Delincuencia organizada, común y de precios al público
Todo esto también es delincuencia. La Defensoría del Pueblo no sirve para nada; las gobernaciones, las intendencias, las comisarías municipales tampoco hacen algo para parar esta clase de delincuencia.
La delincuencia organizada tiene un eje central de dirección y mando, y esta estructura opera en forma de células flexibles, con rasgos permanentes de autoridad, de acuerdo a las células que lo integran. Tiene una permanencia en el tiempo más allá de la vida de sus miembros clasificados. Suele dedicarse a tareas más complejas que robos comunes o hurtos. Es de mayor peligrosidad que la común, recluta gente más cualificada, usa últimas tecnología que supera la reacción gubernamental. Compromete tanto a gente pobre y adinerada o con alguna autoridad.
La delincuencia común es un mal en la sociedad y se debe a factores como pobreza (mal dirigida, no todo pobre es delincuente), desempleo (el vago y vicioso), falta de educación y otras circunstancias inherentes al conflicto interno que vive el país.
Poner precios altos fuera de lo real es otra forma de delincuencia, el cobro indebido de impuestos o adicional por el uso de tarjetas de crédito. Los medicamentos que tras la crisis de la pandemia no detienen sus precios. Los productos de higiene, belleza y de primera necesidad suben todos los días. Todo esto también es delincuencia. La Defensoría del Pueblo no sirve para nada; las gobernaciones, las intendencias, las comisarías municipales tampoco hacen algo para parar esta clase de delincuencia.
Franklin Lituma Manzo