
“Casa Quemada”, un patrimonio que se disputan en Riobamba
Vivienda fue declarada de utilidad pública por el Municipio. Dos familias reclaman la propiedad. Sitio ha sufrido incendios
Entre ruinas, recuerdos, la antigua “Casa Quemada” de Villa María vuelve a ocupar el centro del debate público en Riobamba. El inmueble, reconocido por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) como bien protegido y con prohibición de lotización, ha sido recientemente declarado de utilidad pública por el Municipio.
El alcalde John Vinueza explicó que la decisión no fue improvisada, sino el resultado de casi dos años de análisis técnico y jurídico. “No es el Consejo Cantonal quien define la propiedad. Lo que se ha hecho es la declaratoria de utilidad pública, como se realiza para cualquier equipamiento urbano, pero eso no decide quién es el propietario o quién no”, señaló.
Según Vinueza, el objetivo es proteger un bien patrimonial que permaneció abandonado y deteriorado durante años, y cuya historia reciente está marcada por una serie de incendios misteriosos.
Desde el año 2020, el inmueble ha sufrido varios siniestros, ninguno de los cuales logró destruir completamente su estructura, aunque sí afectó el techo y aceleró su deterioro. Pese a ello, la casa de marcada arquitectura republicana, resistió al fuego y al descuido.

Durante la última sesión del Concejo Cantonal, el tema fue ampliamente debatido. Los representantes legales de quienes reclaman derechos sobre la propiedad expusieron documentos y pedimentos ante las autoridades municipales. En respuesta, el alcalde sostuvo que cualquier controversia sobre la titularidad deberá resolverse por la vía judicial.
“El Municipio puede consignar el valor ante el juzgado, y será un juez quien determine a quién corresponde el bien, pero aclaró que hasta el momento no existe ninguna denuncia”, afirmó. Entre los documentos analizados constan dos certificados del Registro de la Propiedad.
El primero, de 1964, señala una venta entre un señor de apellido Cabezas y la familia Falconí Ramos, además del historial de prendas, donaciones y la resolución del INPC que declara el inmueble como bien patrimonial no enajenable, y sería en base al que el Cabildo realizó los trámites de expropiación.
El segundo, en cambio, corresponde al reclamante que basa su posesión en un documento de 1900, en una calle entonces sin nombre, y una posesión efectiva otorgada apenas en 2024.
¿Qué anunció el alcalde en torno al sitio?
Pese a las controversias, el alcalde anunció que el predio será incorporado a los programas sociales del Municipio. En su visión, la vieja casona “renacerá como la segunda Casa de Bienestar, destinada al encuentro y atención integral de nuestra gente”. Esta propuesta forma parte de una planificación urbana que contempla programas sociales distribuidos en distintos sectores de Riobamba.
Sin embargo, las declaraciones oficiales no han logrado calmar las aguas. José Falconí Raza, quien se presenta como heredero directo del antiguo propietario José Falconí Mariño, asegura que el inmueble pertenece a su familia. “La Casa Villa María es parte del legado familiar. No tengo relación alguna con las personas que dicen ser propietarias ni con quienes han participado en acuerdos con el Municipio”, sostuvo.
Falconí dice contar con documentos notariales, registros de propiedad y certificaciones legales que lo acreditan como único heredero y cuestiona la transparencia del proceso administrativo. “Estamos hablando de un bien patrimonial, con valor histórico para Riobamba. No puede ser tratado como un simple terreno urbanizable”, señaló.
La disputa se complica aún más con la aparición de otra familia Falconí, que ha ostentado la titularidad sobre la propiedad y, considerada para recibir la compensación.
Mientras tanto, la vieja casa sigue ahí, con su estructura ennegrecida por el humo y su historia fragmentada por el tiempo.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!