Ocio

Hate watching
El fenómeno hate-watching podría hacerse consolidado en 2005 con la primera edición de American Idol en Estados Unidos.Expreso

Hate-watching: El encanto del odio

Hay un placer, casi perverso, entre el público que consume series o películas catalogadas como malas. 

Diálogos creativos, personajes llenos de matices y situaciones fuera de lo común. Son esos tres elementos los que hacen que una película o una serie se conviertan en un fenómeno del entretenimiento.

Pero también existen casos como los de Emily in Paris, The Idol o And just like that que, a todos los efectos, también son un gran entretenimiento. Pero en lugar de que sean consumidas como inspiración o diversión, lo más probable es que sea para avergonzarse o criticarlas.

Lo que se denomina como hate-watching es una actividad real y actual. Por ejemplo, desde el estreno de Emily in Paris en octubre de 2020, en redes sociales lo único que se ha hecho es ridiculizar a la producción, que ya tiene tres temporadas al aire.

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Sin embargo, es una de las series más vistas de Netflix, más de 58 millones de hogares empezaron a verla en sus primeros 28 días en la plataforma de streaming.

Resulta que a mucha gente le gusta odiar. Y las redes sociales se han convertido en el lugar idóneo para hacerlo, pues esconderse detrás de una foto o nombre de usuario falso es de lo más fácil. ¿No puede apartar los ojos de un TikToker o influencer que le parece insoportable? Eso es hate-following.

¿Por qué son tan adictivas la observación y el seguimiento del odio? Aunque no existe una respuesta correcta, mucho tiene que ver con el lado psicológico y las emociones que les gusta experimentar a las personas. A continuación se lo explicamos con más detalle.

¿Qué es el hate-watching?

Este término está estrechamente relacionado con los comportamientos anti-fan. Los espectadores que participan en el hate-watching obtienen placer y entretenimiento de los fracasos de un programa de televisión o de streaming. El público se relaciona con los medios de comunicación a través de un lente satírico. Y bajo una mirada psicológica, se basa en las hormonas de la felicidad, en neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la oxitocina que se liberan en el cerebro cuando este experimenta placer. Incluso amar para odiar puede parecer positivo. Observar el odio puede sacar a las personas de su realidad y utilizarlo en forma de escapismo.

¿Desde cuándo existe?

Aunque para muchos esta actividad comenzó en 2005 con la edición de American Idol de ese año, en la que ganó Carrie Underwood, no se consolidó hasta 2012. Fue aquí cuando llegó a ser una de las palabras más utilizadas en internet en Estados Unidos. El hate-watching no es solo ver contenido que odia, sino participar de esa crítica colectiva.

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Algunas de las series que han caído en este fenómeno

  • Emily in Paris

Objetivamente, las cifras alcanzadas por la producción de Darren Starr, transmitida en Netflix, deberían verse como un éxito rotundo. Lamentablemente, estos números no son sinónimo de satisfacción y gusto de la audiencia, sino por la práctica de los consumidores de ver los episodios solamente para criticarlos. Durante el estreno de la última temporada, se podía leer en redes sociales comentarios como: “Cada crítica negativa que leo sobre la tercera temporada de Emily in Paris solo hace más probable que la vea”. Se ha señalado al personaje de Emily Cooper como “la encarnación viva del imperialismo cultural americano”.

  • The Idol

Aunque antes de su estreno fue advertida como una serie que sería odiada, esto no ha sido un impedimento para que The Idol, de HBO, sea consumida por millones. Aunque en el Festival de Cannes se llevó una gran ovación, luego de que el público viera el primer capítulo, no se aguantaron y fueron a internet a destrozar la historia. Y así, incitaron a otros a que no la vean, pero en muchas ocasiones la curiosidad morbosa provoca el efecto contrario.

  • And Just Like That

Para los fieles fanáticos de la serie Sex and The City, esto es lo peor que les ha pasado. Sin embargo, ni ellos mismos saben por qué continúan viendo este spin-off. Antes de su estreno, la gente estaba alborotada y con las expectativas sumamente altas por ver esta producción que fue decayendo en cada episodio. Las redes sociales explotaron, añorando retroceder el tiempo y que nadie nunca hubiera tocado a sus personajes de televisión favoritos. Aunque Carrie, Miranda y Charlotte no tienen la culpa, su popularidad se ha ido desvaneciendo. Nadie se esperaba una segunda temporada y, cuando llegó, no fue mejor que la primera entrega.

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