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Sabeth Pérez
La cantante Sabeth Pérez se presentará en el Teatro Sánchez Aguilar como parte de las New York Jazz Sessions.Levent Canseven

Sabeth Pérez: “El ritmo y la danza dividen mis mundos latino y europeo”

La cantante argentino-alemana es la invitada a las New York Jazz Sessions, en el Teatro Sánchez Aguilar, este 12 de junio

Este jueves 12 de junio se realizará la segunda edición del año de las New York Jazz Sessions, en el Teatro Sánchez Aguilar, en Samborondón. 

Es la primera vez que la invitada es una artista mujer. Y también es la primera vez que el músico elegido es una cantante, elemento que suele ser atípico en el jazz, pero aporta una inmensa riqueza de matices y posibilidades sonoras.

Aparte de su próxima presentación en Ecuador, Sabeth Pérez también lanzará este domingo 1 de junio su primer álbum, Searching for beauty, del que ya ha ido adelantando ciertos temas, incluido Convertidos en perfume, cuyo título en español es toda una declaración de principios e intenciones, mostrando la importancia de sus raíces latinas en su imaginario musical.

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En esta grabación la acompañan John Coward en el piano, Ben Tiberio en el bajo, Keita Ogawa y Henry Cole en batería y percusión, Charles Altura en la guitarra, Ingrid Jensen en la trompeta y Nicola Caminiti en el saxo, además de su padre, el saxofonista y compositor Gabriel Pérez.

Justamente a su progenitor están ligados los ritmos y melodías más significativos de su infancia, marcada por la música argentina folclórica para ‘big bands’ (bandas con muchos músicos en escena), la danza y la dulzura del idioma español.

Pero también están sus raíces alemanas, herederas de la exuberancia y riqueza de la música sinfónica europea.

Y es esta confluencia de culturas la que define su vocación, su identidad y las características que hacen tan especial su obra.

¿Qué siente que aportan sus raíces argentinas, por un lado, y sus raíces alemanas, por otro?

Lo que para mí divide esos dos mundos es el ritmo, la danza. Mi papá siempre dijo que creció con esos ritmos tipo chacarera, los carnavalitos, la samba. Que siempre veía los pies moviéndose de los músicos que tocaban en las bandas. Fue todo parte de una danza y yo crecí con eso, hice 12 años de danza. La música siempre tiene que darme ganas de moverme de alguna manera.

Algo que no le dio Europa.

Nunca me sentí muy en casa musicalmente en Alemania. Allá hay muchos músicos virtuosos, armónicamente muy ‘rich’... no sé cómo decirlo en español.

Muy ricos, muy exuberantes.

Sí, eso. Muy ricos armónicamente en la parte clásica. En Europa están, por ejemplo, los compositores franceses tipo (Claude) Debussy, (Maurice) Ravel... Esas armonías de la parte clásica yo las conecto más con la parte europea; mientras que la parte latina me dio los ritmos. Además, siempre me gustó cómo se habla el español, su melodía. El alemán es muy diferente.

Sabeth Pérez
"Crecí cantando muchas líneas musicales sin letra, usando la voz como instrumento, siendo la sombra de otro instrumento", comenta Sabeth acerca de su formación musical.Patrick Britschgi

¿Tomó con naturalidad cantar en español en su disco o fue un reto?

Hay dos temas cantados en español y lo sentí muy natural.

Eso quiero decir que usa el español en su cotidianidad.

Hablo bastante español ahora porque tengo un novio de Chile, pero crecí hablando español. Luego nos mudamos a Alemania y hubo 10 u 11 años en que dejamos de hablarlo. Después yo tuve que empujar para hablar más español, porque después me olvido, pero digamos que está ahí todo siempre fresco.

Los idiomas derivados del latín, como portugués, italiano o español, tienen una musicalidad innata.

Por eso aprendí italiano y también estoy aprendiendo portugués.

Por ejemplo, las comunidades latinas afrodescendientes tienen un cantadito único.

Sí. Estuve en Ecuador hace mucho tiempo con una ‘big band’. El español es muy tierno, suave y transmite una especie de benevolencia que invita a compartir, a escuchar lo que el otro tiene que decir. Y eso me encanta.

El rol de la mujer en el jazz actual

En su contexto, ¿cómo ve que ha evolucionado el rol de las mujeres en la escena jazzera?

Creo que hay una diferencia entre instrumentistas, compositoras, arreglistas y las cantantes. También soy compositora, siempre he escrito mucho para ensamble vocal y quinteto, y allí hay más chances ahora. Pero para las cantantes sigue siendo duro, porque la voz no es una parte integral (del jazz), a diferencia de la batería, por ejemplo, que casi siempre se usa y se necesita.

Pero hay cosas que han cambiado para mejor. Me lo han comentado varias artistas mujeres de todo tipo de género.

El sexismo ha cambiado con mi generación y la generación un poco más joven. Nos tratamos con mayor respeto mutuo. Pero la gente de 50 años o más, no creo que haya cambiado mucho. Es siempre difícil, hay abuso de cada lado. Muchos abusan de su posición, abusan de su poder.

Pero siempre hay referentes en esa lucha contra el machismo.

Sí, como (la trompetista canadiense) Ingrid Jensen, que demuestra que la calidad puede ser la misma independientemente de si somos mujeres o no. Es muy complejo y creo que es importante hablar de eso, mantener la conversación abierta acerca de estos temas, con respeto.

Sobre Searching for beauty

Coméntenos sobre el disco que lanzará este 1 de junio. Asumo que está viviendo la expectativa y el nerviosismo de verlo ya publicado.

Los nervios los sentí después de la grabación, el año pasado. Siento que tardó mucho todo y ahora ya quiero dejarlo ir y pasar a lo siguiente. Porque ya terminé de escribir todo para el próximo álbum que grabaré en 2026. Entonces ahora este tiene que salir ya.

Usted tiene experiencia previa en el estudio de grabación. Grabó, por ejemplo, con el saxofonista Mark Doffey o el trombonista Marshall Gilkes.

Me encanta ser invitada a otros proyectos. Hago tres o cuatro proyectos por año para otros músicos, y siempre es una labor de exploración porque no saben exactamente qué sonido quieren, y es mi función ofrecerles lo que tengo, todos los colores que puedo dar.

Es también una responsabilidad grande. Brillar para que otro artista brille también.

Creo que es la parte que me encanta más. Por eso me gusta trabajar con artistas que siempre buscan hacer sonar bien a los otros, en beneficio de la banda.

El jazz tiene su nivel de complejidad y planificación, pero hay ‘sorpresas’ que surgen durante la grabación, ese factor de lo impredecible resultado del espíritu del trabajo en conjunto.

Creo que esa virtuosidad para la cual practicamos solo nos da los vehículos para, en el momento dado, tomar decisiones que inspiren a los otros. En mi caso, también me permite ser lo suficientemente respetuosa para saber dónde no decir nada o callarme. Es como una conversación, y sí, es lindísimo ayudar a mejorar la visión de otros músicos. Un honor.

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