Cartas de lectores | La OMS y la nueva norma internacional sobre escucha segura

Las autoridades están obligadas a proteger a la población

El ruido es un sonido desagradable en tono, timbre y duración.

La música a alto volumen también lo es y representa una forma de violencia; la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo califica como altamente perjudicial para la salud y el ambiente.

En el Día Mundial sin Ruido, que este año 2025 se celebró el sábado 26 de abril, bajo el lema ‘Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!’, la OMS lanzó una norma internacional sobre escucha segura en sitios con música amplificada.

Parlantes, tráfico, aviación, turismo, comercio, fiestas y más son fuentes constantes de ruido.

En Ecuador, prácticamente todo el territorio -ciudades, parroquias, playas- sufre niveles superiores a los 80 dB, ante la indiferencia de las autoridades, que no solo no actúan, sino que lo permiten o incentivan.

Los reclamos son diarios, sobre todo en los fines de semana, con hechos violentos que se producen cuando alguien se atreve a pedir que bajen el volumen de una ‘casa parlante’.

Alcohol, drogas y ruido suelen ir de la mano.

Esta campaña, avalada por la OMS desde 1996, busca generar conciencia acerca de los daños del ruido, los cuales son comparables o incluso peores que los que genera la contaminación del aire o la producida por los alimentos con plomo.

Los sonidos no deben exceder 65 dB durante el día y 45 durante la noche. A partir de 80 dB se vuelve dañino, y con 100–110 dB (nivel de un parlante común), puede causar tinitus y dolor, siendo tolerable solo por 20 minutos diarios. Exposiciones mayores provocan daños irreversibles.

Con el lema El ruido mata, la OMS promueve cada último miércoles de abril la lucha contra la contaminación acústica.

Daños que causa: pérdida auditiva, trastornos digestivos, cardiovasculares, cognitivos; también obesidad, diabetes, alcoholismo, estrés, cefaleas, insomnio, alteraciones hormonales, sexuales y del embarazo, entre otros.

Las autoridades están obligadas a proteger a la población.

La comunidad debe exigir leyes, denunciar los ruidosos y promover medidas como la siembra de árboles, excelentes barreras naturales contra el ruido.

Dr. Francisco Plaza Bohórquez