
La música clásica sale a las calles de Quito y Cuenca. Así es la programación
El festival MúsicaOcupa festeja su novena edición con recitales en plazas, calles y espacios patrimoniales
Bajo la luz suave de la tarde, las notas de un violonchelo se entrelazan con el murmullo de los transeúntes y el vaivén constante de la capital.
Entre bancos, árboles y fachadas coloniales, los músicos despliegan sus instrumentos, y sorprenden a quienes caminan a paso apresurado. Curiosos, algunos se detienen a escuchar cada acorde, que parece dialogar con los pasos, los susurros y los pequeños ruidos de la ciudad.
Así comienza Música Ocupa, el festival que cada año invade plazas, parques y calles, para llevar allí melodías que normalmente solo se escuchan en teatros. “Para nosotros es importante que la música deje de estar encerrada, que pueda dialogar con la vida de las personas y sus territorios. Queremos generar experiencias donde lo artístico, lo humano y lo urbano se encuentren”, explica Simón Gangotena, director de InConcerto, la fundación que organiza el festival y que, el 12 de septiembre, inicia su novena edición.
El festival nació en 2017 con la idea de sacar la música clásica de los espacios tradicionales y transformar el imaginario que la rodea. “Nos dimos cuenta de que existía un imaginario elitista alrededor de la música clásica. Nuestro objetivo fue democratizarla, llevarla a plazas, calles, hospitales y centros comunitarios, y permitir que personas que normalmente no tendrían acceso puedan conectarse con este arte”, añade Gangotena.
De Quito a Cuenca
Nueve años después, el festival ha alcanzado a más de 15.000 personas y se ha presentado en más de 115 espacios diferentes, entre ellos cárceles, centros de rehabilitación y edificios patrimoniales. “Más del 50 % de nuestra audiencia escucha música clásica por primera vez con nosotros, y eso nos muestra que es posible generar un vínculo afectivo y directo con la música”, comenta Gangotena.
Desde el año pasado, MúsicaOcupa ya no pertenece exclusivamente a la capital. En 2024, el encuentro llegó a Loja, y este año también tendrá sede en Cuenca. “Creemos que Cuenca tiene otra relación con el espacio público. La gente camina la ciudad, habita sus calles y plazas de manera distinta a Quito, y eso nos llena de alegría porque será una dinámica diferente y muy enriquecedora”, explica el músico.

El arte de 'habitar’
La edición 2025, que se realiza del 12 al 27 de septiembre, marca un cambio de fondo frente a sus versiones anteriores: explora el concepto de habitar versus ocupar, proponiendo la creación de relaciones significativas con los espacios, sus contextos y ecosistemas.
La programación combina actividades académicas e interpretativas, con seis conciertos principales, trece intervenciones in situ y seis charlas y conversatorios.
“El festival es un laboratorio, un espacio de experimentación. No sabemos exactamente cuál será el resultado, pero sabemos que estas acciones generan acercamientos distintos con el público y fortalecen los lazos entre artistas y comunidad”, dice Gangotena.
Sonidos locales y extranjeros
Entre los invitados de esta edición destacan figuras internacionales que conectan profundamente con el espíritu del festival. El violonchelista Jean-Guihen Queyras (Francia), nacido en Montreal en 1967, ha desarrollado una carrera destacada tanto en el repertorio clásico como contemporáneo, ha trabajado con compositores como Pierre Boulez y utiliza un violonchelo de 1696 de Gioffredo Cappa.
Los violinistas Francisco Coser (Brasil), Álvar Llusá-Damiani (Argentina) y Katharina Deissler (Alemania), y el cornista Alejandro Meléndez (Chile) aportan también su experiencia en orquestas de primer nivel y proyectos internacionales. A ellos se suman músicos y agrupaciones locales, participando activamente en las intervenciones in situ y en los conciertos principales.
La programación completa se puede consultar la página web de Música Ocupa.
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