Todo funcionario público y toda persona deberían tener muchas características, como cultura, honradez, sensibilidad, puntualidad, y pensando en esto, por ejemplo: el otro día me invitaron a la Biblioteca Municipal a una Conferencia sobre cacao. El programa comenzó con una hora de atraso. Ayer fui al Museo del Cacao; el programa comenzó tres cuartos de hora más tarde de lo programado. 

Alguien me dijo que esperaban a un funcionario del Municipio. Esto constituye una gran falta de respeto para las personas que somos educadas y que llegamos antes de la hora citada. Y a propósito de la invitación, esta fue con motivo de la develación de una placa en reconocimiento a Lourdes Delgado de Pandzic. 

Ella, siendo manabita, lleva algunos años luchando en Guayaquil por el Museo del Cacao; aun más, ella fue la mentalizadora y ejecutora, contando con la ayuda de otras nobles personas de esta obra. Nombro a algunos: Carlos Núñez Calderón de la Barca, José Antonio Gómez Iturralde, Guillermo Arosemena, Delia María Torres y tal vez otros que no conozco. 

Lourdes es una noble, entusiasta, activa, generosa e incansable persona cuando de cumplir un sueño se trata. Yo como guayaquileña me siento inmensamente agradecida de esta manabita que ha luchado y sigue luchando por algo de lo que nosotros ahora nos sentimos orgullosos, con mayor razón si el origen del cacao es Ecuador.

Martha Jurado Rodríguez