Vehículos de transporte pesado estacionados en Manta durante jornada de brazos caídos por alza del diésel.
Vehículos de transporte pesado estacionados en Manta durante jornada de brazos caídos por alza del diésel.Alejandro Giler

Transportistas rechazan eliminación del subsidio al diésel y piden precios justos

Transportistas pesados realizaron una jornada de brazos caídos en Manta para rechazar la eliminación del subsidio al diésel

El transporte pesado del Ecuador se pronunció este lunes 15 de septiembre en contra de la eliminación del subsidio al diésel, medida que, según sus representantes, afecta directamente a la economía del sector y amenaza con encarecer la canasta básica.

En Manta, Manabí, decenas de vehículos pesados fueron estacionados a un costado de la vía Manta–Rocafuerte, cerca del redondel El Imperio, como parte de una jornada de brazos caídos que sirvió de escenario para un conversatorio entre transportistas. La acción fue pacífica y no incluyó el cierre de vías.

Durante la concentración, se desplegó presencia militar y policial. Uniformados realizaron controles de seguridad, así como operaciones de armas y explosivos Camex, en el marco del estado de excepción vigente en el país.

El presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Pesado (FENACOTRAPE), Ángel Macías Suárez, explicó que la medida busca mostrar unidad y abrir espacios de diálogo. “Esto es una medida pacífica para conversar, por eso no estamos cerrando las vías. Estamos unidos, dialogando para ver qué vamos a hacer. Usted sabe que el combustible sube un dólar. Por ejemplo, para ir a la ciudad de Quito consumimos 150 galones; eso nos significa 150 dólares más”, señaló.

Macías enfatizó que el 65 % de los costos del transporte pesado corresponde al combustible, un gasto diario e ineludible. “Nosotros cambiamos el aceite a los 10.000 kilómetros, cambiamos la llanta a los 70.000, pero el combustible es todos los días. Y hoy, con esta decisión tomada de la noche a la mañana, la situación se vuelve insostenible”, agregó.

Dirigentes del transporte pesado advierten que el aumento del diésel puede afectar la canasta básica.
Dirigentes del transporte pesado advierten que el aumento del diésel puede afectar la canasta básica.Alejandro Giler

El dirigente reiteró que su gremio no pide subsidios ni bonos, pero sí un “piso tarifario” que garantice tarifas justas en los fletes. “No queremos que nos regalen nada, tampoco queremos subsidios ni bonos. Lo que queremos es que las tarifas sean transparentes, que se reconozca nuestro trabajo y que se respete lo que corresponde pagar. Si el combustible sube, que suban también las tarifas en la misma proporción”, afirmó.

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Transportistas también exigen seguridad en las vías

Además del alza en los costos del combustible, Macías señaló que el transporte pesado enfrenta serios problemas de inseguridad en las carreteras, con asaltos y robos constantes a los conductores. “Aparte del combustible, el problema de la delincuencia, de los robos y todo eso, también nos afecta”, dijo.

Actualmente, un flete hacia Quito oscila entre 600 y 900 dólares, dependiendo del peso de la carga y del tipo de tractocamión. Con el incremento del diésel, los transportistas calculan que deberán subir sus precios entre un 35 % y 45 % para cubrir no solo el combustible, sino también los mayores costos de alimentación y viáticos de los conductores.

Las autoridades indicaron que los operativos continuarán, y que se tomarán medidas correctivas

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En cuanto a la seguridad jurídica, Macías recordó que el estado de excepción impone sanciones de hasta tres años de cárcel a quienes bloqueen las vías. “Nosotros no hemos cerrado las vías, están abiertas. Lo nuestro es un diálogo. No queremos hacer daño a nadie; queremos conversar con el Gobierno y con el sector industrial para encontrar soluciones”, aseguró.

El dirigente también alertó que la falta de regulación tarifaria deja en desventaja al transporte pesado frente a otros sectores como el interprovincial y turístico, que sí cuentan con tarifas reguladas y compensaciones estatales. “Nosotros trabajamos bajo libre oferta y demanda, y eso hoy nos pone contra la pared. Si en Guayaquil consumimos 70 galones, son 70 o 75 dólares más por viaje. ¿Quién va a asumir ese costo?”, cuestionó.

Finalmente, Macías reiteró que el transporte pesado está abierto al diálogo y no descarta nuevas resoluciones en los próximos días. “Hoy solo hemos conversado, pero seguiremos atentos. Queremos soluciones reales para que el país no se paralice, pero también para que los transportistas podamos sostenernos en medio de esta situación”.

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