se cobró la vida de una persona y obligó al cierre temporal de la vía, debido a las inundaciones. Moradores y transeúntes expresaron su preocupación y exigieron acciones inmediatas.
Una emergencia que genera alarma
Durante un recorrido realizado por EXPRESO, se constató que a lo largo de esta autopista, pequeños deslizamientos seguían ocurriendo, con material que llega hasta la calzada, lo que obliga a los conductores a maniobrar para evitar accidentes. La situación se complicó aún más con la persistente llovizna que sorprendió a los quiteños durante la mañana y tarde de ayer.
La autopista General Rumiñahui, por donde circulan a diario cerca de 90.000 vehículos y que conecta Quito con los valles, así como con el centro y sur de la ciudad, se ha convertido en un punto crítico durante esta temporada de lluvias.
Este lunes 28 de abril, el alcalde Pabel Muñoz, en su programa ‘Frecuencia quiteña’, informó que la capital ha experimentado “el primer trimestre más lluvioso de la historia”. Ante este panorama, aseguró que se han ejecutado trabajos de prevención y recuperación en las quebradas, además de mingas comunitarias para proteger estos espacios y mitigar los riesgos.
Pabel Muñoz
Uno de los eventos relevantes fue el desbordamiento de la quebrada Chaupiurco, ubicada a unos 300 metros del puente 3 de la autopista General Rumiñahui. Según Alex Rivera, director de Viabilidad de la Prefectura de Pichincha, las intensas lluvias registradas en la primera quincena de abril arrastraron material pétreo, escombros de construcción, colchones, llantas y basura, lo que taponó el colector y provocó un embalse de aproximadamente 5.000 metros cúbicos de agua y lodo. Afortunadamente, debido a la profundidad de la quebrada (unos 20 metros) no se reportaron daños a viviendas ni a la estructura de la autopista. No obstante, el tránsito se vio afectado y aun permanece un carril cerrado mientras se realizan las labores de limpieza.
Rivera informó que ya han sido retirados alrededor de 2.000 metros cúbicos de material, permitiendo controlar el embalse y evitando desbordamientos mayores hacia la vía. Aunque el sábado se registró un nuevo desbordamiento, fue únicamente de agua, sin arrastre de lodo.

Actualmente se trabaja en la construcción de una derivación para conducir el flujo a una alcantarilla ubicada 150 metros más arriba de la quebrada colapsada. Se espera que el paso temporal de agua esté listo el miércoles 30 de abril. Sin embargo, las condiciones climáticas podrían retrasar la culminación de los trabajos.
En paralelo, el Municipio de Quito asumió la limpieza de escombros y árboles caídos tras el deslizamiento de tierra registrado en el redondel del Trébol. Y se intensificó el monitoreo de los taludes a lo largo de la autopista General Rumiñahui, donde se ejecutan podas controladas para prevenir la caída de árboles inestables. “Aunque los árboles ayudan a sostener los taludes, si son demasiado altos, pueden desestabilizarlos y provocar accidentes”, explicó Rivera.
Un socavón que genera incertidumbre
Mientras tanto, en Calderón la situación también es crítica. En la calle Madre Selva, del barrio Unidad Nacional, las fuertes lluvias provocaron el colapso del sistema de alcantarillado en una vía secundaria sin asfalto, agravando el estado de la calle. Equipos de emergencia de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) y de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) realizaron inspecciones técnicas y determinaron que no existen rejillas de sumideros para el desfogue de aguas lluvias, lo que contribuyó al taponamiento de la red.
Samantha Díaz
El deslizamiento de tierra en la zona provocó la caída de un poste de hormigón, informó la Empresa Eléctrica Quito (EEQ). Además, el deslizamiento pone en riesgo una torre de transmisión de alta tensión perteneciente a la línea de 138 kV Pomasqui-EEQ-Transelectric, fundamental para el suministro eléctrico del sector nororiental de Quito.
Aunque hasta el momento no se han reportado interrupciones en el servicio, la EEQ advirtió a este Diario que la situación es crítica: el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) y sus entidades responsables deben ejecutar obras de remediación o mitigación del riesgo, para así salvaguardar la infraestructura y garantizar el servicio eléctrico.
La EEQ indicó que el 11 de febrero de 2025 notificó formalmente a la Administración Zonal Calderón de la necesidad de intervenir en la zona afectada.
De acuerdo con los moradores, el socavón amenaza con dañar tanto la vía como las viviendas cercanas. Además, todavía permanecen cables de alta tensión colgando, lo que representa un grave riesgo para los vecinos, advirtió Mariana Pilco.