
La basura invade barrios de Quito por falta de contenedores
Según los vecinos, no existe una recolección adecuada. Existen barrios que requieren la colocación de contenedores
Escenas de basura esparcida, contenedores rotos o inexistentes y malos olores forman parte del paisaje cotidiano en varios barrios de Quito. En La Mena Dos, al sur de la ciudad, entre las calles Río Conuris y Baltazar de Osorio, los vecinos no cuentan con contenedores. Como alternativa, muchos cuelgan las fundas en ganchos improvisados en las paredes para evitar que los perros las rompan. Sin embargo, los residuos terminan acumulándose en la acera, generando un ambiente insalubre. Así lo afirma Mauricio Quinto, morador del sector, quien también denuncia la falta de un horario fijo en la recolección.
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Falta de contenedores de basura, una problemática en Quito
Un recorrido realizado por EXPRESO permitió constatar que este panorama se repite en otras zonas. En el barrio La Libertad, en el centro de Quito, entre las calles Cayetano Cestaris y Paltas, los perros callejeros rompen las fundas buscando restos de comida. En El Placer, al sur, aunque el servicio de recolección llega con cierta frecuencia, los vecinos aseguran que muchas personas no respetan los horarios, por lo que solicitan la colocación de más contenedores.
En Conocoto, al oriente de la ciudad, el problema persiste pese a la presencia de contenedores. En una de las esquinas visitadas, la basura estaba regada fuera del recipiente, mientras una persona en situación de calle extraía cartones y botellas para reciclar. Según la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo), estas acciones deterioran los contenedores y dificulta su operatividad.
El concejal Bernardo Abad ha cuestionado públicamente la eficiencia del sistema de recolección en Quito. “Se paga 80 dólares por tonelada, mientras que en Guayaquil la recolección a pie de vereda cuesta 35 dólares”, comparó. Para Emaseo, el costo más alto se debe a los servicios complementarios incluidos. Abad también criticó la terminación del contrato con la empresa Recobaq, el pasado 18 de mayo, encargada del mantenimiento de los recolectores. “Si ya se sabía que el contrato iba a concluir, ¿por qué no se contrató a otra empresa a tiempo?”, cuestionó. Alertó que esta falta de previsión podría afectar la operatividad del sistema.
Otro problema recurrente es la falta de contenedores. En Quito existen alrededor de 5.600, pero más de 1.000 deben ser remplazados. En 2024 se renovaron 1.024 en sectores como Quitumbe, Eloy Alfaro, La Mariscal y Calderón. Para este año, Emaseo prevé renovar 1.000 más, con una inversión de 1,7 millones de dólares. Sin embargo, el proceso se realizará de forma parcial.

La vida útil de los contenedores es de 10 años, pero factores como el mal uso, el vandalismo y la disposición incorrecta de escombros o residuos animales aceleran su deterioro.
¿Qué está haciendo EMASEO?
Diego Dávila, director de Operaciones y Servicios de Emaseo, explicó que hay tres modalidades de recolección: a pie de vereda, contenerizada y en islas soterradas. La planificación mensual establece rutas y frecuencias fijas: lunes, miércoles y viernes en ciertos sectores; martes, jueves y sábado en otros. En promedio, Quito genera 2.200 toneladas diarias de basura. Solo en Conocoto se recolectan 30 toneladas los lunes.
Actualmente Emaseo opera con 51 camiones de carga posterior y 18 de carga lateral, cubriendo 183 rutas a pie de vereda y 56 contenerizadas. Los contratos de mantenimiento de las unidades están vigentes y en ejecución, afirma Dávila. Y aunque pueden presentarse retrasos puntuales por daños menores, como una llanta baja, asegura que el servicio no se suspende.

Dávila también hizo un llamado a la corresponsabilidad ciudadana, indicando que existen zonas críticas donde no se respetan los horarios ni las frecuencias, como el Centro Histórico, la avenida Maldonado, el redondel de La Floresta y la avenida Shyris.
Por su parte, la concejala Analía Ledesma recordó que, según la Ordenanza 001, Emaseo cuenta con una unidad de participación ciudadana para sensibilizar a la población sobre el adecuado manejo de residuos. “Solicité información oficial para conocer el estado de la flota, las frecuencias, los contratos y entender el colapso operativo”, indicó.
Ledesma insistió en que el problema no se limita a fallas mecánicas o rutas mal diseñadas. Para ella, la falta de planificación y articulación entre la ciudadanía y la Municipalidad afecta especialmente a los sectores más vulnerables.