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Fausto Ortiz | El ‘malamén’

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Resulta que hay que temerle más a la subida del riesgo país, porque si sube, entonces el Estado no accede al financiamiento

Resulta complejo salir del mismo círculo en el que vivo atrapado desde hace muchos años. Los temas son los mismos, las respuestas varían poco. Déficit fiscal, deuda pública, crecimiento y empleo, con seguridad copan esta columna de domingo y hoy no es una excepción. A veces hay buen material que aporta a la intención de ampliar la comprensión de estos tópicos.

Empecé con un ejercicio de estimar el déficit fiscal del Presupuesto General del Estado a tan solo 12 días de finalizar el año. El margen de error debe ser muy bajo. Veamos. El presupuesto aprobado por la Asamblea a mediados de año lo ubicó en USD 2.828 millones (M). La ministra de Finanzas ha hablado de 3 % del PIB, que viene resultando en USD 4.000M. Al finalizar noviembre la cifra va en USD 3.727M.

El comportamiento histórico de diciembre no es el mismo que los once meses previos, y menos en los gastos. En los ingresos, durante diciembre se recibe el 90 % de lo que se generó de enero a diciembre. En diciembre, en cambio, se gasta en promedio 32 % más que el resto del año.

Con matemática simple y los promedios anotados, el déficit fiscal al finalizar el 2025 podría ser USD 5.477 millones. Casi el doble del presupuesto aprobado. Bastante malos presupuestando, y por la época navideña no entremos en detalle.

Algo más depurada la matemática, si consideramos que los ingresos de este mes, por la mejora del precio del diésel, puedan ser tan buenos como el 97 % que se alcanzó el año pasado, y los gastos tratando de ajustarlos a solo 20 % mayores que once meses previos, nos genera un déficit fiscal de USD 4.864 millones, alistando a dejar cortos los USD 5.667 millones presupuestados para 2026.

Y mientras ajustaba levemente a la baja mi estimación del déficit fiscal para 2025, escuchaba a la ministra Finanzas hablar en un canal estatal, destacando el crecimiento esperado de 4 % en el PIB para 2025 y la baja del riesgo país a la zona de 500 puntos.

Hace algunas semanas espero el crecimiento del PIB 2025 algo más bajo que la previsión del 3,8 % del Banco Central del Ecuador, sin olvidar que debo promediarla con la caída de 2 % en 2024.

La ministra Moya, con relación al actual nivel de riesgo país, señala: “Eso quiere decir que el Estado ecuatoriano accede a financiamiento externo en mejores condiciones, tasas de interés más bajas. Pero esto, ¿qué quiere decir también? Si el Estado se puede endeudar en el extranjero, entonces los recursos de la banca privada se quedan en la economía, no necesariamente se destinan a financiar el Gobierno central y eso hace que también haya mejores condiciones crediticias para las familias ecuatorianas”.

El ‘malamén’ solía ser lo que más temían algunos niños y al ser preguntados acerca de qué era eso, decían que no sabían, pero que debía ser muy malo porque todas las noches las mamás terminaban con la misma frase: Líbranos del “malamén”.

Ahora resulta que hay que temerle más a la subida del riesgo país, porque si sube, entonces el Estado no accede al financiamiento en buenas condiciones y la banca deberá necesariamente financiar al Gobierno central. En cuatro semanas viene el primero de diez vencimientos semestrales del bono 2030 que hará bajar el riesgo país. Seguro se paga, o habrá que completar la frase … y del riesgo país.