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Fausto Ortiz | No alcanza para alegrar el día

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Aunque los indicadores mejoran, no hay cómo dejar a un lado que la población crece al 1,5 % anual y la economía 1 % promedio

Esta semana el Banco Central del Ecuador (BCE) presentó las cifras del crecimiento económico del primer trimestre de 2025 y reflejó un crecimiento interanual (contra mismo trimestre del año anterior) de 3,4 % y de 3,5 % con relación al último trimestre del 2024 (intertrimestral).

Se recibe como buena noticia ese crecimiento porque la expectativa para esta parte del año se ubicaba bajo el 2 %. Es importante recordar que el FMI ubicaba el crecimiento del PIB para todo 2025 en 1,7 %, mientras que el BCE lo ubicó en 2,8 %. Ambos van a tener que ir ajustando sus expectativas.

El nuevo dato oficial el BCE recién lo dará en septiembre, pero hay forma de ir estimando por dónde se va a ir ubicando.

En una reciente presentación el gerente general del BCE compartía información del Indicador Mensual de Actividad Económica del Ecuador (IMAEc), que para el primer trimestre señalaba que había una mejora de 3,4 % de la actividad económica. Al incorporarse los datos de los meses de abril (7,3 %) y mayo (2,0 %) la mejora de la actividad económica de los cinco primeros meses del año pasa a 3,9 %, que bien puede servir para una primera estimación del crecimiento esperado del PIB en el primer semestre de este 2025.

Los datos del SRI para ventas locales permiten observar que los crecimientos de los cinco primeros meses del año superan el 6,4 %, cifra que refuerza las mejores expectativas de este 2025.

Abandonando momentáneamente el campo de la economía y pasando a la matemática básica, si los USD 29.412 miles de millones (MM) que corresponden al PIB del primer trimestre de 2025 se repitieran los siguientes tres trimestres, el PIB anual del año completo en 2025 crecería 4 % sobre los USD 113.123 MM que fue el PIB real de 2024.

Un elemento positivo. El rebote podría superar ampliamente la caída previa y el estimado más optimista que hayamos observado hasta ahora entre colegas que siguen la economía.

Toleremos por hoy ese crecimiento de 4 % para este año 2025 y entendamos qué implica, considerando que el año anterior la economía cayó 2 %.

¿Alcanza para saltar de alegría? Diría que no. En promedio de 2023 el año 2025 la economía crecería solo 1 %, valor que no alcanza a igualar el crecimiento poblacional (1,5 %). La gente no está llegando con el pan bajo el brazo y el empleo está tardando en recuperarse.

Las personas con empleo pleno a marzo de 2024 fueron 2’937.706 y un año después se sumaron 44.433 a la fuerza laboral. Al mes de mayo el empleo pleno totalizó 3’080.071 y a diciembre con seguridad superará los 3’120.000 personas con empleo pleno que ya se registró en 2012.

El rebote es estadístico, pero no estructural.

Aunque los indicadores mejoran, no hay cómo dejar a un lado que la población crece al 1,5 % anual y la economía 1 % promedio en los dos últimos años.

Con ese ritmo, no hay alegría suficiente que disimule la falta de oportunidades que hace crisis en temas de seguridad.

La política económica debe abandonar cualquier celebración prematura y concentrarse en construir un entorno que busque crear empleo sostenible que contribuya a salir del estancamiento al que está sometida la sociedad.