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Lo invisible: Una película para que el espectador termine su historia

La producción ecuatoriana ya se encuentra en salas de cine a nivel nacional. Su director, Javier Andrade, detalla el proceso de creación

Lo invisible
Escena de Lo invisible.Cortesía

La invisibilidad no es posible del todo. Siempre hay algo que revela la presencia de aquello que no pueden captar los ojos. Ese misterio, y quizá condena, se revela muy sutilmente y puede causar mucho daño.

En este juego se desarrolla la trama de Lo invisible, la nueva cinta del director ecuatoriano Javier Andrade. Este elemento que se oculta es casi un personaje dentro de la trama, aunque no habla, no tiene figura y crea mucho daño. Es la depresión.

En esta entrevista con el cineasta, EXPRESIONES conoce los motivos de esta historia, el proceso de creación y cómo es volver a estrenar luego de la pandemia. La que precisamente inspiró muchas nuevas situaciones en una película casi terminada, pero que se vio reestructurada por la misma.

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Lo invisibleCortesía

La entrevista

Lo invisible ha podido viajar mucho por festivales internacionales. ¿Qué se siente estrenarla en el país?

Ya ha estado en ocho por el mundo. Ha viajado bastante y ha sido bonito que desde septiembre se presente en diferentes eventos. Iniciamos en el Festival de Toronto, que es un puntazo para nosotros. Noruega, España, Rusia, Estados Unidos, República de Georgia. Afuera ha recolectado reseñas y el cariño del público. Es una película muy serrana y me gusta eso. Además explora asuntos que no había hecho yo antes y es un crecimiento como director para mí. El poderla compartir con el público del Ecuador es especial.

¿Cuál es la sensación luego de estrenar esta cinta en Quito, cuidad donde se grabó?

Nos fue muy bien. Como la película toca temas como la depresión, la soledad y también la vida de una mujer presa en ciertos roles de la sociedad tan clasista y machista en muchos sentidos, tocó fibras en los asistentes. Las películas son espejos de las sociedades, sobre todo de los lugares de donde se filman. Nosotros tenemos una cosmovisión muy clara de Estados Unidos por Hollywood, o de Europa por el cine, pero no es algo que pase a menudo con nuestro cine. Acá estamos empezando a crear estas representaciones. En mi caso, quizá es por partida doble, porque mi primera película (Mejor no hablar de ciertas cosas) se filmó en Portoviejo. Y Lo invisible es muy quiteña, muy de los Andes, y usamos mucho sus paisajes y su arquitectura para hablar de un tema que nos compete a todos.

Los espacios y la arquitectura tienen mucha importancia en esta película.

Esto fue muy importante a la hora de escribir la ‘peli’. La decisión de poner al personaje principal en el estrato más alto posible, en el que hay poca representación de esto. No quisimos hablar de una película muy obvia sobre estructuras y clases sociales. La idea es mostrar estos comportamientos bajo una mirada más personal y cómo es este universo de privilegios y funciona acá en Ecuador. No siento que mi trabajo sea darle respuestas al público. Odio las películas que te dan un mensaje. La idea es poner estas preguntas en la mesa y que te las lleves como espectador al terminar de ver el filme.

La película se filmó antes de la pandemia, y esta vino a alargar el proceso de creación. ¿Cómo escribieron el guion con Anahí Hoeneisen (Luisa)?

Es raro decir que la pandemia dejó algo bueno, porque fue mala en muchísimos aspectos, pero para la película fue beneficiosa. La cinta la terminamos de filmar en el 2019 y yo ya estaba editándola. Tuve mucho tiempo para armar la película y mostrarla a colegas y colaboradores para saber cómo queríamos que opere frente al espectador. Cuando cae la pandemia estábamos por cerrarla, pero en el montaje final con dos compañeros editores de Uruguay, comenzamos a hablar más de soledad y encierro. El corte final se hizo pensando en lo que nos provocaba a nosotros la pandemia. Es una película llena de silencios. Y también, lo que consideramos como sonidos plácidos, como el canto de los pájaros, son opresivos. Era la sensación de la soledad que vivíamos.

Se inspiraron o ahondaron más en sus sentimientos. ¿Qué pesó más?

Creo que ahondó en nuestros sentimientos. Y eran temas que son importantes para mí y Anahí, tanto en lo personal como artístico. Esta es una película en la que ‘no pasa nada’, pero luego te das cuenta de que todo tiene una razón. El personaje de Luisa (Anahí Hoeneisen) pasa por muchas cosas que la persiguen.

La actriz Anahí Hoeneisen habla en entrevista con Efe, el 11 de abril de 2022, en Quito (Ecuador).

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Javier Andrade
Javier Andrade.Cortesía

“Ser cineasta es ser bipolar de profesión”

Con respecto al tema principal de la ‘peli,‘ que es la depresión, ¿qué pasa cuando la depresión se vuelve visible?

Este tema me interesa a mí porque lo he vivido muy cerca. Y la única solución que yo he encontrado es tener una vida sana en asuntos vocacionales. Encontrar utilidad y felicidad en lo que haces todos los días, que para mí es el cine. Es el centro para mí. También para mí tener familia.

¿Pero ser artista en Ecuador no es estar proclive a la depresión en todo momento?

Esta respuesta me la dio a mí un profesor de cine cuando estudiaba en Nueva York: “Ser cineasta es ser bipolar de profesión”. Imagínate si lo perciben allá así, cómo lo hacemos en Ecuador.